Detenido uno de los posibles involucrados en el asesinato del exgobernador Aristóteles Sandoval
La Fiscalía de Jalisco recupera la grabación de las cámaras de seguridad del centro comercial y fotografías de los presuntos autores materiales del homicidio del exgobernador
La Fiscalía de Jalisco ha detenido a uno de los posibles involucrados en el brutal asesinato del exgobernador Aristóteles Sandoval del pasado viernes 18. La institución ha anunciado la captura este miércoles como un “avance importante” en una investigación que avanza a trompicones, cinco días después de que un grupo de hombres armados acribillaran a balazos al exmandatario jalisciense en el baño de un bar de Puerto Vallarta y que además lo esperaran en la puerta para balacear su coche cuando iba de camino al hospital. Las autoridades mexicanas tienen el reto estos días de ponerle un límite a la impunidad en este tipo de homicidios. En un Estado cercado por el narcotráfico, donde solo unas horas después de la ejecución, el establecimiento limpió cualquier indicio de la escena del crimen.
Del detenido, como de casi cualquier paso en la carpeta del crimen, no se sabe nada más. Fuentes de la Fiscalía reconocen a este diario el “sigilo” extremo con el que se está llevando a cabo la investigación, un caso que ha desbordado a la entidad, ya golpeada por el terror del narco. En Jalisco tiene su sede el cartel más poderoso de México, según la DEA, el de Nueva Generación, liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho. La muerte de Sandoval ha puesto al Estado en una nueva situación límite, se trata del primer exgobernador de Jalisco asesinado a sangre fría en una de las joyas de la corona del turismo mexicano. Si el crimen gana esta batalla, el mensaje para los habitantes está claro: no hay nadie a salvo de la violencia y la impunidad.
Las autoridades no han detallado el grado de implicación del recién detenido, el único hasta ahora. Solo han dado a conocer que “tuvo alguna relación con los hechos”. Aunque no es pública más información por el momento, se espera que este jueves —que se cumple el plazo máximo de prisión preventiva del acusado— la Fiscalía dé más datos. La ausencia de detalles sobre la acusación enciende las sospechas de la ciudadanía sobre el avance de la investigación, porque para detener a alguien y mantenerlo encerrado dos días se necesita una orden judicial y por tanto una acusación formal.
Además, la institución ha anunciado que cuenta con las imágenes de las cámaras de seguridad de la plaza comercial donde se encuentra el restaurante donde fue asesinado Sandoval y retratos de los autores materiales del homicidio. No ha confirmado si el detenido es alguno de los que aparecen en las fotografías. Tampoco sobre el resto. Y mucho menos, si detrás de uno de los asesinatos que más ha sacudido al país en este año se encuentra el gran grupo criminal de México. Aunque la capacidad operativa que requiere ingresar armado a un local, además de una decena de hombres con rifles a la puerta del establecimiento, parece despejar las dudas de cualquiera que conozca la historia sangrienta de Puerto Vallarta.
Este enclave turístico del Pacífico mexicano convive con dos realidades antagónicas. El lujo de los coches deportivos, resort todo incluido frente al mar y jates para el turismo estadounidense y canadiense; pero también un lugar de ocio de los grandes narcos del país. En Puerto Vallarta fueron secuestrados los hijos y herederos del imperio del narcotráfico de Joaquín El Chapo Guzmán a manos presuntamente de sus rivales del Cartel Jalisco Nueva Generación en 2016.
Alrededor de la 1:40 del pasado viernes viernes Sandoval se levantó de la mesa del bar para ir al baño. Allí le estaban esperando y fue tiroteado por la espalda. Cuando los escoltas del político lo recogieron para llevarlo malherido a un hospital, el coche fue de nuevo atacado por unos 10 sicarios, según las autoridades, y varias ráfagas de fusil.
El exgobernador estaba en esa localidad desde el 12 de diciembre y contaba con un equipo de seguridad, asignado por el Estado, de unas 15 personas. La noche del jueves, alrededor de las 22.00, Sandoval llegó al bar Distrito 5 en la avenida Francisco Medina Ascencio, la principal del puerto. Allí se reunió con tres personas más, cuyas identidades no han sido reveladas: dos hombres y una mujer. Tres horas más tarde, se separó del grupo y fue atacado. El fiscal aseguró a la prensa local que en esta ocasión al exmandatario solo le acompañaban dos guardaespaldas —uno de ellos resultó herido— y un chófer.
Los motivos del asesinato del que fuera en 2012 una de las jóvenes promesas del tradicional Partido Revolucionario Institucional (PRI) son todavía un misterio. El Gobierno de Sandoval al frente del Estado de Jalisco (de 2013 a 2018) estuvo marcado por el auge desbocado del cartel Jalisco Nueva Generación. En marzo de 2013 fue asesinado en las calles de Guadalajara su recién nombrado secretario de Turismo, Jesús Gallegos. Al año siguiente, un operativo frustrado para detener a El Mencho, desató una insólita oleada de violencia en el Estado, que incluyó el derribo de un helicóptero militar a cañonazos y el bloqueo de 39 carreteras. En 2018, ya con Sandoval en la rampa de salida, su fiscal Luis Carlos Nájera fue emboscado a plena luz del día a la salida de un restaurante de moda de Guadalajara.
Sandoval era conocido en los pasillos de la política mexicana por no haber cedido a los chantajes del todopoderoso Cartel Jalisco. Y algunos medios locales han informado de que el exgobernador llegó a soportar amenazas de muerte. El que fuera su director de discursos y amigo, Juan Carlos Magallanes, recordaba en una entrevista a este diario pocas horas después de su asesinato: “En alguna ocasión me dijo que le intentaron contactar los malos. Que chinguen a su madre, les dijo”.
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