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Estar sin Estar
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Daniel el Demente

Millones de nicaragüenses llevan a su patria y paisaje en la piel y pensamiento, sus poemas y prosa pura en el pelo y sus pestañas, su palpitación proviene de pretéritos y pavimenta el prometido porvenir

'Daniel el Demente'
Ilustración de 'Daniel el Demente'.Jorge F. Hernández

Decreta Daniel el Demente Dortega despojar descaradamente documentación determinante de diversos -¿doscientos?- divinos dadores del documento y diario decir. Desconoce Daniel el Demente los destinos del desterrado, desde abajo desoye el Demonio diatribas y debates que deberían doblegar la dureza diaria de su dictadura. Demente, decrépito y deslavado, Daniel Dortega duplica dioptrías y desparrama dedos demoníacos; dice decidir donde deambula demolición, desolación y desahucios… digno duende del dolor.

Daniel el Demente a dúo con Damisela Delirante han denostado y derruido, derrumbando mas no doblegado densa democracia que despertará, destapando diques, dimes y diretes donde el dueto diabólico, debilitado y derrotado decantará decididamente su declive. Dani Dortega y Dosario Durillo, dédalo diamantino de demencia dictatorial dodecafónica en decibeles delirantes de derrames distraídos, doblones dactilares y dulce o desnudo desparpajo destructivo.

Declara Daniel el Demente devengar derechos debilitados, derogando la debida decencia, para dizque destripar o diseccionar o disecar ditirambos y dale-que-dale, desgraciadamente desestabilizando, dando como dádiva la daga y su derrota, duro-duro-duro, desarmando por decreto o deformación lo Derecho y determinante: desde su despertar y en su despensa diaria, los despojados o desterrados por Dedo de Daniel el Demente dan donaire y derraman detalle a detalle los dados de Dios, la declaración y decantación de descripciones y destellos, deshojando discursos y derramando diarios, diciendo y dibujando, deambulando y doliendo desden’denantes su Dónde.

Diría Darío lo dichoso del que desconoce dolor por su dureza… Digo, decimos y digamos a diario: ¡Daniel el Demente, deténte! Gioconda, Sergio y millones de nicaragüenses llevan a su patria y paisaje en la piel y pensamiento, sus poemas y prosa pura en el pelo y sus pestañas, su palpitación proviene de pretéritos y pavimenta el prometido porvenir… prometedor, porque me permito permutar palabras y pasar a la P mayúscula para palmear cada página de poetas y prosistas, personas que no personajes pútridos y pusilánimes como Vos, Presidente Pendejo.

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