Unos comen de lo que otros tiran

Los alimentos se encarecieron en marzo un 16,5%. Hace unos días soñé que iba con mi pareja al supermercado de siempre. Había un mostrador desde el que una dependienta repartía alimentos gratuitos a punto de caducar o de feo aspecto a personas con pocos recursos. A mi pareja le parecía que eran artículos rebajados de precio y me animaba a comprar alguna oferta; yo intentaba disuadirle porque estos debían entregarse gratuitamente a personas ...

Los alimentos se encarecieron en marzo un 16,5%. Hace unos días soñé que iba con mi pareja al supermercado de siempre. Había un mostrador desde el que una dependienta repartía alimentos gratuitos a punto de caducar o de feo aspecto a personas con pocos recursos. A mi pareja le parecía que eran artículos rebajados de precio y me animaba a comprar alguna oferta; yo intentaba disuadirle porque estos debían entregarse gratuitamente a personas sin recursos y nosotros podíamos pagarlos. Cuando veía que una mujer se llevaba dos bolsas repletas de productos y pasaba por caja sin pagar, se dio cuenta de que yo tenía razón. Aquello no era para nosotros, por ahora. Solo fue un sueño, pero la realidad es que veo tirar comida del supermercado a contenedores en la calle a última hora de la tarde, en donde suelen esperar algunas personas con carros de compra para aprovechar lo que sea posible. Esas personas son siempre las mismas y se ponen de acuerdo para repartirse la comida en proporciones similares y evitar riñas.

Martina Pellejero Cuéllar. Zaragoza

Hablar de Doñana en Bruselas

Supongo que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, tan dado a sembrar dudas en Bruselas sobre la calidad democrática de nuestro país y sobre el uso de los fondos europeos, volará raudo ahora para hablar sobre el parque natural de Doñana, para explicar por qué su partido en el Parlamento andaluz regulariza, en contra de una sentencia del Tribunal de la Unión Europea, regadíos ilegales que están esquilmando esta reserva natural y, de paso, para responsabilizarse de las sanciones millonarias y de los posibles retrasos en la entrega de esos fondos que de ello se deriven.

Hortensia García García. Ávila

Saber decir adiós

Aprender a decir adiós es quizás el acto de madurez que muchos adultos no han aprendido: saber despedirse y decir adiós es una asignatura pendiente porque pensamos que quedarnos es siempre la mejor opción. Quizás sea hora de empezar a madurar y crecer porque a veces amar a otro y a uno mismo implica dejar ir a personas que siempre querremos y recordaremos, pero que ya no forman parte de nuestra vida, aunque insistamos en quedarnos al lado de alguien que hace tiempo ya se había ido aunque siguiera presente.

Alejandro Hernández Pérez. Santa Cruz de Tenerife

En defensa de la lengua

Casi todo puede decirse, como mínimo, de otra manera que tal vez sea mejor: más precisa, más clara, con más gracia o ironía, más armoniosa o bella... Quizá esta sea la principal enseñanza que nos dejó Fernando Lázaro Carreter en sus estudios filológicos o de crítica literaria, en su labor como académico, en su larga carrera profesoral y didáctica o en sus artículos periodísticos. Lejos de cualquier intención purista, Carreter, en sus “dardos” velaba por “la continuidad y el crecimiento coherentes de nuestra lengua”. Movido a veces por el desahogo crítico, como también reconoce, acertaba de lleno en la palabra o el giro erróneos siempre con ironía y buen humor. Aunque hoy tenga excelentes discípulos en estas mismas páginas, le echamos en falta. El pasado13 de abril el maestro hubiera cumplido 100 años.

Luis de Luxán Meléndez. Porrúa-Llanes (Asturias)