Sébastien Lecornu, primer ministro de Francia, recurre a una ley de emergencia ante la ausencia de presupuestos
El mandatario prorrogará temporalmente las cuentas de este año hasta que se retomen en enero las negociaciones para aprobar las de 2026
El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, ha presentado este lunes en un Consejo de Ministros extraordinario una ley especial de emergencia que permitirá prorrogar temporalmente los presupuestos de este año, tras fracasar en su intento de sacar adelante los de 2026. Esta solución “es temporal, no son unos presupuestos”, ha recordado el presidente, Emmanuel...
El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, ha presentado este lunes en un Consejo de Ministros extraordinario una ley especial de emergencia que permitirá prorrogar temporalmente los presupuestos de este año, tras fracasar en su intento de sacar adelante los de 2026. Esta solución “es temporal, no son unos presupuestos”, ha recordado el presidente, Emmanuel Macron, que ha presidido la reunión. El Gobierno ya está fuera de tiempo para aprobar unas cuentas dentro de los plazos que marca la Constitución, así que esta ley provisional, de mínimos, es el último recurso. Asamblea y Senado tendrán que validarla este martes.
Antes de hacer oficial que recurre a la solución de emergencia, Lecornu ha hecho una ronda de consultas con los partidos con vistas a retomar las negociaciones para dotar a Francia de un presupuesto en enero, tras la pausa navideña. El domingo recibió a los líderes de las formaciones que apoyan al Gobierno (Renacimiento y Horizons). Este lunes se reunió con el Partido Socialista, ecologistas y comunistas y también con el partido conservador de Los Republicanos.
La ley de emergencia se presentó en un consejo tardío presidido por Macron, que ha vuelto este lunes de Abu Dabi, donde ha estado dos días festejando la Navidad con los militares franceses destinados en Emiratos Árabes. En rueda de prensa tras la reunión, la portavoz del Ejecutivo, Maud Bregeon, recordó que “el presidente de la República insiste en que esta ley especial no es un presupuesto y en enero el país debe tener uno nuevo”. “La voluntad del Gobierno, al optar por esta opción, es dar una oportunidad a la negociación”, ha señalado.
El viernes, ya en la recta final del debate presupuestario y tras dos meses de negociaciones, una comisión formada por diputados y senadores fracasó en su intento de pactar el proyecto final de la ley financiera. Esta tendría que haberse votado como tarde este martes para ser promulgada el próximo 31 de diciembre, según los plazos constitucionales.
Tras su encuentro con Lecornu, el líder de los socialistas, OlivierFaure, ha reprochado a la derecha conservadora su falta de voluntad para llegar a un consenso. “Hemos tenido frente a nosotros a una derecha que rechaza todo tipo de compromiso”, dijo, en referencia a la postura de algunos senadores de Los Republicanos implicados en la negociación, que se negaban a incluir ciertas reivindicaciones de la izquierda en el texto presupuestario.
Esta ley especial es un parche provisional con el que el Gobierno gana algo de tiempo, pues la idea es retomar las conversaciones el 5 de enero y aprobarlas cuentas “a finales de enero”, insistió la portavoz gubernamental. Esta ley de servicios mínimos permite al Estado recaudar impuestos y pagar a los funcionarios, pero no da margen de maniobra, por ejemplo, para acometer los recortes necesarios para reducir el endeudamiento del país, como ha recordado el ministro de Finanzas, Roland Lescure, tras el consejo. Tampoco permitirá aumentar el presupuesto militar para los próximos años, una de las prioridades de Emmanuel Macron. “El Gobierno no gastará más allá de lo autorizado en 2025”, ha advertido la portavoz del Ejecutivo. También ha recordado que hay 1.600 contrataciones en el Ministerio de Justicia y otras tantas en Interior que se congelarán a la espera de tener unas cuentas ‘de verdad’. “No estamos en el caos, pero esto es sólo una solución temporal, un esparadrapo”, ha dicho Bregeon.
Tanto ecologistas como comunistas ya avanzaron, tras verse con Lecornu, que votarán en contra de la ley financiera tal y como está configurada, cuando se retome el debate en enero. Sí apoyarán la ley especial este martes, pues a nadie le interesa la parálisis económica que supondría no hacerlo.
La cuesta de enero se presenta complicada para Sebastién Lecornu, que tiene otra alternativa posible. Es la que se vislumbra con fuerza de cara a las futuras negociaciones: recurrir al artículo 49.3 de la Constitución, que permite aprobar las cuentas por decreto, sin voto. Cuando Lecornu fue nombrado primer ministro se comprometió con los socialistas a no hacer uso de este polémico artículo, a cambio de que no le censuraran. Varios líderes políticos le han pedido en los últimos días que dé marcha atrás en su decisión para, ante la falta de consenso, aprobar de una vez unos presupuestos adaptados. Es la opción de Macron.
En este caso, Lecornu se expone a que la izquierda presente una moción de censura a su Gobierno, aunque no se le podrá reprochar que no lo ha intentado. Fue nombrado en el cargo hace apenas dos meses y su principal desafío era tratar de sacar adelante unos presupuestos sin ser censurado rápidamente. Una misión nada fácil, en una Asamblea muy fragmentada con posturas económicas muy divergentes. Sus predecesores Michel Barnier y François Bayrou cayeron en el intento, tras presentar paquetes con recortes históricos.
Lecornu ha logrado sobrevivir dos meses, ha intentado buscar consensos y salir del bloqueo político. Logró el apoyo de los socialistas haciendo algunas concesiones difíciles, como la suspensión de la reforma de las pensiones de 2023 o su compromiso de renunciar al 49.3. Todo indica que tendrá que retractarse si quiere dotar a Francia de un presupuesto. El Gobierno vuelve al punto de partida en enero, con unas negociaciones presupuestarias que se harán sobre la base del documento ya debatido, aunque en un contexto político si cabe más complicado: a apenas tres meses de las elecciones municipales.