El plan del INAI para sobrevivir: un recorte de 300 millones de pesos

La desaparición del Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI) ha entrado en fase decisiva. Los cuatro consejeros del organismo autónomo, uno de los seis entes que han sido sentenciados por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, han puesto sus esperanzas en el diálogo que abrió la presidenta Claudia Sheinbaum y la oportunidad de exponer sus propuestas encaminadas a frenar la extinción del organismo. Una reingeniería y adelgazamiento del instituto que contempla la reducción de consejerías, secretarías y direcciones sin poner en riesgo el funcionamiento de la institución. La propuesta de recorte significa un tijeretazo inicial de al menos 300 millones de pesos, según detallan el presidente, Adrián Alcalá, y la consejera Julieta del Rio Venegas.

“Nos dan la oportunidad [de diálogo] que nos negaron seis años”, apunta del Río Venegas sobre la audiencia que sostendrán al mediodía de este miércoles con la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez. Los consejeros confían en que sus argumentos serán escuchados y van dispuestos a exprimir la ocasión. Para ello desplegarán un abanico de propuestas en la primera y quizá única reunión que sostengan con la emisaria de la presidencia, de quien han enfatizado su disposición y ayuda para lograr este encuentro.

La reducción del presupuesto es la carta más poderosa de los funcionarios. Supone pasar de siete a cinco consejeros, con el personal que corresponde a cada uno; el recorte de tres de las cinco secretarías, así como de direcciones internas. Los consejeros también tendrá que responder por presuntos actos de corrupción al interior del organismo, que en principio han negado, y mostrar su disposición para coadyuvar en el entramado de un nuevo sistema de transparencia, en caso de que sea irreversible la desaparición del instituto. Esa es parte de la estrategia con la que llegarán los consejeros al encuentro con la interlocutora del Gobierno de Sheinbaum.

La reunión ha llegado seis días después de que la mandataria mexicana abriera la puerta del diálogo con los consejeros del INAI desde su conferencia matutina, aunque sin muchas expectativas de cambiar su posición sobre el futuro del organismo. Este martes la mandataria ha vuelto a perfilar la inminente desaparición del organismo. Ha recordado que la Secretaría de Función Pública (SFP) se transformará en la Secretaría Anticorrupción y de Buen Gobierno, dependencia que sustituirá al INAI tras su eventual desaparición.

Dos de las consejerías incluso han puesto su renuncia sobre la mesa en su afán de salvar al INAI. Las consejeras Julieta del Rio Venegas y Josefina Román se dicen dispuestas a dejar los cargos si son el problema, con la acotación de que si ha habido actos de corrupción no han venido de ellas. “Si los comisionados tienen que presentar las renuncias, la comisionada Román y yo estamos dispuestas a presentarlas con tal de salvar [estos derechos] Quien la deba que la pague pero que no la pague todo un país”, afirma.

Las implicaciones de la extinción son de grandes dimensiones. Empezando por el pago del edificio sede, al que le faltan ocho años de amortización, 77 millones de pesos anuales; o el futuro de los empleos de 800 personas y de la Plataforma Nacional de Transparencia, que le permite a los ciudadanos consultar y solicitar información a las instituciones públicas. “No se puede desaparecer de un plumazo”, sostiene la consejera del Río, quien ha puesto su confianza en que lograrán persuadir al Gobierno para mantener vivo al instituto.

El consejero presidente del INAI enfatiza la importancia de que los derechos de acceso a la información pública residan en un organismo autónomo, independiente y ajeno al poder público, contrario a la propuesta del oficialismo que busca que la transparencia recaiga en una de sus dependencias. Alcalá echa mano de los 100 compromisos que la presidenta ha proyectado para su sexenio y la contribución del INA para que al menos tres ellos se concreten: el humanismo mexicano, un Gobierno sensible y cercano a la gente; honesto y sin nepotismo. “El INAI contribuye a la transformación. Para que exista transformación se requiere información, una tutela efectiva de los datos personales y controles en cada una de las instituciones”, cierra Alcalá.