La colonia que cambió su nombre a ‘La Cuarta Transformación’ sigue en vilo
100 días después de que los habitantes de “El Paraje” protestaran y con ello hicieran público este atropello, la situación está en pausa, pero caliente: no se ha enfriado en estos tres meses

Recuerdo haber soltado la carcajada con la crónica de la periodista Carmen Morán publicada en este diario la mañana del 25 de diciembre del año pasado, se titulaba “La Cuarta Transformación: la colonia donde todo cambia para que siga igual”, era una nota de esas que parecen sacadas de la serie titulada “México mágico”.
Era la historia de los habitantes de tres colonias que conforman la zona conocida como ‘El Paraje’ en Tultitlán, Estado de México, que habían amanecido un día sin previo aviso con todas sus calles renombradas. Aquí un fragmento del primer párrafo de la reportera: “un paraje sin encementar, con los cables colgando por cualquier lado, cacas de perro y carteles electorales lo han denominado “Mejoramiento Urbano”; la empinada cuesta por la que baja un infecto arroyuelo de aguas negras se ha rebautizado como “Fertilizantes para el Bienestar”; y la que desemboca en “Internet para Todos” más que calle es un pasaje de barro. La propia colonia ha pasado a llamarse “Cuarta Transformación”, en homenaje al movimiento del presidente López Obrador. Pero allí nada se ha transformado y el mejoramiento urbano es un chiste de mal gusto”. Así era, un fragmento del mapa donde se cruzaban la ironía, la burla y un centenar de vecinos inconformes, nadie imaginó lo que vendría en las próximas semanas.
El argumento del municipio para este cambio fue una presunta intención de regularizar los terrenos, ya que ‘El Paraje’ es una colonia otrora ejidal que fue poblándose de manera irregular y, en muchos casos, los habitantes siguen sin poder comprobar la propiedad. Sin embargo, no todos son irregulares, muchos tienen ya sus escrituras y aun así, el cambio de nombres aplicó parejo a toda la zona.
Pero ninguno de los vecinos fue consultado antes de implementar la medida, aunque son los directamente afectados. Por ello, en enero, los colonos reunidos con funcionarios estatales acordaron realizar una consulta pública para votar, ahora sí, por cambiar o no el nombre a la colonia y las calles. El resultado fue obvio: votaron por conservar los nombres originales.
No obstante, el municipio anunció que continuaría con el proceso de “regularización” de la colonia “en ejercicio pleno de sus facultades constitucionales y con estricto apego a la ley”. Por lo que las protestas ciudadanas se reanudaron: a finales de enero caminaron hasta la sede del Gobierno estatal —a cargo de Delfina Gómez— en representación de las cerca de cinco mil familias afectadas; más adelante bloquearon la autopista México— Querétaro, vialidad muy cercana a la colonia.
Y no se limitaron a la protesta, los vecinos solicitaron un amparo contra la medida, que les fue concedido: el juzgado decimoprimero de distrito con sede en el Estado de México ordenó a la presidencia municipal de Tultitlán -actualmente Ana Castro— frenar temporalmente el cambio de las colonias Fimesa II y III, así como el cambio de nomenclaturas de al menos 47 vialidades.
100 días después de que los habitantes de “El Paraje” protestaran y con ello hicieran público este atropello, la situación está en pausa pero caliente: no se ha enfriado en estos tres meses. Al llegar a la zona, una comerciante de una avenida circundante me dijo que la inconformidad sigue, igual que las protestas e incluso algunas agresiones durante las reuniones. Aunque ella no vive ahí, por su negocio se entera de lo que pasa y asegura que la problemática está lejos de ser un caso resuelto.
“Hay mucha inconformidad, aquí no ha venido ninguna autoridad. Los vecinos son los que han hecho sus juntas, tienen un grupo de Whatsapp y van a ciertos lugares, pero que una autoridad venga y nos platique del proyecto, nadie. Ni nos consultaron, hasta la fecha no nos han consultado”, aseguró el vendedor de la calle ‘AIFA’.
Si bien los letreros montados en postes en la calle fueron retirados, a la fecha permanecen muchos de los que fueron colocados en las casas. Una chica de 22 años que ha acudido a las reuniones de vecinos me contó que los abogados dijeron que, mientras esté detenido el proceso por el amparo, el municipio no tiene derecho a poner más letreros, pero tampoco retiran los que están.
Refieren que fueron retirados, principalmente, los que resultaban ofensivos, como ‘Acúsalos con su mamá’ e ‘Internet para todos’, “los que eran como más de burla, más incómodos”. Y si bien los nombres no les han afectado hasta ahora en algo sustancial, porque ningún vecino empezó ningún trámite para cambiar su domicilio, aseguran que algunos ya están teniendo problemas para pagar su servicio de agua, porque no les reciben los pagos con los documentos que tengan los antiguos nombres.
“No nos ha afectado porque no ha habido reacción de parte de nosotros, no hemos hecho trámites o algo, al menos yo no pienso hacerlo porque es tiempo, dinero y esfuerzo. Dinero no lo tenemos, tiempo tampoco. Los que tengan tiempo no sé si hayan hecho algo pero hasta ahorita yo no, a mis proveedores les sigo dando la misma dirección, todo normal”, puntualiza el comerciante y confirma la chica, mientras le compra alimentos a su vecino.
“La colonia en la que todo cambia para que todo siga igual”, decía Carmen Morán, pasa el tiempo y parece que lo efímero de la nomenclatura se quedará como metáfora de una “transformación” por decreto.
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