Reducción de la desigualdad

Los datos de la encuesta del INE sobre condiciones de vida de los españoles indican el impacto de las políticas sociales

Cola en un comedor social de Sevilla, en septiembre de 2022.PACO PUENTES

El Instituto Nacional de Estadística ha presentado los resultados de su Encuesta de Condiciones de Vida, la principal herramienta existente para conocer en detalle las condiciones de la distribución de la renta en España. Los datos que ofrece la oleada de 2022 apuntan a dos hechos relevantes: una fuerte reducción de la desigualdad, que se sitúa en valores previos a la crisis financiera internacional, y una notable reducción de la pobreza y las...

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El Instituto Nacional de Estadística ha presentado los resultados de su Encuesta de Condiciones de Vida, la principal herramienta existente para conocer en detalle las condiciones de la distribución de la renta en España. Los datos que ofrece la oleada de 2022 apuntan a dos hechos relevantes: una fuerte reducción de la desigualdad, que se sitúa en valores previos a la crisis financiera internacional, y una notable reducción de la pobreza y las carencias materiales. Con estos datos, España sitúa su coeficiente de Gini —uno de los principales indicadores de desigualdad— en un nivel de 32 puntos, el mejor desde 2007, y con una notable caída de un punto desde la última encuesta en 2021, siendo por lo tanto la mayor reducción de la desigualdad en un único año desde hace dos décadas. De forma consecuente con esta reducción de la desigualdad, la tasa de pobreza monetaria también ha remitido hasta el 20,4% de la población, igualando el registro más bajo desde 2009. Estos efectos no son, en cualquier caso, generalizables para todos los tramos de población porque son notables las divergencias entre territorios, nivel educativo o situación laboral y sigue habiendo graves agujeros negros, entre ellos, y de forma destacada, la pobreza infantil. Ha remitido un 1%, pero se mantiene excepcionalmente alta en el 27,7%, del mismo modo que la pobreza en las personas mayores de 65 años se ha incrementado algo más de un punto, del 17,5% al 18,7%.

Se debe considerar en cualquier caso que la Encuesta de Condiciones de Vida utiliza, para sus cálculos sobre la renta, los datos del año anterior completo, esto es, de 2021, por lo que los efectos de la crisis de precios de 2022 no están todavía reflejados en estos indicadores de renta. Sí los recogen, sin embargo, otras dimensiones de la encuesta que se basan en las respuestas del año en curso. Así, en 2022 las familias españolas tuvieron más dificultades para afrontar imprevistos, y los hogares que tuvieron muchos problemas para llegar a fin de mes se estancaron en el 8,7%, frente al 8,8% de 2021, lejos de la significativa mejoría producida en este indicador en 2019, que marcó el mínimo de la década con un 7,7%.

Asumiendo las limitaciones de estos indicadores, la valoración global de la encuesta subraya que España avanza hacia una reducción estructural de la desigualdad y a una mejoría sostenida de sus indicadores de pobreza, incluso en un momento tan delicado como fue la pandemia y la posterior recuperación. Esta tendencia refleja los resultados positivos del paquete de políticas sociales y laborales puesto en marcha en los últimos años. Menos esperanzador es detectar que pueden verse de nuevo amenazados por los perniciosos efectos de la inflación sobre las familias con menos recursos y salarios más reducidos. Lamentablemente, el retraso en la medición de la renta de los hogares nos obliga a esperar hasta 2024 para tener una visión más precisa de lo que ocurrió en 2022. Hace falta un nuevo conjunto de métricas que, en tiempo real, permita evaluar la situación social y tomar decisiones en consecuencia y de forma rápida. De lo contrario, seguiremos conduciendo durante demasiado tiempo con el retrovisor como única guía.

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