Última hora del conflicto en Oriente Próximo, en directo | Trump presentará este martes a los líderes árabes una propuesta de paz en Gaza
Se espera que el presidente de EE UU discuta los principios en torno a una retirada israelí de la Franja y la gobernanza de posguerra sin la participación de Hamás, según adelanta Axios | Israel no participará en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el enclave
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentará este martes a un grupo de líderes árabes una propuesta para la paz y la gobernanza de posguerra en Gaza, según ha adelantado el lunes Axios citando a dos funcionarios estadounidenses y dos funcionarios árabes. Emisarios de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Egipto, Jordania, Turquía, Indonesia y Pakistán participarán en la reunión. Además de liberar a los rehenes y poner fin a la guerra, se espera que Trump discuta los principios en torno a una retirada israelí de Gaza y la gobernanza de posguerra en Gaza, sin la participación de Hamás, según Axios. Estados Unidos también quiere que los países árabes acepten enviar tropas a Gaza para facilitar la retirada de Israel y asegurar la financiación árabe y musulmana para la transición y la reconstrucción. Por otro lado, Israel ha confirmado que no participará en la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la situación en la Franja, alegando que coincide con la celebración del Rosh Hashaná, el año nuevo judío.

Israel no participará en la reunión de este martes del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Gaza
Israel ha confirmado que no participará en la reunión prevista este martes en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la situación en la franja de Gaza, escenario de una ofensiva israelí tras los ataques del 7 de octubre de 2023, debido a que coincide con la celebración del Rosh Hashaná, el año nuevo judío.
“He reiterado al presidente del Consejo de Seguridad (de la ONU) que Israel no participará en la sesión del Consejo de Seguridad”, ha dicho el representante permanente de Israel ante Naciones Unidas, Danny Danon, quien ha manifestado que ya advirtió previamente de que coincidía con la citada festividad. “El Consejo decidió celebrar el debate precisamente este día. Una discusión sesgada en una festividad judía es una nueva prueba de la hipocresía de la ONU”, ha sostenido en su cuenta en la red social X, en línea con las reiteradas críticas de Israel contra el organismo internacional, que han aumentado durante los últimos meses por sus condenas a las acciones israelíes en los Territorios Palestinos Ocupados. (EP)
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Reconocer ahora el Estado palestino, en el momento exacto en que el ejército israelí está diezmando a la población de Gaza y demoliendo lo que queda de su capital, tendrá previsiblemente escaso impacto real sobre el terreno, pero es una inequívoca forma de presión diplomática para que un día se consiga una tregua, sean liberados los rehenes en manos de Hamás y se abra una negociación de paz.

‘Podcast’ | Un aniversario incómodo: Palestina entra en escena en la ONU
La ONU cumple 80 años en crisis y con los consensos rotos por la masacre de Israel en Gaza. Este martes empieza la Asamblea General, marcada por el incumplimiento de Estados Unidos: Trump ha recortado un 40% de los fondos a la organización y ha vetado la asistencia de los representantes palestinos, aunque 145 países votaron a favor de su presencia. Netanyahu sí podrá acudir, y eso que pesa sobre él una orden de arresto internacional.

La flotilla con ayuda a Gaza (conocida como la Global Sumud Flotilla) que partió de Barcelona a finales de agosto encara la recta final de su travesía. A medida que ese hipotético momento de acercamiento a Gaza se aproxima, se intensifican las críticas en el Gobierno israelí. La misión humanitaria, que pretende servir de denuncia sobre el bloqueo al que Israel somete a la Franja, cuenta ahora con 39 barcos con más de 500 personas a bordo y, si no surgen nuevos imprevistos, en una semana llegarán a las costas de la Franja. En paralelo, varios drones han sobrevolado las embarcaciones durante las tres últimas noches. La convicción y el nerviosismo de los tripulantes aumenta, especialmente tras los dos ataques sufridos en aguas tunecinas. Mientras, el Gobierno de Benjamín Netanyahu ha elevado el tono para desacreditar la acción humanitaria y la ha calificado como la “flotilla yihadista de Hamás”. Las autoridades israelíes proponen que los barcos depositen la ayuda que llevan a bordo en el puerto de Ashkelon, en el sur de Israel, para que sea “transportada pacíficamente a la franja de Gaza”.

