Ramón Álvarez Ayala, alias ‘R-1’: el hombre detrás del asesinato de Carlos Manzo
El líder de la célula del Cartel Jalisco Nueva Generación que orquestó el asesinato del alcalde de Uruapan fue detenido en 2012 y liberado 10 años después por una jueza


La captura de Jorge Armando ‘N’ en Morelia fue para los investigadores como encontrar un hilo rojo del que tirar hasta llegar a las altas esferas de la estructura criminal del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). El Licenciado, como le llamaban los tiradores que obedecieron sus órdenes para asesinar al alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, el 1 de noviembre, dijo quién es su jefe con nombres y apellidos. Ramón Álvarez Ayala, alias R-1, era el cerebro detrás de las instrucciones que se dictaban en el chat donde se orquestó el homicidio. Ahora está en la mira de las autoridades, desplegadas en todo el Estado de Michoacán con el objetivo de debilitar al cartel. Sin embargo, R-1 ya fue detenido en 2012 y, tras pasar una década en prisión, fue liberado hace tres años por orden de una jueza en medio de las acusaciones de corrupción de Andrés Manuel López Obrador que motivaron la reforma judicial.
Jorge Armando ‘N’ se refería a Ramón Álvarez Ayala en las conversaciones de Whatsapp con los perpetradores del asesinato como “el patrón”. Él era el intermediario entre los capos del cartel y Víctor Manuel Ubaldo, el adolescente que apretó varias veces el gatillo, además de sus dos compañeros, Fernando Josué ‘N’ y Ramiro ‘N’, cuyos cuerpos fueron hallados sin vida en la carretera Uruapan-Paracho. Minutos después del asesinato, cuando los jóvenes que sobrevivieron a la respuesta de los escoltas de Manzo intentaban escapar, Jorge Armando ‘N’ les mandó un agradecimiento desde arriba. “El patrón les manda dar las gracias y nos pide que no tengamos ningún detenido. Que hagamos caso a las indicaciones que nos manda a decir, por favor”, se lee en uno de los mensajes de ese chat.
El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, ha subrayado este miércoles que habrá más detenciones por el caso, ya que siguen investigando al resto de los participantes de ese chat que vigilaron de cerca a Manzo días antes de su asesinato. Harfuch ha revelado en entrevista con Grupo Fórmula que los criminales tuvieron a tiro al alcalde dos días antes de consumar el homicidio entre la multitud del Festival de la Vela, en plenas celebraciones de Día de Muertos en el centro de Uruapan. “El día 30 [de octubre] lo identifican en una gasolinera, le toman fotografías que mandan al chat, pero no logran el homicidio”, ha detallado el secretario. “Esos tres [Víctor Manuel, Ramiro y Fernando Josué] con otros integrantes recibieron castigos por no hacerlo. Los golpean, los encierran…”, ha añadido.
Harfuch no ha profundizado en quién es R-1 ni en cuál podría ser el motivo de semejante crimen a la vista de todo el mundo, pero asegura que su equipo sabe que opera “de manera directa” en al menos cuatro municipios de Michoacán con su hermano, Rafael Álvarez Ayala, alias R-2, y otros integrantes. “Es una célula muy, muy muy local”, ha enfatizado el secretario, quien ha admitido que las investigaciones todavía tienen mucho trabajo por delante para debilitar al grupo en el Estado.

El nombre de los hermanos Álvarez Ayala saltó a los titulares en 2012, cuando un operativo del Ejército los capturó en Jalisco. La maniobra, que contó con apoyo aéreo, consiguió localizar a R-1 en un departamento “de condiciones precarias” en Guadalajara, un lugar que usaba como casa de seguridad para sus reuniones con colaboradores para gestionar la distribución de la droga en la zona, según detalló la Secretaría de Defensa Nacional en un comunicado. Allí fue detenido junto a cinco de sus hombres de confianza, armas largas, vehículos y documentación. “El R-1 se desempeñaba como el segundo hombre en importancia en la estructura del CJNG”, señalaron las autoridades, quienes aseguraron que el rol de Ramón era el de implementar acciones en contra de los grupos rivales en las plazas donde operaba en Guanajuato y Michoacán.
Cuando fue detenido, culpó a los cabecillas del grupo Los Caballeros Templarios de colocar narcomantas en Guadalajara en las que se narraba la supuesta fractura entre el CJNG y el Cartel del Pacífico. Sin embargo, las autoridades buscaban a los hermanos Álvarez Ayala por unos bloqueos e incendios de vehículos en Guadalajara y Colima el 25 de agosto de ese año.
Su hermano Rafael fue detenido en un fraccionamiento de Zapopan, Jalisco, junto a dos de sus principales ayudantes. Uno de ellos era un tercer hermano, Jesús Santiago Álvarez Ayala, quien trabajaba como escolta del R-2 y que fungían como su escolta personal. Rafael era responsable de coordinar con R-1 el envío de droga sintética a Estados Unidos y, según las autoridades, R-2 dijo que él recibía las órdenes directamente de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, el mandamás que dirige el cartel más poderoso de México. La Secretaría de Seguridad detalló que después de la caída de Nicolás Balcázar López, alias El Bronco, tres meses antes, Ramón pasó a ser el principal colaborador y hombre de confianza de El Mencho. El jefe de jefes le puso al frente del control del narcotráfico en la zona metropolitana de Guadalajara y zona norte del estado de Jalisco.
R-1 y R-2 estuvieron en prisión diez años, hasta que en noviembre de 2022 fueron puestos en libertad bajo la orden de la juez primera de distrito de Jalisco Yolanda Chávez Montelongo. En la conferencia de prensa matutina de Andrés Manuel López Obrador, el entonces subsecretario de Seguridad, Luis Rodríguez Bucio, usó el caso de Chávez y Ramón Álvarez Ayala para ejemplificar los supuestos vínculos corruptos de los jueces con el crimen organizado. “Ramón Ángel ‘N’, conocido como el R1 o el Moncho, era lugarteniente del cártel de los Valencia, del Cártel Jalisco Nueva Generación. Estaba procesado por delitos de delincuencia organizada y contra la salud, y quedó en libertad el 22 de noviembre del año pasado”, detalló. “Yolanda Cecilia Chávez Montelongo lo absolvió por considerar que no había pruebas sólidas para procesarlo. Este personaje ha tenido al menos cinco carpetas de investigación en su contra entre 2012 y 2021, y en todos los casos fue dejado en libertad”, agregó para avivar el discurso del presidente contra los jueces, que terminó por consolidar la reforma judicial.

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