Checo Pérez y Verstappen le dan el campeonato de constructores a Red Bull
El mexicano finaliza en la cuarta posición y Verstappen gana, con problemas, el Gran Premio de Estados Unidos
El mundo puede reconocer que hay un mexicano campeón en la Fórmula 1. La temporada de Checo Pérez y de Max Verstappen le han dado el campeonato de constructores a Red Bull, un título que no ganaban desde 2013 ante el dominio de ocho años seguidos ganados por Mercedes. En el Gran Premio de Austin, en Texas, Verstappen ganó y sigue con el jolgorio tras conseguir su bicampeonato hace dos semanas, mientras que el mexicano finalizó en la cuarta posición. Pérez se dejó querer por las gradas llenas de sus paisanos. En los últimos dos años, el mexicano ha jugado el rol de defensor de su compañero en la pista, el escudero ideal.
Fue un de semana turbulento para Red Bull. Primero por la muerte del hombre que impulsó la entrada de la empresa de las bebidas azucaradas a la Fórmula 1. Dietrich Mateschitz falleció este sábado, el fundador y copropietario logró que en 2004 el grupo empresarial se hiciera con un lugar en el máximo circuito. La otra mala noticia era que tenían que cambiar la unidad de potencia del coche de Pérez por lo que tuvo que sufrir un castigo de cinco lugares en la arrancada. En la clasificación terminó cuarto, pero tuvo que retroceder hasta el noveno. Sainz le quitó la pole position al ya campeón Max Verstappen.
Pérez debía atacar desde la mitad de la parrilla. El mexicano escaló dos posiciones en el barullo inicial un poco ayudado por el impacto entre Sainz y Russell. El español perdió el control del auto y tuvo que abandonar la carrera. El problema para el de Guadalajara, cuándo no en las aventuras de Checo, es que el mexicano tenía un poco debilitado el alerón delantero tras un contacto con Valtteri Bottas de Alfa Romeo.
En el segundo giro de la carrera, Pérez rebasó sin problemas al McLaren de Norris para quedarse con el sexto lugar y comenzar a perseguir al próximo jubilado de la Fórmula 1, Sebastian Vettel. Pero, claro, el Red Bull del mexicano tenía que superar la pericia de este alemán cuatro veces campeón del mundo. Lo conseguiría unos kilómetros más adelante.
Pérez enloquecía a las gradas en el Circuito de las Américas con el envión de velocidad cuando pudo superar, en la séptima vuelta, a Lance Stroll y quedarse con el cuarto sitio de la carrera. La misión era atacar a los Mercedes. El mexicano intentó, sin éxito, atacar a Russell. Los minutos pasaban y Hamilton, cambió de neumáticos, para adelantarse. Eso provocó que Verstappen y Russell hicieran lo mismo. Pérez, en la vuelta 14, salió a los garajes y ese cambio le hizo retroceder al sexto lugar y detrás de Hamilton.
Una mala maniobra de Bottas provocó el safety car. Eso ayudó a que Leclerc cambiara de llantas y estuviera detrás de Pérez. Para ese momento de la carrera el orden era: Verstappen, Hamilton, Pérez y Leclerc. En el reinicio, el mexicano quería meter la zapatilla a fondo para ganarle a Hamilton, pero unos minutos después volvió a salir el coche de seguridad tras un choque entre Fernando Alonso y Stroll. De nuevo se detuvo un poco el ritmo de la carrera.
En el segundo reinicio en Austin, las distancias parecían que se mantenían, pero Leclerc se le acercaba a Checo Pérez. En el giro 29, el de Guadalajara vio cómo el monegasco casi le superaba. En la vuelta siguiente, la escena se repitió aunque esta vez Leclerc pudo superarle. Ni modo. El mexicano decía que le había empujado fuera de la pista y no hubo razón ni eco. Ahora, el mexicano con el auto sensible debía esperar a que Russell no le superara.
El caos se vino en Texas en las vueltas 35 y 36 Verstappen salió a los boxes y los mecánicos le entorpecieron el ritmo con un cambio de neumáticos de más de 11 segundos, un horror para los estándares de la Fórmula 1. Todo se le complicaba al campeón. Pérez se quedó como líder, pero en desventaja porque todos estaban mudando de neumáticos. Tardó hasta la vuelta 39, donde cayó hasta el quinto lugar. El mexicano intentó remontar para intentar alcanzar un lugar en el podio y solo alcanzó subirse al cuatro sitio. Nada más por hacer.
Red Bull ya cuenta cinco campeonatos del mundo y ha cerrado todo tipo de batallas frente a Ferrari y Mercedes este año a falta de tres carreras. A excepción del subcampeonato del mundo, mismo que se pelean Leclerc y Pérez con una diferencia de dos puntos. La siguiente semana, ya en Ciudad de México, el ídolo local tendrá su oportunidad de sacar ventaja.
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