El último libro de López Obrador, nuevo objeto de polémica en la contienda electoral
Xóchitl Gálvez denuncia que el libro del presidente es un instrumento de campaña y un magistrado electoral pide que se analice su contenido. López Obrador acusa un intento de censura
Un nuevo frente se ha abierto entre el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y los tribunales, ahora por el último libro del mandatario, ¡Gracias! (Planeta, 2024). La candidata presidencial de la oposición, Xóchitl Gálvez, promovió una queja ante el Instituto Nacional Electoral (INE) en la que acusó al mandatario de meterse al proceso electoral con su libro y de apoyar indirectamente a la candidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum. Gálvez presentó como pruebas los pasajes en los que López Obrador encomia a Sheinbaum y otros donde se expresa negativamente de la abanderada opositora y ahora denunciante. El INE desechó sin más la queja, que Gálvez reclamó ante el Tribunal Electoral Federal (TEPJF). Ahora, el magistrado Reyes Rodríguez ha presentado un proyecto en el que propone que se ordene al INE reabrir el caso y sopesar las pruebas aportadas por la candidata, lo que desató las críticas de López Obrador, que ha acusado un intento de censura equiparable con la quema de libros. De paso, el episodio ha reavivado el largo enfrentamiento del Ejecutivo con el Poder Judicial. El TEPJF votará el asunto el próximo miércoles.
“Ya también un magistrado del Tribunal está pidiendo que se revise mi libro y se prohíba, o sea, es la Inquisición”, dijo el presidente en conferencia este lunes, y añadió con jiribilla que el magistrado ponente, Rodríguez, en realidad se apellida Franco. “Vamos a esperar a ver qué, a ver si la Inquisición lo pone en libro prohibido, como era antes”, agregó. López Obrador dijo que, a reserva de conocer la votación del asunto, el TEPJF busca que su obra se retire de la venta al público, algo que, sin embargo, no dice el proyecto del magistrado Rodríguez. “O sea, ni modo que yo le borre [fragmentos]. O podemos hacerlo así, que lo adquiera la gente y que no lea lo que está prohibido”, comentó el presidente. Al final, dijo que su obra, de la que en un primer tiraje se imprimieron 135.000 ejemplares, está en el primer lugar de las ventas.
La polémica por el libro del mandatario llega en un momento crucial del proceso electoral, a dos meses de la votación, en una carrera en la que Gálvez intenta remontar la ventaja de Sheinbaum en las encuestas. Las autoridades electorales han reiterado a López Obrador que no puede usar su popular conferencia Mañanera para hacer posicionamientos políticos en torno a los comicios, ni a favor o en contra de candidatos o partidos, conforme a la ley electoral. El presidente ha criticado esos mandatos y se ha afianzado en su libertad de expresión y derecho de réplica. En un último recurso, y para intentar salvar las restricciones, López Obrador ha decidido no opinar tanto sobre la contienda y en cambio leer en directo algunos apartados históricos de su libro, pasajes que, sin embargo, tienen siempre un trasfondo político en clave de enseñanza del pasado o advertencia del futuro. Es ese mismo libro el que está ahora en examen y avivó la discusión sobre los límites de lo que en México se permite a los funcionarios expresar en época de elecciones.
La queja de Gálvez
El libro ¡Gracias! fue lanzado por Planeta a la prensa el 10 de febrero. Ese mismo día se publicaron notas periodísticas sobre el contenido. Este periódico dio cuenta de las manifestaciones de López Obrador a favor de la candidata presidencial de Morena, PVEM y PT, Sheinbaum, a la que el autor se refirió como “sensible, incapaz de cometer una injusticia y, sobre todo, honesta”. La propia candidata publicó en redes sociales mensajes para promocionar la obra. “Estoy sereno y contento porque Claudia Sheinbaum, quien me ha sustituido en la dirección del movimiento de transformación, representa una auténtica garantía de que tendremos un porvenir de más justicia y más honestidad en nuestro México lindo y querido”, escribió el mandatario. Y añadió: “Con Claudia se garantiza la continuidad de nuestro movimiento de transformación: la conozco desde hace 23 años, siempre hemos trabajado juntos y es una mujer preparada, con convicciones y, sobre todo, honesta”.
