Trump y Xi alcanzan un acuerdo sobre tierras raras y aranceles en su reunión en Corea del Sur
El líder estadounidense califica de “increíble” el encuentro, mientras el mandatario chino pide evitar un “círculo vicioso de represalias mutuas”
Entente en Busan. El presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, se han visto finalmente cara a cara después de meses de tensiones, y la reunión, en la ciudad surcoreana de Busan, ha dejado varios acuerdos, según ha detallado tras la cita el republicano, ya a bordo del Air Force One para regresar a Washington. Trump ha asegurado que China ha accedido a retrasar un año sus restricciones a la exportación de tierras raras, uno de los principales puntos de conflicto, y ha anunciado, por su parte, la reducción de forma inmediata del 20% al 10% de los aranceles impuestos en febrero a los productos chinos por el tráfico de fentanilo. También ha asegurado que visitará China en abril, y que este país comenzará a comprar grandes cantidades de soja, según han recogido varios de los medios a bordo del vuelo presidencial. Además, según Trump, han tratado la guerra de Ucrania: “Vamos a trabajar juntos para ver si podemos hacer algo”, ha dicho.
“Creo que ha sido un encuentro increíble”, ha resumido el magnate. “Todo [el asunto] de las tierras raras se ha solucionado [...] Y eso es para el mundo. Era una situación que afectaba a todo el mundo, no solo a Estados Unidos”, ha subrayado. “Ya no hay obstáculos”.
La parte china ha confirmado los pactos desde Pekín. Un portavoz chino de Comercio ha detallado en una comparecencia que Estados Unidos se ha comprometido a suspender durante un año la ampliación de la lista de entidades sometidas a controles de exportaciones. Este cambio normativo introducido por Washington en septiembre, y que afectaba potencialmente a miles de subsidiarias de empresas chinas, había desatado la furia de Pekín: su repuesta fue aprobar poco después la batería de restricciones adicionales a las tierras raras, que despertó a su vez la ira de Washington.
Ahora, las restricciones quedan en un limbo los próximos 12 meses. “China suspenderá durante un año la aplicación de las medidas de control de exportaciones correspondientes anunciadas el 9 de octubre, y estudiará la formulación detallada de planes específicos”, ha señalado el portavoz de Comercio. Ambas partes se han comprometido además a dejar en pausa, también durante un año, las nuevas tarifas portuarias recíprocas introducidas hace un par de semanas. Y el Gobierno chino ha asegurado que se han alcanzado consensos sobre “la cooperación antidrogas en materia de fentanilo, la ampliación del comercio agrícola y el tratamiento de casos empresariales específicos”.
Asimismo, se recupera el marco de acuerdo para la venta de la popular red social de vídeos china TikTok en Estados Unidos, tal y como se había pactado en septiembre durante un encuentro de los negociadores comerciales chinos y estadounidenses en Madrid, según ha explicado el citado portavoz chino.
El encuentro, el primero que mantienen en seis años, ha arrancado en torno a las 11.00h local (las 3.00h de la madrugada en la España peninsular), según han informado los medios chinos, y ha durado en torno a 100 minutos. “Es un gran honor estar con mi amigo, realmente desde hace tiempo, si lo piensas, el muy, muy distinguido y respetado presidente de China”, ha comentado Trump, con tono halagador y positivo, al inicio de la reunión, según la retransmisión del canal de la Casa Blanca en redes sociales. “Vamos a tener algunas discusiones. Ya hemos acordado muchas cosas, acordaremos algunas más ahora mismo. Pero el presidente Xi es un gran líder de un gran país, y creo que vamos a tener una relación fantástica para un largo periodo de tiempo”.
Xi también ha asegurado que es un placer volver a verse. “Han pasado muchos años”, ha dicho al inicio de la reunión. Y ha recordado que desde la reelección de Trump han hablado tres veces al teléfono, intercambiado varias cartas, y permanecido en contacto cercano. Gracias a la guía de ambos, las relaciones han permanecido “estables en su conjunto”, ha dicho. “Debido a las diferencias entre las dos naciones, no siempre estamos de acuerdo. Es normal que las dos principales economías del mundo tengan fricciones de vez en cuando”, ha proseguido el mandatario chino. Pero ante los retos, ha concluido, los líderes deberían asegurar que las relaciones mantienen el rumbo correcto.
