Shame on Manfred Weber!!!

Animar al político alemán, líder de los populares europeos, a atacar a España no parece una buena estrategia por parte del PP

Manfred Weber, el jueves durante su discurso en el congreso de los populares europeos en Bucarest.ROBERT GHEMENT (EFE)

Recurrir a instancias europeas no es algo que se le haya dado muy bien al Partido Popular en su carrera para frenar al Gobierno de Sánchez. Por el contrario, el principal partido de la Cámara (y de la oposición) empieza a protagonizar momentos de dudosa eficacia política.

Por ejemplo: convocar desde el Senado a la Comisión de Venecia (órgano consultivo del Consejo de Europa) fue una de las iniciativas del PP en su carrera p...

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Recurrir a instancias europeas no es algo que se le haya dado muy bien al Partido Popular en su carrera para frenar al Gobierno de Sánchez. Por el contrario, el principal partido de la Cámara (y de la oposición) empieza a protagonizar momentos de dudosa eficacia política.

Por ejemplo: convocar desde el Senado a la Comisión de Venecia (órgano consultivo del Consejo de Europa) fue una de las iniciativas del PP en su carrera para frenar la amnistía. Al final, ha servido para alimentar al Gobierno de argumentos a su favor. Cierto que este organismo desaconseja la urgencia que se está empleando y que sus afectados participen en la redacción de la norma, pero lo más importante es que la considera una herramienta legítima para obtener el fin deseable de la convivencia y que subraya las decenas de casos en que países europeos han recurrido a ella. Un mazazo contra el argumentario del PP.

El recurso al Parlamento Europeo ha sido otra de las estrategias no muy convincentes del PP. Sus líderes llegaron a comparar al Gobierno de Sánchez con el de Hungría (una boutade insostenible ante los procedimientos rigurosos y sanciones con los que Bruselas afronta los desmanes de Orban). Sus hipérboles no han convencido a muchos y el intento de europeizar el rechazo a la amnistía se chocó en noviembre con las palabras de Reynders, que aseguró que era un asunto interno de España. Lo que de verdad importa a este comisario de Justicia, según ha dejado claro una y otra vez, es que se renueve el CGPJ tras cinco años de bloqueo por parte del PP.

El único dirigente contagiado es Manfred Weber, presidente de los populares europeos, que ataca a Sánchez con una inquina que puede ser contraproducente. Esta semana, sus invectivas han recordado las peores amonestaciones germanas a España y otros países del Sur que se vivieron durante la Gran Recesión al clamar: “Shame on Mr. Sánchez! Shame on socialists!”. ¿Vergüenza? ¿Vergüenza de un presidente legítimo y de sus 7,8 millones de votantes? No parece una gran aportación al debate.

En diciembre, Sánchez planteó a Weber en la Eurocámara lo que supondría que Alemania recuperara el callejero del Tercer Reich en un pacto de su partido con la ultraderecha como los que PP ha alcanzado con Vox. Aquello le enfadó y Weber clama ahora ¡vergüenza!

Si el PP considera que animar a un líder alemán a ofender a los españoles es buena idea, corre grandes riesgos de equivocarse. Como ha ocurrido con la Comisión de Venecia, los ataques a españoles pueden ser un bumerán. Lo que viene siendo un tiro por la culata, vamos.

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