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Ebrard calienta el debate de la sucesión y asegura que solo contempla ser candidato de Morena

El canciller reitera que aspira a la presidencia, pero que por ahora está centrado en sus responsabilidades actuales: “Si te distraes te caes”

Francesco Manetto
El canciller Marcelo Ebrard, este jueves durante su discurso en la Asamblea General de Naciones Unidas
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, durante su intervención ante la Asamblea General de la ONU el pasado septiembre.Mary Altaffer / POOL (EFE)

El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, ha dado un nuevo impulso al debate sobre la sucesión de Andrés Manuel López Obrador y ha reiterado que aspira a disputar la presidencia en las elecciones de 2024. Sin embargo, este miércoles ha sido más preciso y ha acotado el horizonte al negar que tenga pensado buscar una candidatura alternativa si las condiciones de la selección interna le perjudicaran. “Voy al proceso de Morena. No tengo pensado otro escenario, voy a participar en lo que Morena determine y ahí vamos a estar, pero lo seguimos comentando en su tiempo”, ha afirmado en una entrevista en Radio Fórmula.

Ebrard ha ido más allá que en julio, cuando ya había sugerido su postulación, en una entrevista en Radio Fórmula. Entonces el mandatario le incluyó en una lista de posibles aspirantes junto a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el coordinador de senadores de Morena, Ricardo Monreal. Estos son los tres nombres que copan todas las quinielas, aunque esta semana López Obrador ha asegurado que no tiene ningún favorito. “Le agradezco mucho al señor presidente que me haya nombrado en esa lista tan clara que dio a conocer aquel día. Lo que hace es poner sobre la mesa, que por cierto, no es usual, a quién piensa él que hizo un trabajo que merezca o pueda ser considerado en el proceso de 2024″, ha agregado el canciller.

Aun así, Ebrard ha insistido en que no hay que precipitarse. Se lo transmitió a unos amigos y colaboradores durante una comida. “Vamos a hacer una cosa. Esto va a ser dentro de dos años, por supuesto que me interesa participar y claro que es algo que ha sido con compromiso de vida. Pero les pido que tengan claro que primero hay que sacar adelante las responsabilidades”, ha dicho en conversación con el periodista Joaquín López-Dóriga.

“Dentro de dos años, cuando se convoque a participar, ahí estaremos. Si te distraes, te caes”, ha zanjado el veterano político, uno de los secretarios con mayor proyección del Gobierno. La Cancillería ha encabezado en los últimos meses la gestión del programa de vacunación contra la covid-19, ha incrementado su iniciativa diplomática en la región y de ese departamento depende también la relación con Estados Unidos y la Administración de Joe Biden, con la que el Gobierno mexicano selló la semana pasada un nuevo plan de seguridad.

La estrategia de Ebrard siempre ha sido la de esperar a que López Obrador abriera el juego. El presidente aún no lo ha hecho, al menos formalmente, pero ya se ha pronunciado en repetidas ocasiones sobre el proceso de sucesión lanzando mensajes en clave interna. A eso se suman las diferencias sobre el método de selección, que puede ser una encuesta como defiende el gobernante o una elección primaria al estilo norteamericano o europeo como pidió Monreal. El diseño del proceso ya ha empezado a agitar las filas del movimiento y le ha costado críticas a su presidente nacional, Mario Delgado, por el esquema de afiliación. Mientras tanto, se suceden las fotografías, las declaraciones de intenciones y las interpretaciones de cada paso.

Todos los protagonistas ya están alineados para la campaña más larga de la historia. Y todos los focos miran a Morena porque las fuerzas de la oposición, que intentan rearmarse bajo el paraguas de la coalición Va por México, carecen de liderazgos. Y pese a que los posibles aspirantes del partido oficialista tengan responsabilidades de primera línea y una relación cercana con López Obrador, este revolvió hace semanas la baraja al jugar a poner notas a los dirigentes. Sheinbaum, dijo en referencia a su gestión en la capital, “es de primera”. “Y hay otros servidores públicos del Gobierno que también tienen MB [muy bien], casi todos MB. Está muy bien. Pero de Gobiernos independientes, autónomos, soberanos, como el Gobierno de la ciudad, Claudia, de primera”, consideró. Al mismo tiempo, el presidente negó que existan rivalidades entre los tres: “Ellos son amigos. Todos son amigos, todos son compañeros. Todos tenemos un propósito superior, que es la transformación de nuestro país”.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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