“Los recientes altibajos en las relaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos también han brindado algunas lecciones para ambas partes”, ha señalado el líder chino, según la lectura oficial ofrecida por la agencia Xinhua. Y ha reclamado que eviten “caer en un círculo vicioso de represalias mutuas”.
Previamente, ambos han posado con amplias sonrisas para los fotógrafos ante las banderas de sus países. “Vamos a tener un encuentro muy exitoso”, ha anunciado Trump tras el apretón de manos. “Pero es un negociador muy duro, eso no es bueno”, ha añadido. “Nos conocemos bien. Tenemos una gran relación”. Xi se mantenía callado al lado. Al concluir el encuentro, en un gesto de cercanía, Trump ha acompañado a su homólogo chino hasta el coche. Nuevo apretón de manos y sonrisas de ambos.
La entrevista, que ha comenzado con tono amable, ya venía precedida por ese aire de cordialidad desde ambas partes, que buscan relajar la batalla que mantienen en distintos frentes. Se trata de la primera reunión física entre los líderes desde que el republicano llegó a la Casa Blanca por segunda vez, en enero de este año, y desató un huracán arancelario entre las dos potencias que alcanzó cotas de bloqueo comercial de facto la pasada primavera, arrastrando por el camino a buena parte de la economía mundial.
En los preliminares del encuentro, Xi ha asegurado que el desarrollo de China no entra en conflicto con la visión de Trump de “hacer que América vuelva a ser grande”. Los dos países “pueden complementarse plenamente y prosperar juntos”, ha afirmado.
El líder asiático también ha reconocido la labor de Trump para resolver conflictos internacionales. “Usted se preocupa mucho por la paz mundial”, ha señalado. “Aprecio su gran contribución para lograr el acuerdo de alto el fuego en Gaza”. También ha recordado que el pasado domingo el estadounidense fue testigo de la firma de una declaración de paz en la frontera entre Camboya y Tailandia. Y ha expresado cómo China, por su parte, también ha estado fomentando el diálogo y la reconciliación en asuntos delicados. “En el mundo de hoy aún existen muchos desafíos, y China y Estados Unidos pueden demostrar juntos la responsabilidad de las grandes potencias”.
La cita, que estuvo al borde de ser cancelada en las últimas semanas, ha sido posible en gran medida gracias a la reunión entre los equipos negociadores de Washington y Pekín, que han pasado un fin de semana de intenso debate tratando de allanar el camino de sus líderes. “Vamos a tener algo que será muy, muy satisfactorio para China y para nosotros”, anunciaba Trump el miércoles por la noche durante una cena con el presidente surcoreano, Lee Jae Myung, y otros líderes regionales en los márgenes de un foro de Asia-Pacífico. “Creo que va a ser una reunión muy buena. Estoy deseando que llegue mañana por la mañana”, anticipaba.
Tras un verano de aparente calma, después de que Washington y Pekín lograran sellar una tregua arancelaria en mayo, las tensiones se dispararon de nuevo en octubre, después de que China desplegara un nuevo mecanismo de control de exportación de tierras raras, que sentó como un aguijonazo en la Casa Blanca. Pekín respondía con este último golpe a lo que consideraba una ruptura del pacto de no agresión por parte de Washington, después de que la Casa Blanca aprobara, entre otras medidas, una ampliación de la lista de entidades sometidas a controles de exportaciones.
El encuentro se ha fraguado en los márgenes de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se celebra en la ciudad de Gyeongju, la antigua capital medieval de Corea. Pero su careo ha tenido lugar en el aeropuerto de la vecina Busan, como si fuera un eclipse: con Trump a punto de despegar para regresar a Estados Unidos y Xi recién aterrizado para asistir a la cumbre. Trump, de hecho, se salta las jornadas oficiales del foro de líderes, que comienza el viernes.
La reunión se ha producido a escasos días de que expirara la tregua en la imposición de aranceles recíprocos pactada en mayo, y prorrogada en agosto, que se extingue el 10 de noviembre. Y con el reloj de arena al límite de que entre en vigor, este mismo sábado, la amenaza de unos nuevos aranceles del 100% a las importaciones procedentes de China, aireados por Trump como represalia por las recientes restricciones de Pekín a las tierras raras.