Rusia pide autorización para administrar su vacuna Sputnik V en México
El secretario de Exteriores, Marcelo Ebrard, confirma que los fabricantes rusos han presentado ya la solicitud a Cofepris para comenzar los ensayos clínicos
El Gobierno mexicano sigue ampliando sus opciones para vacunar a la población contra la covid-19. Después de la autorización a Pfizer, el secretario de Exteriores, Marcelo Ebrard, ha confirmado este lunes que los fabricantes rusos han presentado la solicitud para administrar su vacuna Sputnik V en México. De momento, Rusia ha entregado la documentación a la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) para poder realizar ensayos clínicos en el país y obtener así la autorización. La entrada de la vacuna rusa en México se habría hecho a invitación del Ejecutivo de Andrés Manuel López Obrador, según ha dicho Ebrard en su cuenta de Twitter.
En septiembre, México acordó con Rusia el suministro de 32 millones de dosis de su vacuna. El laboratorio mexicano Landsteiner Scientific será el encargado de distribuirla, de acuerdo con la agencia estatal rusa. El director del Fondo Ruso de Inversión Directa (RPFI), Kiril Dmítriev, apuntó entonces que con ese lote de la Sputnik V “cerca del 25% de la población mexicana podrá acceder a una vacuna eficaz y segura”. Estaba previsto que el suministro empezará el 1 de enero, pero esa fecha podría adelantarse si la Cofrepris da luz verde a completar los ensayos en pacientes voluntarios mexicanos antes.
La llegada de la vacuna rusa a México supone una nueva jugada en el tablero geopolítico. Por un lado, permite al presidente López Obrador afianzar sus opciones de vacunación. El mandatario ya había insistido en varias ocasiones que México tenía un “trato especial” con Estados Unidos, China y Rusia: “Nos consideran como un país prioritario”. Y, al otro lado del mundo, ayuda a la difusión de una vacuna criticada por los expertos por la rapidez de sus ensayos y la falta de transparencia. Rusia pretende con Sputnik V devolver a la ciencia rusa a la primera línea, y para eso necesita de la confianza de los países para suministrarla.
El Kremlin, que empezó la campaña de vacunación generalizada el pasado lunes, ha desplegado la maquinaria para dar a conocer la Sputnik V en todo el mundo. Y gran parte de sus expectativas se centran en América Latina, donde Rusia cultiva cada vez más intereses. El presidente argentino, Alberto Fernández, incluso dijo la semana pasada que sería el primero en ponerse la dosis rusa “antes que nadie para que nadie le tenga miedo”.
La Sputnik V, desarrollada por el instituto público Gamaleya, fue la primera vacuna en registrarse en el mundo. Su nombre, que hace referencia al primer satélite en lanzarse al espacio y con el que la URSS adelantó a Estados Unidos en la carrera espacial, ilustra la importancia que tiene para Moscú encabezar esta nueva carrera científica de lucha contra la covid-19.
En México, la Cofepris aprobó el viernes el suministro de la vacuna de Pfizer. El país se convirtió en el primero de Latinoamérica en aprobar la vacuna de la farmacéutica estadounidense y será también el que inicie la inmunización masiva en la región. Las previsiones del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, apuntan a que el plan de inmunización se iniciará con ayuda del Ejército en la tercera semana de diciembre con los primeros 250.000 viales que lleguen al país.
López Obrador ya adelantó que la vacuna sería universal, gratuita y de fácil acceso para la población. El personal sanitario será el primero en ser inmunizado por estar en la primera línea de batalla contra la enfermedad, siendo México el país con más mortalidad entre médicos y enfermeros por coronavirus en todo el mundo. López Obrador ha sugerido a las empresas que se encarguen de vacunar a sus trabajadores como “una contribución solidaria”, pero ha insistido que la responsabilidad de garantizar el derecho a la salud es del Estado mexicano.
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