Contra la violencia machista

Los lectores escriben sobre la infravaloración de las mujeres, los libros infantiles machistas, el fomento de la cultura en jóvenes y el incivismo de Occidente

Nadia Calviño, Isabel Rodríguez y Teresa Ribera, en una rueda de prensa posterior a un Consejo de Ministros.Eduardo Parra (Europa Press)

La camarera me sirvió un cortado. Después, en el bus, la conductora me recordó que debía ponerme la mascarilla. La proporción entre mujeres y hombres en el vehículo era de seis a uno a favor de ellas. Bajé y fui hacia la oficina. Allí me recibió la vigilante de seguridad. Saludé a mis compañeras y pedí permiso a mi jefa: tenía que salir a hacerme un análisis. La analista era joven y experta: ni siquiera noté la aguja. De vuelta al despacho me crucé con dos barrenderas, las trabajadoras del superme...

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La camarera me sirvió un cortado. Después, en el bus, la conductora me recordó que debía ponerme la mascarilla. La proporción entre mujeres y hombres en el vehículo era de seis a uno a favor de ellas. Bajé y fui hacia la oficina. Allí me recibió la vigilante de seguridad. Saludé a mis compañeras y pedí permiso a mi jefa: tenía que salir a hacerme un análisis. La analista era joven y experta: ni siquiera noté la aguja. De vuelta al despacho me crucé con dos barrenderas, las trabajadoras del supermercado, una periodista acompañada de una operadora de cámara, tres abogadas y dos economistas que tienen un despacho en un edificio cercano. Leí durante un rato algunos titulares sobre la actividad de algunas ministras, la concesión de unos premios a tres científicas... Durante la mañana atendí una llamada de la presidenta de un Colegio Profesional. Fue un buen día, en general. Pero al llegar a casa, por la noche, observé que mi camisa favorita estaba aún sin planchar y la cena fría. ¡Inútiles! ¡No valéis para nada!

Luis Andrés Muñiz García. Alicante

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Mi hija no quiere ser piloto, quiere ser pilota. Es capaz de detectar un texto machista en un libro infantil de un plumazo. Leerlo, detectarlo y denunciarlo. Y solo tiene ocho años. “Sandra, a pesar de ser una chica, era muy fuerte y por eso la dejaron entrar en el grupo”. Esto, que en mis años hubiéramos asumido sin pena ni gloria, hoy sigue en los libros que leen nuestras hijas e hijos, pero extraña, rechina, duele a la vista. No en nuestros ojos, que vienen defectuosos de fábrica. En los de ellas. Ellas, que son capaces hoy de mirar a un lado y a otro con la claridad que les han dejado años de lucha feminista. Ellas, que han normalizado lo que siempre debió ser normal. Ellas, que son las que hoy se abren paso dando lecciones. No nos equivoquemos. El foco tiene que alumbrarlas a ellas.

Laura Gutiérrez. Madrid

Fomentar la cultura

El bono cultural a los jóvenes que este año cumplen 18 años ha sido un verdadero dolor de cabeza para los beneficiarios. El papeleo necesario para recibirlo es desproporcionado, lo que ha hecho que solo un 57,8% de los jóvenes con derecho a ese bono, lo hayan solicitado. Se habla de que el Gobierno quiere ampliar el bono a los nacidos el año 2005, veremos si facilitan estos trámites a todo el mundo, y así fomentar la cultura entre los más jóvenes.

Marc Colominas Sans. Barcelona

Sorprende el civismo

Hace unos días, vi un vídeo de unos japoneses en Qatar limpiando la basura de las gradas. Este tipo de comportamiento siempre deja con la boca abierta a muchas personas. El civismo forma parte de la sociedad japonesa. El civismo y la educación en Japón se enseña en la escuela y se mantiene en la adultez. Que nos sorprenda tanto dice mucho del incivismo imperante de muchos países de Occidente. Viene bien recordar aquello de “no es más limpio quien más limpia, sino quien menos ensucia”.

Virginia Mejías. L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona)

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