El sistema bancario nos discrimina a las mujeres
Tenemos más dificultades para hacernos de una propiedad por nuestra cuenta. En México, en 2019 y 2020, solo el 38% del total de los créditos hipotecarios los conseguimos las mujeres
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“¿Tiene usted marido, señora?”, pregunta el ejecutivo bancario como quien pregunta la hora. Al segundo de contestar que no, el empleado empieza un argumento que, además de molestarme, me deja pasmada. Estoy en 2016, en un banco en Ciudad de México pidiendo un crédito hipotecario. El ejecutivo me explica —sin ...
Esta es la versión web de Americanas, el boletín de EL PAÍS América que aborda noticias e ideas con perspectiva de género. Para recibirlo cada domingo puede suscribirse en este enlace.
“¿Tiene usted marido, señora?”, pregunta el ejecutivo bancario como quien pregunta la hora. Al segundo de contestar que no, el empleado empieza un argumento que, además de molestarme, me deja pasmada. Estoy en 2016, en un banco en Ciudad de México pidiendo un crédito hipotecario. El ejecutivo me explica —sin pausas— que mi estado civil es fundamental porque, de estar casada, tendría la capacidad de cambiar la forma en la que me percibe el banco. Palabras más, palabras menos: la institución me consideraría más confiable y podría prestarme más dinero para comprar un departamento si estoy casada con un señor.
En un primer momento le atribuí la anécdota a un empleado bancario machista. Me marché y no volví más a ese banco. Un par de clics me demostraron que se trata de un problema en el que, hasta la fecha, se encuentra sumido el sistema bancario mexicano. Las mujeres tenemos más dificultades para hacernos de una propiedad por nuestra cuenta. En México, en 2019 y 2020, solo el 38% del total de los créditos hipotecarios los consiguieron mujeres, según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). La razón más obvia es que no estamos tan incorporadas en el mercado laboral como los hombres y que la brecha salarial entre géneros también impacta en nuestra capacidad para ser candidatas a crédito.
El ejecutivo bancario no estaba equivocado y quizá su único error fue no explicarme que las entidades en México, al evaluar la capacidad de crédito de una mujer, tienen en consideración el factor de ajuste a la probabilidad de incumplimiento en mujeres. Esto es que calculan con una fórmula —distinta en hombres y mujeres— la probabilidad de que lleguemos al impago. En 2021, la CNBV le dio un giro a la situación: emitió una resolución en la que se reducía la brecha de ese cálculo en un 5%. “La evidencia sugiere que las mujeres presentan menores tasas de impago, y por ende el crédito para ellas requiere una menor reserva de capital”, anunció la Comisión.
El documento es una maravilla considerando que las mujeres tenemos derecho en México a ser dueñas de una propiedad desde 1971. “Se ha demostrado que las mujeres son un mercado rentable y con gran potencial de crecimiento”, continúa la resolución de julio de 2021. En los últimos 50 años nos hemos incorporado al mercado laboral como nunca antes en la historia y nuestra capacidad de consumo como grupo demográfico se ha consolidado. Además de la discriminación en razón de nuestro género, el rezago se profundiza por el desconocimiento de las herramientas financieras que nos pueden ayudar a salir adelante: una educación financiera a la que no todas tienen acceso.
Las mujeres que vayan a un banco a tramitar un crédito hipotecario en México ya no tendrán que ser cuestionadas por su estado civil. Aquel episodio no me quitó el entusiasmo, acudí meses más tarde con una ejecutiva bancaria y una asesora en bienes raíces para saber cuáles eran las opciones que tenía para adquirir sola una propiedad, y ambas me ayudaron a convertirme en la feliz deudora de una hipoteca.
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Unas sugerencias:
➡️ Una mujer a la que seguir: Katrine Marçal. Por Almudena Barragán.
Siguiendo con la línea económica y financiera, les recomiendo seguir el trabajo de la periodista económica sueca Katrine Marçal, autora de ¿Quién le hacía la cena a Adam Smith? En este libro, que ya tiene algunos años, Marçal hace un repaso de la historia de la economía con un enfoque feminista. La autora pone el acento en la importancia que han tenido los cuidados y el trabajo invisibilizado de las mujeres durante siglos para el progreso de las sociedades. “Al excluir a las mujeres distorsionamos la economía de manera que hace que sea muy difícil abordar los problemas reales que tenemos como sociedad”, señala la periodista en sus numerosas intervenciones. Traducido a más de 20 idiomas, fue nombrado uno de los libros del año por The Guardian en 2015 y ganó el premio Lagercrantzen en Suecia. Marçal acaba de presentar un nuevo libro Mother of Invention. How good ideas get ignored in a economy built for men (Madre de la invención. Cómo las buenas ideas se ignoran en una economía construida para hombres). Aquí pueden ver una de sus charlas TEDx sobre economía y feminismo (está en inglés).
📚 Un libro: Hijas de la resistencia. Por Carlos Salinas Maldonado.
Las ‘chicas del gueto’ que le plantaron cara a Hitler.
Si el nazismo infligió los peores horrores que hemos visto en el último siglo, su estela de violencia también ha dado historias de heroísmo, resiliencia y solidaridad. Famoso es el caso del empresario nazi Oskar Schindler y su plan para salvar a más de 1.000 judíos o el carpintero Georg Elser, quien intentó matar a Hitler con una bomba. Pero poco se sabe de la entereza de las mujeres que resistieron a la locura nazi. Y su historia de valentía es lo que Judy Batalion rescata en Hijas de la resistencia (Seix Barral), una monumental obra que ha sido todo un fenómeno editorial. En su libro, Batalion saca de la oscuridad a un grupo de valientes mujeres judías que lucharon contra los nazis, conformaron células de resistencia, crearon escuelas para proteger a los niños judíos, trasladaron correspondencia clandestina, sedujeron a oficiales de la Gestapo y hasta combatieron contra la poderosa armada nazi. Estas son las ‘chicas del gueto’ cuya historia, sin duda, no solo te deja sin aliento, conmovido hasta las lágrimas, sino que te atrapa hasta la última página.
¡Muchas gracias por acompañarnos y hasta el próximo domingo! (Si les ha gustado este boletín y quieren suscribirse para recibirlo en su correo, pueden hacerlo aquí).