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Joao Maleck, caída en desgracia y absolución de la penúltima estrella fugaz del fútbol mexicano

El joven futbolista paga una fianza de 150.000 dólares para salir de la cárcel, después de conducir ebrio y provocar un accidente que se cobró la vida de una pareja

Joao Maleck, en un partido con el Oporto, en 2017.
Joao Maleck, en un partido con el Oporto, en 2017.Gualter Fatia (Getty)

La primera promesa que hizo Joao Maleck al salir de la cárcel fue que no iba a volver a beber. “Dios me dio una segunda oportunidad”, dijo el futbolista mexicano de 21 años después de reaparecer montando en un coche y rodeado por reporteros. Fue a bordo de otro vehículo cuando su vida dio un vuelco dramático. El 23 de junio de 2019, Maleck salió de una discoteca en Guadalajara, tomó las llaves del auto y provocó un aparatoso accidente al conducir ebrio y a exceso de velocidad. Dos personas murieron, una pareja recién casada. Tras 15 meses en la cárcel, el joven pagó esta semana una fianza de tres millones de pesos (unos 150.000 dólares) para recobrar su libertad, ante la estupefacción de los familiares de las víctimas. “Nuestra reacción es de injusticia y de tristeza”, lamenta José López Lucano, abogado de una de las familias.

La secuencia del choque, filtrada a la prensa, dura apenas 15 segundos. El cupé deportivo de Maleck circulaba a primera hora de la mañana por la avenida Tepeyac, en el municipio de Zapopan, a más de 160 kilómetros por hora, como si fuese por una carretera. El coche en el que viajaban Alejandro Castro y María Fernanda Peña, y que fue embestido por la parte trasera, apenas superaba los 35 kilómetros por hora, según los peritajes. Antes, pasadas las tres de la mañana, Maleck había subido un vídeo en su cuenta de Instagram sosteniendo un trago en un bar. Sobre esa hora, la pareja había celebrado el casamiento.

El futbolista fue hallado culpable de homicidio culposo agravado y sentenciado en octubre pasado a tres años, ocho meses y dos semanas de prisión. Sin embargo, como ya había cumplido un tercio de la condena en el penal de Puente Grande, el castigo se redujo a una indemnización, que fue cubierta por una aseguradora.

“Quiero ofrecer una disculpa pública a las familias afectadas y decirle a toda la gente que entré siendo un Joao Maleck y salí siendo otro”, aseguró. Los representantes legales de las víctimas lo dudan. “Quedarás marcado de por vida como un asesino. Vas a seguir jugando a la pelotita, como si nada hubiera pasado”, dijo Martha Álvarez-Ugena, la madre de Peña, tras conocer la sentencia. Maleck mantiene su contrato con el Santos Laguna de la Liga mexicana y espera retomar su carrera deportiva, aunque el equipo ha dicho que no tiene cabida en el plantel. La Liga ha esquivado dar una postura de lo ocurrido. “Notamos cierto favoritismo, se debería dar un trato igual a todos”, acusa el abogado y dice que se enteró primero de la noticia por los medios y no por el tribunal.

Los familiares de María Fernanda Peña, una de las víctimas, tras el funeral.
Los familiares de María Fernanda Peña, una de las víctimas, tras el funeral.Fernando Carranza (CUARTOSCURO)

El futbolista no logró debutar en la Primera División en México, pero se perfilaba como una de sus principales promesas. Maleck despuntó en las divisiones inferiores de Santos con 21 goles y la selección mexicana le llamó para formar parte de una nueva generación del Tri de menores de 20 años. Se hablaba de que podía convertirse en el primer afromexicano en vestir la camiseta del equipo nacional, y que era un prodigio que había despertado el interés de la selección de Francia y de Camerún. El Oporto, club experto en contratar jóvenes para revenderlos en millones de dólares, le reclutó, a manera de préstamo, apenas había superado la mayoría de edad. Su talento le abrió camino en Europa y terminó con una oportunidad en el Sevilla Atlético, filial del conjunto andaluz, con una esperanza de dar el salto al primer equipo. Era visto como el delantero del futuro para su país y las expectativas sobre él no encontraban techo.

“Espero estar en un año o dos en la selección mayor de México”, dijo Maleck en una entrevista a Récord en 2018. Dos años después, ese anhelo está prácticamente enterrado y el caso ha puesto bajo la lupa el modo de vida de los futbolistas fuera de la cancha. Todo llega demasiado rápido: el dinero, la fama, el trato preferencial y el alcohol. Y mientras cada vez más equipos apuestan por un proceso de formación integral, el fútbol mexicano batalla con incidentes de jugadores que son acusados de violencia machista, riñas que acaban a tiros en bares y con vehículos de lujo destrozados tras una noche de farra. El debate se centra entre quienes piden que se respete la vida privada de los futbolistas y quienes defienden su escrutinio como figuras públicas.

En el caso Joao Maleck, el frente jurídico sigue abierto. Sus abogados defienden que no hubo dolo, y el joven quiere reunirse con las familias afectadas para reparar el daño y hacerse cargo de su manutención. Más de un 1,1 millones de pesos (55.000 dólares) serán para indemnizar a la madre de Peña, mientras que el resto será para los dos hijos huérfanos de las víctimas. López Lucano adelanta que apelará la liberación y que espera una respuesta del tribunal en los próximos meses. “Estoy muy arrepentido de lo que pasó”, dijo Maleck tras ser liberado, “ahora tengo más responsabilidad con la sociedad y con las familias, y sin duda salgo más motivado que nunca”.

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