López Obrador también emitió críticas acerca del PAN, el PRI y el PRD, que en estas elecciones se aliaron y postularon a la presidencia a Gálvez, de quien el mandatario criticó sus vínculos con la clase empresarial. “Como nació en un pueblo de Hidalgo, pensaron que su origen sería útil para ofrecer una supuesta imagen popular, cuando en realidad es ladina e igual de clasista y racista que los conservadores de mayor rango o nivel en la escala económica, social y política del país”, refirió el presidente.
Estos fueron dos de los pasajes denunciados por Gálvez ante el INE tras la salida del libro y su amplia difusión en medios y en las Mañaneras. La candidata opositora “argumentó que esas expresiones posicionaron anticipadamente a Sheinbaum ante el electorado, pues tienen la intención inequívoca de subrayar y hacer notar cualidades personales, además de que, incluso, algunas frases deben ser entendidas como una solicitud abierta a votar a su favor”, según recoge el proyecto del magistrado Rodríguez. Para Gálvez, López Obrador ha vulnerado los principios de imparcialidad, neutralidad y equidad que, según la ley mexicana, deben regir toda contienda electoral.
Presidente y autor
El INE hizo en su momento una consulta a la Consejería Jurídica de la Presidencia, que aseguró que López Obrador escribió ¡Gracias! “en su calidad de ciudadano, mediante el cual relata aspectos de su vida, de la historia de México y de su posición ideológica, hecho que no constituye un acto en materia electoral”. El árbitro electoral dio por válida dicha afirmación, y añadió que el mandatario ha hecho comentarios sobre el libro “conforme a su ejercicio de libertad de expresión […] sin que se desprenda ningún llamado al voto, una solicitud de voto a favor o en contra de alguna candidatura, o manifestaciones contrarias a la normativa electoral”. Además, el INE argumentó que Gálvez solo aportó como pruebas algunas ligas de noticias, y no el libro en sí, lo que le supuso un obstáculo para investigar. “Esta autoridad no contó con el libro denunciado, tanto en su forma física como digital, para corroborar los hechos denunciados de forma directa”.
El árbitro electoral también sostuvo que las publicaciones en medios “responden a un ejercicio auténtico de la labor periodística, por lo que se estima actualizada la presunción de su licitud”. La candidata opositora recurrió la negativa del INE ante el TEPJF, una instancia del Poder Judicial. En principio, alegó que el Instituto Electoral desechó la queja con un argumento sobre el fondo del asunto —que la libertad de prensa debe prevalecer—, una calificación jurídica que en todo caso le corresponde decidir a la Sala Especializada del Tribunal Electoral, no al INE, que debe limitarse al estudio preliminar solo para dictar medidas cautelares. El magistrado Rodríguez validó este argumento, principal razón para pedir que no se dé carpetazo al expediente.
Rodríguez ha hecho notar la contradicción de que, por un lado, el INE dijo que no pudo corroborar los hechos denunciados porque no contó con el libro, pero, por el otro, calificó de legal su difusión y publicidad en medios. El magistrado incluyó en su proyecto una reflexión sobre la doble calidad de López Obrador como presidente y autor. “El análisis jurídico relativo a si es válido que un actor político sumamente relevante —como lo es un presidente de la República—, en un libro de su autoría, que además es publicado para comercializarse durante las etapas de intercampaña y de campaña, realice manifestaciones explícitas a favor de la candidata de su partido y en contra de la candidata opositora es un tema que requiere, al menos, sopesar los derechos involucrados en sus distintas dimensiones, lo cual evidentemente rebasa un estudio preliminar, porque implica una calificación jurídica integral de los hechos, que solo compete a la Sala Especializada”, apuntó.
Además de las campañas en las calles, la contienda electoral ha transcurrido en gran parte en los despachos del INE y de los tribunales electorales, en un país en el que la normatividad electoral es muy restrictiva en cuanto a lo que los políticos y los funcionarios pueden expresar o no. López Obrador ha sido constantemente denunciado por presuntamente aprovechar sus conferencias para apoyar a los candidatos de su partido, Morena, y atacar a sus adversarios. Las restricciones dictadas contra el mandatario han sido poco efectivas. El libro supone un nuevo frente de batalla abierto por la oposición, en un juego a varias bandas que alcanza al Poder Judicial y que alimenta la narrativa de López Obrador de que el país requiere de purgar a los jueces.
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