Paternidad aplicada: 10 consejos para convertirte en un progenitor irritante
Hay padres y madres que incomodan e irritan constantemente y no se sabe si lo hacen a propósito o no. Hablar constantemente de los hijos o citar términos en inglés sin parar son algunas pautas para comportarte como ellos
En el desbordante mundo de la crianza todos hacemos lo que podemos con la mejor de las intenciones. ¿Todos? No, en una pequeña aldea vive un grupo de irreductibles progenitores que destacan por incomodarte, irritarte o humillarte constantemente sin necesidad de ninguna poción mágica.
Nunca sabremos si lo hacen a propósito o son totalmente inconscientes de los efectos de su comportamiento. En cualquier caso, si quieres salir del anonimato y destacar como ellos, aquí tienes 10 co...
En el desbordante mundo de la crianza todos hacemos lo que podemos con la mejor de las intenciones. ¿Todos? No, en una pequeña aldea vive un grupo de irreductibles progenitores que destacan por incomodarte, irritarte o humillarte constantemente sin necesidad de ninguna poción mágica.
Nunca sabremos si lo hacen a propósito o son totalmente inconscientes de los efectos de su comportamiento. En cualquier caso, si quieres salir del anonimato y destacar como ellos, aquí tienes 10 consejos que te convertirán en un auténtico progenitor irritante.
- Olvida el pacto no escrito de usar el WhatsApp grupal del cole solo para asuntos importantes y satúralo enviando fotos de tus críos con algún otro niño de clase cuando estén en el parque. A ser posible, envía muchas, y que pesen mucho, para gastar más datos y que los padres ocupados pierdan tiempo pensando que son mensajes importantes.
- Si aspiras a marcar la diferencia, cuando otros padres comuniquen que su hijo no irá a clase por estar enfermo en vez del protocolario “que se mejore” adjunta una foto de tu hijo feliz y sin mocos, con algo tipo “pues el mío está bien”.
- Cada vez que coincidas con un padre, sobre todo si tiene prisa y lo ves agobiado por su hijo, procura acorralarle para glosar las virtudes de tu hijo. Que se vea bien claro que él es un prodigio y que a los demás niños les cuesta mucho y nunca estarán a su nivel.
- En reuniones de padres, cuando veas a todo el mundo muy cansado y con ganas de irse, levanta la mano para exponer tu sistema de crianza particular, con el conjuro “yo más que una pregunta tengo una reflexión”.
- Mira con superioridad y comenta con acidez cualquier alimento que le den otros padres a sus hijos. Da igual si son industriales o naturales, con azúcar o sin, mucha cantidad o poca... La frase comodín para sembrar la discordia es: “¿Estás seguro de que le sentará bien?”.
- Cita con convicción términos en inglés y nombres extranjeros, para que se note que tú sabes mucho más de crianza que los demás. Una vez dices Montessori los siguientes apellidos te los puedes inventar y no se nota.
- Habla a todas horas de tu hijo en todas las conversaciones, aunque no vengan a cuento y aunque tengas que forzar las anécdotas para incluirlas. Eso, además, te dará un plus de antipatía por parte de tus compañeros sin hijos, a los que puedes enfurecer rematando con la incómoda frase: “¿Y tú para cuándo?”.
- Procura ser paternalista y sabelotodo con los primerizos. Quítale toda la importancia a sus dramas, por mucho que tú pasaras por lo mismo. Y si tienes dos o más hijos, restriégaselo siempre para que sepan que el verdadero esfuerzo de la crianza lo haces tú y que lo suyo es un simple pícnic al sol.
- Ante gente que lo tiene muy difícil para llegar a final de mes, recalca siempre lo que te cuestan todas las extraescolares innecesarias de tus críos. Y añade la coletilla final “yo es que por ellos no escatimo ni un euro”, que les hará sentirse peor por no poder dar a los suyos lo mismo.
- Y si tienes tiempo y ganas de crujir el espíritu de más padres, consigue un puesto de poder en el AFA, AMPA, APA o como lo llaméis del centro de tus hijos y procede a sentirte ministro de menudencias. Ahora ya puedes controlar el cotarro de las extraescolares y de los festivales del curso. Ahora ya puedes sentir el poder.
Si aplicas con constancia estos consejos, ganarás adeptos que quedarán fascinados o descolocados por tu crianza ejemplar y gente que te mirará con asco (que será la mayoría, aunque a ti ni te importará, porque habrás silenciado tu empatía). Sea como sea, igual que las estrellas de rock y las celebrities, no dejarás a nadie indiferente.
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