Un cuarto hospital en Ciudad de Gaza queda fuera de servicio por la ofensiva israelí
El Hospital Jordano de Ciudad de Gaza, un hospital de campo gestionado por las fuerzas armadas de Jordania, será trasladado a la ciudad de Jan Yunis (sur), según informaron médicos del centro, que se convierte en el cuarto de la capital gazatí en cesar sus servicios a causa de la operación militar de Israel.
“Las Fuerzas Armadas de Jordania han decidido reubicar el hospital jordano de campo del barrio de Tal al Hawa en Ciudad de Gaza a la de Jan Yunis para asegurar la seguridad de su equipo y trabajadores a causa de las circunstancias a su alrededor”, recoge el comunicado difundido por los equipos del hospital.
El Jordano se suma al Hospital Al Rantisi (el único que funcionaba en Ciudad de Gaza especializado en pediatría), el Hospital del Ojo de San Juan (oftalmológico) y el Hospital Al Quds, también en Tal al Hawa, que ya no cuenta con equipos médicos y solo ofrece servicios de triage.
Tal al Hawa, donde se encuentran el Hospital Jordano y el Al Rantisi, es uno de los barrios desde los que se está expandiendo la operación terrestre del ejército israelí que comenzó hace hoy una semana. Desde mediados de agosto, cuando Israel comenzó su ofensiva de la ciudad intensificando los ataques contra ella, el barrio ha sido objeto de numerosos bombardeos de alfombra, ataques extensivos desde el aire destinados a destruir un área en su conjunto. Entonces, la población gazatí los vio como un método para allanar terreno al paso de los tanques que hoy recorren el barrio.
En la capital, el paso de los blindados israelíes por este barrio no se produce cerca de su zona oeste, la más próxima a la carretera de Rashid (en torno a la cual continúan las tiendas de campañas de miles de desplazados, siendo la vía única vía que pueden utilizar además para huir hacia el sur). Además, las tropas avanzan desde el noreste, en el barrio de Sheij Radwan, y desde la parte trasera del campamento de refugiados de Al Shati, extendiéndose por la zona de Al Mujabrat, en el oeste.
“La ocupación (israelí) está destruyendo deliberada y sistemáticamente el sistema sanitario en la franja de Gaza como parte de su política de genocidio contra la Franja”, denunció el lunes el Ministerio de Sanidad de Gaza cuando anunció la situación tanto del Al Rantisi como del Hospital del Ojo. “No hay carreteras seguras hacia las instalaciones y hospitales que permitan que los pacientes las alcancen”, añadieron. En torno a la mitad de los hospitales de la franja de Gaza, 36 en total, siguen funcionando, todos ellos de manera parcial. (Efe)

Como otros países, España parece abocada a una polarización permanente sobre cualquier asunto que entre en el debate público. Nada queda fuera de la contienda ideológica, desde la política fiscal hasta los programas de televisión. De ahí la sorpresa ante el surgimiento de un tema que concita el acuerdo de la inmensa mayoría de los españoles. Según el barómetro de mayo-junio de 2025 del Instituto Elcano, el 82% de los españoles cree que “Israel está cometiendo un genocidio en Gaza” (en marzo-abril de 2024 lo creía un 71%). El 78% apuesta por el reconocimiento del Estado de Palestina y el 72% es partidario de que la UE imponga sanciones a Israel. Por descontado, hay diferencias según ideología. Los ciudadanos de derechas son más tibios en su condena a Israel, aunque el 62% de ellos piensa que la masacre de Gaza es un genocidio (frente al 97% en la izquierda). Partimos, pues, de un “suelo” muy alto, del 62%, es decir, una mayoría amplia incluso en las derechas.

