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Quintana Roo vuelve a la normalidad tras el paso del huracán ‘Beryl’: “Vamos a reactivar la economía”

Las autoridades de la Península de Yucatán celebran que no hubo víctimas ni grandes daños por el temporal y llaman a los turistas a regresar a las costas caribeñas: “Las tormentas también pasan”

Transeúntes en Playa del Carmen, tras el paso del huracán, el 5 de julio.
Transeúntes en Playa del Carmen, tras el paso del huracán, el 5 de julio.Jose Luis Gonzalez (Reuters)
Carlos S. Maldonado

La gobernadora del Estado de Quintana Roo, Mara Lezama, se tomó un momento en su recorrido para comprobar los daños causados por el huracán Beryl —degradado a tormenta tropical— en esa región del sureste de México para comerse unos “taquitos”. Lezama compró unos tacos de carnitas, un platillo de la cocina tradicional mexicana, para enviar el mensaje a sus gobernados de que la cotidianidad volvía a este paradisíco Estado de playas y selvas. “Estamos reactivando la economía, queremos que todo vuelva a la normalidad lo más pronto posible”, dijo la gobernadora mientras le preparaban su orden en la taquería que visitó en Tulum, el punto de entrada de la tormenta y donde montó el centro de mando para hacer frente a la emergencia. Lezama apostaba desde mediados del viernes por reactivar la economía local, por lo que una de sus primeras medidas fue suspender la ley seca que prohibía la venta de licores y animar a los comercios que reabrieran las puertas. En Cancún, una de las ciudades turísticas más importantes de México, la tarde volvía a moverse con ritmo tropical de música en las bocinas, bares abiertos y turistas con sus margaritas en las manos. La ciudad fantasmagórica de unas horas antes daba paso a la urbe vibrante anhelada por millones de viajeros de medio mundo. Para muestra una postal: una pareja de coreanos se tomaba fotografías frente a ese azul caribeño que hipnotiza, la señal de que todo volvió a ser como antes del temporal.

El sol brillaba de nuevo y los tablones de madera que cubrían los cristales de bares, restaurantes, bancos y hoteles eran rápidamente removidos por un ejército de trabajadores que también parecían ansiosos por volver a la rutina. Muchos viajeros que ocuparon nerviosos habitaciones en los hoteles más alejados de la playa hacían sus maletas, mientras que otros comprobaban el estado de sus vuelos, tras la cancelación de más de 200 en el aeropuerto de Cancún previo al impacto de Beryl. Hasta los repartidos de las aplicaciones de entrega de alimentos volvían a zurcar las calles de la ciudad turística en sus bicicletas o motos, repartiendo nuevamente comida en una ciudad donde los supermercados cerraron durante 24 horas. Los cajeros automáticos de los bancos volvieron a soltar dinero y las casas de cambio de divisas extranjeras abrieron nuevamente sus puertas. A media tarde, el encierro y los nervios de la noche eran una fea pesadilla para los habitantes y viajeros de Cancún.

Familias duermen en un refugio tras evacuar sus viviendas en Tulum, el 5 de julio mientras pasa el huracán.
Familias duermen en un refugio tras evacuar sus viviendas en Tulum, el 5 de julio mientras pasa el huracán.Felix Marquez (Getty Images)

Lezama se regocijaba de lo que llamó “saldo blanco”, es decir, ni grandes daños ni víctimas mortales para lamentar tras el temporal. La gobernadora colocó una imagen en su perfil de X (antes Twitter) en la que llamaba a la gente a visitar el Caribe bajo el lema “las tormentas también pasan”. Aseguraba a los viajeros de que la infraestructura local no había sufrido daños significativos y que los hoteles contaban con todas la normas para seguir recibiendo visitas. Más allá de algunos pequeños apagones en Cancún durante la noche del jueves y en otras zonas del Estado, ‘Beryl’ pasó sin causar grandes traumas, a pesar de haber sido considerada como una “gran tormenta” de mucho peligro por el Centro Nacional de Huracanes. Lezama había movilizado a los funcionarios del Estado y había pedido ayuda al Ejército y la Marina para organizar un sistema de prevención y respuesta a la emergencia que incluía la creación de centenares de refugios temporales, donde miles de personas fueron trasladadas desde las zonas más vulnerables. Los militares también instalaron puestos de seguridad en las playas y centros turísticos y movilizaron ayuda para los posibles afectados, que el Gobierno local esperó que fueran más de 150.000. La tarde del viernes camiones del Ejército continuaban repartiendo alimentos en las localidades con mayores afectaciones por las intensas lluvias.

Soldados reparten comida en un refugio en Tulum, el 5 de julio.
Soldados reparten comida en un refugio en Tulum, el 5 de julio.Raquel Cunha (Reuters)

En la vecina Yucatán las buenas noticias también hacían respirar tranquilo al gobernador Mauricio Vila. El panista reportaba daños menores en localidades del oriente de su Estado, que sufrieron el mayor impacto de la tormenta. Calles anegadas y con árboles caídos por los fuertes vientos eran reportados por vecinos de Valladolid, donde también hubo cortes de energía. Las autoridades de Protección Civil seguían con los trabajos de reconocimiento y de ayuda a los afectados, pero en general se estimaba que el temporal no generó el daño siniestro que días antes era el esperado. El Gobierno habilitó más de 1.000 refugios temporales, muchos de ellos en escuelas públicas, que, dijo Vila, seguirán funcionando. Las lluvias continuaban la tarde del viernes en ese Estado, pero con una fuerza debilitada después de que ‘Beryl’ se degradara a tormenta tropical. Vila mantenía la alerta por los pronósticos de aguaceros emitidos por el Sistema Meteorológico nacional.

Las empresas de transportes marino anunciaron que reactivarían con normalidad sus servicios en Quintana Roo, lo que significaba restaurar las conexiones con importantes puntos turísticos como las islas Holbox y Mujeres, Playa del Carmen o Cozumel. El transporte urbano también fue restaurado. Los vuelos volvían a la normalidad en el aeropuerto de Cancún. La coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, informó durante la mañana de que los aeropuertos de Tulum, Cancún y Chetumal, que cada día reciben a miles de turistas, no se han visto afectados. Las autoridades celebraban aliviadas el buen trato que les dio Beryl, sobre todo porque en esta región sigue vivo el desastre causado por el huracán Wilma en 2005, que destruyó Cancún y la dejó incomunicada. También pesaba la horrible experiencia del pasado año con el huracán Otis en Cancún. Es por eso que la gobernadora Lezama tenía razones para celebrar el viernes levantando la prohibición a la venta de alcohol y comiéndose unos tacos de carnistas. Los turistas atrapados la noche del juenves en sus hoteles de Cancún se lo agradecían llenando sus copas con margaritas.

Personas registran los daños producidos por la tormenta en Progreso (Estado de Yucatán), el 5 de julio.
Personas registran los daños producidos por la tormenta en Progreso (Estado de Yucatán), el 5 de julio.Lorenzo Hernandez (Reuters)

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Sobre la firma

Carlos S. Maldonado
Redactor de la edición América del diario EL PAÍS. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica y temas de educación y medio ambiente.
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