Altos Hornos de México considera declararse en bancarrota para evitar los pagos acordados por Ancira con la justicia

La empresa Altos Hornos de México (AHMSA) explora la posibilidad de declararse en bancarrota en Estados Unidos como estrategia para evitar hacer los pagos que su dueño Alonso Ancira prometió al Gobierno de México a cambio de su libertad, informó el jueves el diario The Wall Street Journal. A Ancira se le acusa de haber pagado un soborno de 3,5 millones de dólares en 2012 al entonces director de la empresa del estado Petróleos Mexicanos Emilio Lozoya.

Ancira fue arrestado en Palma de Mallorca en mayo de 2019 y extraditado a México en noviembre del año pasado. Hace seis meses salió del Reclusorio Norte después que acordara vender su parte de la empresa y pagar 216 millones de dólares a Pemex para reparar el daño del desfalco del que se le acusa. Ahora, de acuerdo con fuentes anónimas citadas en el diario estadounidense, la empresa estudia declararse en bancarrota a través de la figura de Capítulo 11 en EE UU, lo cual le pudiera permitir evadir esos pagos al Gobierno. Bajo esta figura, las empresas pueden impugnar transacciones pasadas que otorgan un trato preferencial a algunos acreedores o accionistas sobre otros.

Ancira y su familia mantienen el control mayoritario de las acciones de AHMSA con el 55%, de acuerdo con el diario. El abogado de Ancira y de AHMSA, empresa que fuera la más grande acerera del país, dijo al diario que los acuerdos fueron “producto de la extorsión” por parte de funcionarios y acusó al Gobierno mexicano de amenazarlo de que si no vendía su empresa y pagaba, Ancira permanecería indefinidamente en la cárcel a la edad de 70 años. Ancira niega las acusaciones de sobornos y corrupción en su contra.

La justicia mexicana vincula al empresario con el pago de un presunto soborno Lozoya para que Pemex le comprara a AHMSA la planta de Agro Nitrogenados localizada en Veracruz a sobreprecio. La Fiscalía General detectó cuatro transferencias por 3,5 millones de dólares hechas entre junio y noviembre de 2012 desde la empresa de Ancira a Tochos Holding, una sociedad en un paraíso offshore donde el exdirectivo petrolero recibió sobornos para comprar una casa a cambio de favores.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que los 216 millones de dólares que Ancira acordó pagar son para reparar los daños que se le hizo a Pemex con la compra de una planta de fertilizantes considerada por analistas como chatarra. El 2 de septiembre, en conferencia de prensa matutina, el mandatario aseguró que “están mal aconsejando” a Ancira.

“Si ya había aceptado un acuerdo lo que procede es que lo cumpla, no va a obtener beneficios si busca con abogados leguleyos querer darle la vuelta a lo que ya se acordó, él debería estar agradecido, él sabe muy bien que vendió a sobreprecio esa planta, lo sabe perfectamente”, dijo López Obrador.

Por su parte, Lozoya fue detenido en febrero del año pasado y extraditado también por España, por presuntamente recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. La Fiscalía General de la República (FGR) no puso tras las rejas al exdirector de Pemex, solo se le retiró su pasaporte y le colocó un brazalete de seguimiento durante el proceso de investigación. El 10 de octubre, Lozoya causó indignación en México, cuando se le captó cenando en un restaurante de lujo en la Ciudad de México.

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