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El exdirigente de las FARC Rodrigo Granda regresa a Colombia luego de que México lo detuvo en el aeropuerto

El antiguo guerrillero, invitado a un seminario del Partido del Trabajo, permaneció retenido durante horas por una solicitud de Paraguay a la Interpol

Rodrigo Granda, exdirigente de las FARC, en 2020.
Rodrigo Granda, exdirigente de las FARC, en 2020.Mauricio Dueñas Castañeda ((EPA) EFE)

El viaje a México de Rodrigo Granda, exdirigente de la extinta guerrilla de las FARC, acabó la madrugada de este miércoles en su devolución a Colombia. Las autoridades migratorias del aeropuerto de la capital negaron la entrada al antiguo miembro de la organización insurgente colombiana, que había sido invitado a un seminario del Partido del Trabajo, aliado del presidente Andrés Manuel López Obrador. Algunos dirigentes de Comunes, la fuerza política nacida de las FARC, acusaron al Gobierno de Iván Duque de pedir a la Interpol la activación de una circular roja contra el excombatiente. Sin embargo, según aclaró a través de Twitter el ministro de Defensa, Diego Molano, la retención se debió a una solicitud cursada por Paraguay “por secuestro, asociación criminal y homicidio doloso”.

Esa alerta hizo saltar las alarmas de los agentes de Instituto Nacional de Migración (INM) y posteriormente de la Fiscalía General de la República (FGR). Granda llegó a la Ciudad de México al mediodía con una delegación encabezada por Rodrigo Londoño, Timochenko, presidente de Comunes. Fuentes gubernamentales aseguraron a las nueve y media de la noche que “no estaba detenido” y que el episodio estaba a punto de resolverse con su entrada a México. Pero el exdirigente de las FARC, que hace cinco años fue uno de los firmantes de los acuerdos de paz que pusieron fin a medio siglo de conflicto armado, optó por regresar en un vuelo de Avianca al país sudamericano, donde la circular emitida por Paraguay carece de efectos. La decisión, según han informado este miércoles tanto la Secretaría de Relaciones Exteriores como el partido Comunes, fue voluntaria. “Se notificó que sí se le concedía el ingreso a México”, señala un comunicado en el que el Gobierno mexicano reitera su apoyo sin matices al proceso de paz. Optó por regresar “para evitar más inconvenientes”, sostiene Comunes.

Ni el Ejecutivo ni la Cancillería de Colombia se han pronunciado todavía sobre el episodio, con la salvedad del titular de Defensa. “Ratificamos que Interpol Colombia no está facultada ni tiene acceso para modificar, aclarar o cancelar la información publicada por otros países”, agregó Molano ante los señalamientos de los excomandantes de la guerrilla Carlos Lozada y Pablo Catatumbo, que hoy ocupan dos de los diez escaños en el Congreso para los excombatientes contemplados en los acuerdos. Lozada habló de “clara violación del acuerdo de paz que quieren hacer trizas”.

En medio de la confusión, Londoño, se mostró prudente. “Esta es la hora, 8.15 de la noche, en que Rodrigo Granda no ha podido ingresar a Ciudad de México. Yo realmente no sé qué pasó. No quiero presumir cosas, no quiero especular. Llamo a la comunidad internacional a que por favor estén pendientes de la seguridad y del estado de Rodrigo Granda”, afirmó en un video de un minuto difundido en las redes sociales. Timochenko explicó que Comunes recibió el 25 de septiembre una invitación del Partido del Trabajo para participar en unas jornadas que, entre otros temas, van a abordar el proceso de paz en Colombia.

Al igual que él, Granda viajó con el permiso correspondiente de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el tribunal encargado de juzgar los crímenes más graves del conflicto armado, como sostienen los dirigentes de Comunes y pudo confirmar este periódico. Sin embargo, la JEP solo puede suspender las órdenes de captura nacionales.

Granda era considerado el canciller de las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y en el pasado ha sido motivo de crisis internacionales. En su momento, la justicia de Paraguay pidió su extradición por el sonado caso del secuestro y posterior asesinato, a finales de 2004, de Cecilia Cubas, hija del expresidente de ese país Raúl Cubas. Una docena de integrantes de una fracción radical del grupo izquierdista Partido Patria Libre (PPL) fueron condenados por ese crimen, pero la justicia paraguaya también ha investigado la implicación de Granda, señalado por la Fiscalía de asesorar desde Venezuela a los dirigentes del grupo izquierdista en las negociaciones con la familia Cubas.

A comienzos de 2005, cuando ejercía como enlace internacional de las FARC, el Gobierno colombiano de Álvaro Uribe (2002-2010) anunció la captura de Granda en la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela. Después, se conoció que el líder de las FARC fue detenido días antes del otro lado de la línea limítrofe y trasladado hasta Colombia, en lo que el entonces presidente Hugo Chávez consideró una violación de la soberanía que provocó una crisis entre los dos vecinos.

Dos años después, Uribe, visceral enemigo de los acuerdos de paz alcanzados por Juan Manuel Santos, liberó a Granda. En ese momento era el preso más importante de las FARC y esa fue una decisión que no se dio en el marco de un proceso de paz. Fue un gesto unilateral para buscar que la guerrilla más antigua de América dejara en libertad a sus rehenes, entre ellos Ingrid Betancourt. Lo hizo por sugerencia del entonces presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, según cuenta el propio exmandatario en su libro No hay causa perdida. Pero las FARC no reconocieron ese gesto.

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