Los récords de López Obrador
Algunos de los logros exhibidos por el presidente en el tercer informe de gobierno son falsos, otros son ambiguos y otros más simplemente no son logros, sino franco reflejo de fracaso
Los informes de gobierno no han sido nunca en México un espacio propicio para la reflexión o la autocrítica. Tampoco se replantean cambios de ruta o se reconocen errores de política pública. Son espacios que los presidentes aprovechan días antes del primero de septiembre de cada año para hacer y hacerse publicidad. Llegado el día, el presidente en turno elige una lista de logros, comprobables o no, y los demás nos damos a la tarea de analizar lo dicho y lo presentado al Congreso.
En ese sentido, no sorprende demasiado lo informado por el presidente este miércoles. Quizás sorprenda un poco el tono; un tono de fin de ciclo muy de acuerdo con lo que López Obrador ha señalado en diversas reuniones privadas: son dos años de hacer, de acción; dos años de consolidación de lo hecho en los dos primeros; y los últimos dos para preparar la salida. Ese era un poco el ánimo que se percibía.
En esta ocasión, una de las áreas en las que más énfasis puso el presidente fue la económica. Enlistó una serie de logros, históricos agregó, y culminó esa lista con “tengan, para que aprendan” dirigido a los “tecnócratas neoliberales”. No deja de ser llamativo que para la aversión que ha mostrado el presidente frente al neoliberalismo (al grado que el término está en la primera oración de su informe) todos los éxitos enlistados son símbolos profundamente neoliberales. ¿Qué hay más neoliberal que hablar del incremento en el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores?
Algunos de esos logros son falsos, otros son ambiguos o con datos escogidos para probar ciertos puntos y otros más simplemente no son logros, sino franco reflejo de fracaso.
Mencionó “récord histórico en no incremento de deuda”. De acuerdo con la información de finanzas públicas de la Secretaría de Hacienda la deuda pública a julio de este año se ubicaba en 12,4 billones de pesos. Al cierre de noviembre de 2018, esta fue 10,7 billones. El incremento nominal en la deuda ha sido en este periodo de 15,8%, incluso por arriba de la inflación.
Las cifras de Inversión Extranjera Directa volvieron a aparecer en la discusión. El presidente habló de un logro histórico en este sentido, pero las cifras completas de la Balanza de Pagos de Banco de México cuentan una historia diferente. Por supuesto que uno elige la foto en la que sale mejor, y cuando el presidente habló de IED utilizó las cifras preliminares y únicamente las referentes a las entradas de recursos. No tomó en cuenta las salidas de inversión que, al ser consideradas, mostrarían una disminución de 16,3% entre los primeros semestres de 2020 y 2021 en inversión extranjera directa neta. En cualquier caso, son cifras que continuamente están siendo revisadas.
El presidente también habló de las reservas internacionales y del monto histórico que se ha acumulado. Tiene razón. Las reservas hoy rebasan los 200.000 millones de dólares, pero el presidente olvidó mencionar que la semana pasada cayeron en las cuentas de Banco de México 12.000 millones de dólares en Derechos Especiales de Giro asignados por el Fondo Monetario Internacional que se fueron directamente a las reservas internacionales, como era su propósito.
Y una vez más aparecieron las remesas como logro histórico. Es cierto que las remesas se han incrementado de forma importante durante lo que va del año incluso considerando el aumento que tuvieron durante 2020. Los recursos que envían los mexicanos en el exterior, si bien son una fuente importante de ingreso para miles de familias en el país, no son logro de ninguna administración. Son resultado del fracaso al no lograr un mayor crecimiento económico en el país y una distribución muy desigual a lo largo de los años.
Después del “tengan, para que aprendan” se oyeron los aplausos de los asistentes, principalmente miembros del Gabinete. No sorprende, desde luego. Lo que sorprendería es que se hubiera hablado del incremento en las cifras de pobreza, de la precariedad del empleo que se ha recuperado centrado básicamente en la informalidad, de que el crecimiento de 6% que tendremos este año es un rebote por la caída previa además impulsado por el motor externo. No se habló tampoco de cómo esos “logros” en materia económica se han quedado muy cortos frente a las expectativas que el presidente generó durante su campaña.
Pero ha habido 685 conferencias de prensa de 7 a 9 de la mañana. Ese sí es un logro que había que difundir.
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