Trump invita a Milei a visitar la Casa Blanca en los próximos meses

El presidente argentino se reúne brevemente con el estadounidense en una conferencia conservadora en las afueras de Washington

Los presidentes de Argentina, Javier Milei, y de Estados Unidos, Donald Trump, reunidos en una conferencia conservadora en Maryland en 22 de febrero de 2025, en una imagen tuiteada por la Casa Blanca.

El presidente de Argentina, Javier Milei, ha encontrado algo de aire esta semana en Washington al lado del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y de su aliado Elon Musk. Tras lucir el jueves la motosierra que le traía a Musk como regalo y después de su discurso en la jornada de cierre de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), Milei se reunió durante unos minutos con Trump. Tras dos viajes en los últimos meses ―primero a Mar-a-Lago (Florida) y luego este― en los que apenas ha podido arañar unas fotografías juntos y un encuentro fugaz, Milei se vuelve a Buenos Aires con una invitación para acudir a la Casa Blanca. Será ya una visita en condiciones, aunque todavía sin una fecha fijada. “En los próximos meses”.

“El presidente Trump se reunió con el presidente argentino, Javier Milei, en el CPAC, donde hablaron de las innovadoras reformas económicas del presidente Milei y de cómo nuestros países pueden trabajar más estrechamente”, tuiteó la Casa Blanca tras el encuentro, que por su escasa duración ni siquiera figuraba en la agenda del presidente de ese sábado. “El presidente Trump también invitó al presidente Milei a visitar la Casa Blanca en los próximos meses”, añadió el mensaje estadounidense

Milei llegaba a Washington acosado por la crisis interna por el escándalo de la criptomoneda $Libra, una estafa que el presidente promocionó el pasado viernes desde su cuenta en X, y que ha desatado denuncias judiciales y políticas. El argentino ha sido tratado con un cariño especial por Musk y Trump. El jueves regaló al hombre más rico del mundo una motosierra, su artilugio favorito, con el que simboliza los recortes que en su opinión debe sufrir el Estado.

Este domingo, Milei ha defendido una vez más esa idea de reducción del sector público en su intervención en la CPAC, que se ha prolongado durante casi media hora. “La era del Estado omnipresente ha terminado”, dijo el presidente argentino al inicio de su discurso, pronunciado por completo en español. “Todos los que estamos aquí tenemos una misma misión: quitar el poder al partido del Estado y devolvérselo a la sociedad”, añadió.

El presidente argentino también se mostró dispuesto a entablar negociaciones comerciales con Estados Unidos y dijo que si no estaba negociando ya un acuerdo de libre comercio con Trump es por la pertenencia de Argentina a Mercosur, que le condiciona. Milei se mostró favor de la idea de aranceles recíprocos que señala Trump, aunque el presidente de Estados Unidos lo que quiere es tener la facultad para determinar desde Washington cuáles son los aranceles que considera apropiados para cada país.

“Quiero también aprovechar para anunciar que Argentina quiere ser el primer país del mundo en sumarse a este acuerdo de reciprocidad que pide la administración Trump en materia comercial”, dijo Milei. “De hecho, si no estuviéramos restringidos por el Mercosur, la Argentina ya estaría trabajando en un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos que sea mutuamente beneficioso y que no cargue injustamente sobre las espaldas de los productores argentinos, pero tampoco sobre los de los americanos”, añadió. Estados Unidos ha dicho que dará prioridad en las negociaciones y en la imposición de aranceles de represalia (que Trump llama recíprocos aunque no lo sean) a los países con los que tiene un mayor déficit comercial.

Saludo a “Santiago Obiscal”

Antes de su intervención en la CPAC, Trump se reunió con el presidente de Polonia, un encuentro que sí figuraba en la agenda. “El presidente Trump se reunió con el presidente Andrzej Duda de Polonia y reafirmó nuestra estrecha alianza. El presidente Trump también elogió al presidente Duda por el compromiso de Polonia de aumentar su gasto en defensa”, tuiteó luego la Casa Blanca.

Cuando llegó el turno de Trump de intervenir ante el plenario, el presidente de Estados Unidos estuvo un largo rato con agradecimientos a muchos de los asistentes, tanto estadounidenses como extranjeros. Partidos de ultraderecha de todo el mundo han viajado a Washington esta semana para acudir al cónclave trumpista y rendir pleitesía al inquilino de la Casa Blanca.

Entre las decenas de agradecimientos y saludos, dedicó una especial atención a Milei y a Duda. En el capítulo internacional, también saludó al primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico. Luego, se dirigió con cariño al británico Nigel Farage: “¡Qué gran tipo!”, dijo. Y después saludó al “líder del partido Vox español, Santiago Obiscal [sic]”, dijo con una mala pronunciación mientras Abascal se levantaba en su sitio. “Gracias, Santiago, gracias, muchas gracias”, dijo Trump, primero sin ver al líder de Vox. “Imaginaba que eras tú”, continuó Trump al verlo de pie. “Estás haciendo un gran trabajo”, le dijo, una frase que usa el estadounidense como coletilla frecuente. Tras Abascal, Trump saludó en último lugar a su “amigo” Eduardo Bolsonaro, diputado federal brasileño e hijo del expresidente Jair Bolsonaro, cerrando así el capítulo de agradecimientos a los presentes.

La intervención de Trump en la conferencia conservadora pareció en gran medida un mitin de la última campaña presidencial, con ataques e insultos a Joe Biden y Kamala Harris. También repitió muchos de sus bulos y mentiras, incluido el referido a las cifras de ayuda de Estados Unidos y Europa a Ucrania ante el ataque de Rusia. “Estoy negociando con el presidente Zelenski. Estoy negociando con el presidente Putin. Estoy tratando de recuperar el dinero”, dijo en su discurso.

“Quiero que nos den algo por todo el dinero que hemos invertido. Y voy a intentar que se resuelva la guerra, y voy a intentar que se acabe con todas esas muertes. Así que estamos pidiendo tierras raras y petróleo, todo lo que podamos conseguir”, continuó, reduciendo el asunto a un cálculo mercantil. “No es justo. Ya veremos. Pero creo que estamos bastante cerca de un acuerdo, y más nos vale, porque ha sido una situación horrible. Nunca habría ocurrido si yo hubiera sido el presidente”, añadió.

J. D. Vance, el delfín

Trump dijo también una nueva mentira: que en 2010 ganó la encuesta-votación que en cada ocasión hace la CPAC sobre quién es el candidato favorito de los conservadores. Aquel año fue la primera vez que intervino en ese foro. Lo cierto es que Trump nunca ganó esa encuesta hasta ser elegido candidato en las primarias republicanas de 2016 y presidente, después.

En la votación de esta edición, con la vista puesta en las elecciones presidenciales de 2028, ha arrasado el vicepresidente, J. D. Vance, con el 61% de los votos. Curiosamente, el segundo ha sido Steve Bannon, el antiguo ideólogo y estratega de Trump, que en la sesión de apertura despertó polémica con su aparente saludo nazi. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, que desafió a Trump en las primarias del año pasado, ha sido tercero con solo un 7% de los votos.

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