Niñas escapando entre las llamas. Gente agonizando bajo escombros. Bebés famélicos. Familias huyendo en masa de su hogar en ruinas. Mutilaciones pediátricas, crisis nerviosas, fosas comunes. Los horrores que presenciamos cada día en redes y medios parecen no ser suficiente.

Sobre el fragor de las bombas israelíes que han convertido la franja de Gaza en un inmenso cementerio se libra la batalla dialéctica por el calificativo que debe aplicarse a la mayor carnicería de civiles de este siglo. Quienes quieren subrayar la crueldad de condenar a casi dos millones de personas al exterminio, matando de hambruna a quienes sobreviven a los bombardeos, enarbolan la palabra genocidio, mientras que los que desean minimizar la gravedad del crimen se resisten a emplearla.

No sé si hay país occidental con más consenso social en torno a Gaza (la inmensa mayoría cree que es un genocidio y debemos actuar contra Netanyahu) y con más disenso político (con los dos grandes partidos acusándose de ser, unos, cómplices del terrorismo y, los otros, del genocidio).

El Real Decreto Ley para el embargo de armas a Israel afectará también a ciertos combustibles para aeronaves y prohibirá la importación de productos procedentes de los territorios ocupados ilegalmente por colonos judíos en Cisjordania, detallan fuentes gubernamentales a EL PAÍS.

Bajo un sol despiadado, Yusef Yahalín alimenta a sus cabras sobre unas lomas desérticas al este de Jerusalén. Su hogar no parece la Tierra prometida. Son, más bien, decenas de chabolas sin agua corriente, desperdigadas a ambos lados de la carretera que lleva de la ciudad al mar Muerto y a tiro de piedra de los colonos israelíes que las rodean. A su lado, hay una pintada en hebreo de, explica, hace dos semanas: nekamá, venganza. La zona se conoce en árabe como Jan El Ahmar y está en Cisjordania, el territorio que Israel ocupa militarmente desde hace más de medio siglo y que, sobre el papel, forma parte del Estado palestino que una decena de países ha comenzado ya a reconocer estos días. En los mapas estratégicos israelíes está, en cambio, dentro de los 12 kilómetros cuadrados que abarca el denominado E1, un polémico proyecto de asentamiento judío que data de los años noventa, pero que ningún Gobierno (laborista o conservador) se había atrevido a aprobar porque las cancillerías, en particular las europeas, veían con claridad su significado: dividiría Cisjordania y la aislaría de Jerusalén Este, capital natural de un eventual Estado palestino. Hasta ahora: la coalición de Netanyahu con ultranacionalistas y ultraortodoxos la aprobó este agosto. Haciendo en semanas lo que pasó décadas parado, un eufórico Benjamín Netanyahu dejó claro la semana pasada en una colonia cercana qué está realmente en juego: “Dijimos que no habrá un Estado palestino y no habrá un Estado palestino. Este lugar es nuestro”.

En estos meses hemos visto cómo desde algunos centros educativos públicos de la Comunidad de Madrid se ha intentado expresar solidaridad con el pueblo palestino, visibilizar el horror del genocidio en Gaza o promover actividades de reflexión en el aula. Y hemos visto también cómo desde la Administración educativa —en concreto desde el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso— se ha intentado silenciar, confundir o incluso amenazar esas expresiones. La razón alegada: la neutralidad ideológica de los centros públicos.
Buenos días. Arrancamos la narración en directo de la última hora del conflicto en Oriente Próximo.
Mientras sigue en Nueva York la Asamblea General de Naciones Unidas, en el terreno, la ofensiva terrestre del ejército israelí contra Ciudad de Gaza cumple una semana.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentará hoy a un grupo de líderes árabes una propuesta para la paz y la gobernanza de posguerra en Gaza, según ha adelantado Axios.
En España, el Consejo de Ministros aprueba el decreto-ley que consolidará jurídicamente el embargo de armas a Israel, una medida que España adopta de hecho desde el año 2023 pero a la que se quiere dar mayor cobertura legal mediante una norma que se ha retrasado por la complejidad técnica de su elaboración.