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López Obrador sobre los menores armados de Guerrero: “No se debe usar a los niños”

Tras el nuevo pedido de auxilio de las autodefensas de la región, el mandatario señala que se les atenderá y defiende que el índice de homicidios va a la baja en el Estado

Pablo Ferri
Niños armados en el Estado de Guerrero, en México.
Niños armados en el Estado de Guerrero, en México.Monica Gonzalez

El discurso del vamos a mejor ha sobrevolado de nuevo Palacio Nacional en México, esta vez por el pedido de auxilio de las autodefensas de Ayahualtempa, una pequeña comunidad del sur del Estado de Guerrero. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, se ha referido este jueves en su conferencia de prensa matutina al evento que organizó la policía comunitaria la semana pasada en la localidad, para tratar de llamar la atención de las autoridades sobre la presión de los grupos criminales. En el evento, las autodefensas presentaron a niños cargando armas, igual que hicieron el año anterior. López Obrador ha dicho que “no se debe usar a los niños”.

El mandatario ha tocado el tema a preguntas de una reportera, que ha insistido sobre la situación de la población en Ayahualtempa, en concreto los niños. López Obrador ha señalado que la situación en Guerrero ha mejorado desde que su Gobierno tomó posesión, en diciembre de 2018. “Hay una tendencia a la baja en los homicidios en Guerrero. No lo puedo decir de otros Estados, no lo puedo decir de Guanajuato, por ejemplo. Y lo lamento, porque allí ha crecido. Igual que el caso del Estado de México, Jalisco o Zacatecas”, ha argumentado. “Pero sí de Guerrero. Aquí no hay cifra negra. Puede haber cifra negra en robos, violaciones, secuestros… Pero no en homicidio”, ha añadido.

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Los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, órgano que recolecta las cifras del delito en los Estados, dan la razón al mandatario. De 2018 a la fecha, el índice de homicidios dolosos en el Estado -homicidios intencionales, asesinatos- ha disminuido. Si en 2018, último año del Gobierno de Enrique Peña Nieto, el Estado contó 2.222, en 2019 fueron 1.579 y en 2020, 1.222. En los primeros meses de este año la tendencia se ha mantenido a la baja.

Aunque resulta una estadística relevante, la contención de los asesinatos en el Estado parece insuficiente para entender la violencia -o las violencias- que enfrentan los vecinos de Ayahualtempa y otras comunidades de los municipios de José Joaquín Herrera y Chilapa. Durante años, grupos criminales amparados por caciques y facciones políticas se han enfrentado en la región, muchas veces en contextos electorales, otras por el control de las rutas a los sembradíos de marihuana y amapola en las zonas altas de la sierra y por los municipios cercanos a los mismos sembradíos.

Hace más de cinco años, dos de los grupos criminales de la zona, Los Ardillos y Los Rojos, llevaron su batalla al centro de Chilapa, la ciudad más importante de la zona, sede compartida de la diócesis estatal. En pocos días, los vecinos denunciaron la desaparición de decenas de personas, número que creció con los años y llevó a algunas de sus familias al exilio.

Desde entonces, los señalamientos por la presunta cercanía de políticos locales, del PRD y el PRI principalmente, con uno y otro grupo han sido constantes, pero las autoridades han fracasado en desarticular a las organizaciones, sobre todo en el caso de Los Ardillos.

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La policía comunitaria de Ayahualtempa señala precisamente a Los Ardillos como origen y fin de sus problemas. La ausencia de autoridades con capacidad o voluntad para hacerles frente resulta en una situación asfixiante. Bernardino Sánchez, coordinador de la policía comunitaria, lo explicaba así hace unos días a EL PAÍS: “El Gobierno no nos ha cumplido. Le pedimos ayuda contra los grupos y no la ha prestado. Le pedimos maestros de secundaria, porque no podemos salir del pueblo, y no han llegado. Nuestra tarea es cultivar el campo, si no quiere que nos armemos, que nos dé seguridad”.

López Obrador ha argumentado que la Guardia Nacional ya se hace cargo del asunto. La reportera ha insistido en que la autoridad está “rebasada”, pero el mandatario ha sugerido que esa impresión parte de vídeos o informaciones periodísticas tendenciosas. “Todos los días en Chilpancingo hay una mesa de seguridad, donde participa la Guardia Nacional, Secretaría de la Defensa, la Marina, el Gobierno del Estado… Estamos atendiendo esto. Entonces, ojalá no se use los niños”, ha zanjado.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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