Los agricultores redoblan la presión al Gobierno por el precio del maíz con el bloqueo de carreteras
Los productores demandan a la Administración de Sheinbaum un ajuste al precio de sus cosechas


Un dicho popular en México reza que “sin maíz no hay país” y en los últimos dos días, los agricultores mexicanos se han apostado con sus tractores en las carreteras para demostrarle al Gobierno la realidad de esa frase. Los productores de maíz de los estados de Guanajuato, Michoacán y Jalisco llevan más de 48 horas en protesta pidiendo el aumento del precio gubernamental para sus cosechas. El problema no es menor para un país donde sus habitantes consumen, en promedio, medio kilogramo al día de algún producto derivado de este grano.
Los agricultores de la región del Bajío reclaman que por cada tonelada de maíz se les pague 7.200 pesos (unos 390 dólares), sin embargo, el Gobierno mexicano propone fijar el precio en 6.050 pesos (328 dólares). Esto cuando el mercado mantiene precios entre los 5.000 y los 6.000 pesos por tonelada. La demanda de los productores llegó el lunes a Palacio Nacional y el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué, salió a hacer la oferta gubernamental. “Este precio es 25% superior al precio del mercado internacional”, argumentó y añadió que la Administración de Claudia Sheinbaum les ofrecería también créditos con intereses del 8,5% y un apoyo de seguro agropecuario.
El anuncio más que apaciguar a los agricultores, encendió sus ánimos. Para la mañana del martes, decenas de tractores ya bloqueaban el tránsito en las principales carreteras del centro del país. El colapso de las vías ha demorado el tráfico de mercancías en el corazón comercial de México y ha dejado varados a cientos de automovilistas y pasajeros. La prensa mexicana ha registrado el cierre en al menos 22 estados del país. Ante la presión, los líderes agropecuarios ofrecieron abrir algunos carriles a cambio de una reunión con miembros del Gabinete de Sheinbaum, que aún no se ha concretado.
El Gobierno mexicano ha mantenido desde hace décadas un pie en el sector agropecuario, especialmente en el precio del maíz. A pesar de los cambios políticos en México, siempre ha buscado compensar a los agricultores de alguna manera. En 2019, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador estableció precios de garantía para beneficiar a los pequeños productores —aquellos con menos de cinco hectáreas— dejando de lado a los grandes y medianos productores. “A López Obrador le tocó un periodo de precios altos en el mercado internacional, que después se mantuvieron así por la guerra en Ucrania y otros factores”, señala Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

Anaya apunta que si bien las medidas de López Obrador generaron mejores condiciones para los pequeños productores, también desarrollaron desigualdades con el resto de los agricultores. Los pequeños productores representan solamente un 24% de la producción nacional del grano, según GCMA. El panorama para la Administración de Sheinbaum ha sido distinto: “El precio de los granos cayó muchísimo este año y se espera que el próximo año también disminuya”, ha reconocido la mandataria. Sheinbaum, además, ha señalado que el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (TMEC) obliga a México a colocar el precio del maíz según la Bolsa de Chicago. “Eso, evidentemente, afecta a los productores nacionales”, dijo. Además, el país latinoamericano ha incrementado en los últimos años la importación de maíz desde Estados Unidos.
Los agricultores han denunciado que la propuesta del Gobierno para fijar un precio ha sido una decisión unilateral, que no se ha consultado con el sector. Anaya estima que la oferta del Gobierno mexicano apenas le entregaría un 11% de utilidad a los agricultores de maíz. “Con eso no viven los productores. El Gobierno tiene que dar certidumbre a los productores y ordenar el mercado”, menciona el especialista. Los grandes compradores de maíz están obteniendo el grano en unos 5.300 pesos (287 dólares) por tonelada.
La protesta de los agricultores ha comenzado a generar un efecto de contagio. Este martes, los productores de Sinaloa se han unido a las demandas de los del Bajío. Algunos líderes agropecuarios han sugerido el cierre de aduanas para incrementar la presión sobre la Administración de Sheinbaum. “Definitivamente rechazamos ese precio propuesto, en razón de que en el mejor de los casos, los productores apenas estaríamos recuperando la inversión y el costo del cultivo, y por supuesto que no estamos dispuestos a seguir subsidiando a la industria, que son los ganadores de esta problemática”, indicó Baltazar Valdez, presidente de la Organización Campesinos Unidos de Sinaloa, al diario mexicano Reforma. La tensión sigue creciendo sin que el Gobierno mexicano consiga llegar a un acuerdo con los agricultores del grano más vital de México.
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