El Mobile World Congress, un éxito de país

La cita de Barcelona ha recuperado todo el músculo que la convierte en uno de los eventos económicos del año en Europa

Asistentes al Mobile World Congress este miércoles en Barcelona.Massimiliano Minocri

El Mobile World Congress, que esta semana se ha celebrado en Barcelona, puede dar por recuperado todo el músculo que tenía antes de la pandemia de coronavirus en cuanto a visitantes, más de 109.000 en esta edición. Pero lo más destacado de este congreso ya no es solo la vitrina comercial de primer nivel que supone para empresas de telecomunicaciones de todo el mundo, sino también el creciente rol que está desempeñando como foro de debate de los grandes asuntos que atañen a las tecnologías de la comunicación y a la gobernanza global.

En el foro se ha debatido sobre los riesgos y las ventajas de la inteligencia artificial, una herramienta cuyo potencial para revolucionar la economía apenas empezamos a intuir y cuyas aplicaciones presentan tantas oportunidades como dudas sobre su regulación. También ha sido el lugar de encuentro de las operadoras de telefonía, unas compañías que han puesto de relieve la necesidad de aumentar en tamaño y capacidad técnica para garantizar la soberanía europea en el ámbito de la información y la gestión de los datos. Todo ello en un contexto geopolítico en el que Europa trata de encontrar su sitio.

El congreso también ha recuperado con fuerza a los asistentes de origen asiático, y especialmente de las empresas chinas, que han podido hacer negocios codo con codo con empresas estadounidenses y europeas pese a la guerra comercial que impulsa Donald Trump. En este sentido, Europa en general y España en particular deben ser capaces de explotar su atractivo como punto de encuentro entre diferentes entre la creciente polarización mundial.

El certamen ha sido, al mismo tiempo, una nueva muestra del nuevo clima político y social que vive Cataluña tras más de una década marcada por la ruptura del procés. La normalidad institucional se ha acabado de recuperar y se ha visualizado con la visita que el Rey hizo al stand de la Generalitat de Cataluña, algo que no ocurría desde antes del proceso independentista.

El éxito de esta edición no puede ocultar los retos de futuro que tiene el mayor congreso de tecnologías de la comunicación que se celebra en Europa. El Mobile debe seguir ejerciendo como impulsor a la hora de atraer otras ferias y congresos de alto valor añadido a Barcelona, algo que ya está pasando con el Integrated Systems Europe (ISE) que se celebró también con éxito el mes pasado. Y ese impulso debe alcanzar, sobre todo, a la industria. De poco serviría que Barcelona sea una gran capital tecnológica durante cuatro días si el resto del año no es también un centro de investigación, desarrollo y creación que ayude a posicionar con fuerza la economía española dentro de la carrera internacional del sector. Todas las iniciativas que ayuden a ello deben ser bienvenidas por gobiernos de todos los colores políticos y por los agentes del sector.

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