Orbán visita por sorpresa China en lo que llama una “misión de paz” para la guerra en Ucrania

La UE se inquieta por la “instrumentalización” que considera que hace el líder húngaro de la presidencia rotatoria del Consejo

El presidente chino, Xi Jinping, con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en la residencia para huéspedes del Estado de Diaoyutai, en Pekín, este lunes. Foto: CHINA DAILY (VIA REUTERS) | Vídeo: EPV

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha aterrizado este lunes por sorpresa en China en lo que ha denominado una “misión de paz 3.0″, después de haber visitado la semana pasada Ucrania y Rusia. En Pekín, el verso suelto de la Unión Europea y aliado más próximo de China en el bloque comunitario, ha mantenido un encuentro con el presidente chino, Xi Jinping. “China es una potencia cl...

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El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha aterrizado este lunes por sorpresa en China en lo que ha denominado una “misión de paz 3.0″, después de haber visitado la semana pasada Ucrania y Rusia. En Pekín, el verso suelto de la Unión Europea y aliado más próximo de China en el bloque comunitario, ha mantenido un encuentro con el presidente chino, Xi Jinping. “China es una potencia clave para crear las condiciones de paz”, ha asegurado Orbán en la red social X, junto a una imagen de ambos mandatarios dándose la mano. La entrevista con el líder chino sigue a las que mantuvo la semana pasada, primero en Kiev con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, y más tarde en Moscú con Vladímir Putin.

Los viajes del líder de Hungría, que tomó el testigo el 1 de julio de la presidencia rotatoria del Consejo de la UE durante los próximos seis meses, preocupan seriamente en la Unión, donde advierten de que Orbán no tiene ningún mandato europeo para esa misión. Los embajadores representantes de los Veintisiete ante el club comunitario analizarán el caso en una reunión el miércoles, en la que se hablará de la “instrumentalización” que está haciendo el nacionalpopulista húngaro de la presidencia europea, explican fuentes diplomáticas. Budapest, además, informará al resto del resultado de sus viajes.

“Apreciamos mucho su iniciativa de paz sobre el conflicto de Ucrania”, ha dicho Orbán a Xi, según ha recogido la agencia estatal MTI, citada por Reuters. “Es muy importante para los húngaros que China urja a la paz en el mundo”. El húngaro ha informado a Xi sobre sus recientes visitas. “Xi Jinping apreció los esfuerzos de Orbán por promover una solución política a la crisis ucrania”, afirma la lectura del encuentro recogida por la agencia oficial Xinhua. El líder chino ha animado a encontrar “un pronto alto el fuego” y “una solución política”. Ha defendido la necesidad de que la comunidad internacional cree las condiciones para que Moscú y Kiev reanuden el diálogo directo y ha reiterado que “China ha estado buscando activamente la paz y promoviendo conversaciones a su manera”.

Hungría quiere usar su semestre de presidencia europea como proyección para avanzar en el camino de una paz cuyos términos no convencen —más bien irritan— en otras capitales europeas. “La principal tarea en los próximos seis meses de nuestra presidencia europea será la lucha por la paz”, dijo Orbán la semana pasada desde Moscú, en una comparecencia sin preguntas junto a Putin. El húngaro, el líder europeo más afín al autócrata ruso, guardó silencio cuando el jefe del Kremlin pidió una retirada de las tropas ucranias de las cuatro provincias que Rusia ocupa parcialmente. En Kiev, unos días antes, pidió a Zelenski un alto el fuego que permita abrir una negociación.

Orbán ha sido, desde la invasión a gran escala de Rusia, la china en el zapato en la negociación de cada ronda de sanciones contra Moscú. Ya causó estupor cuando se entrevistó el pasado mes de octubre con Putin en Pekín: fue el primer líder de la UE en darle la mano tras la orden de detención internacional por crímenes de guerra dictada por el Tribunal Penal Internacional.

Orbán y Putin, el pasado viernes en el Kremlin.VIVIEN CHER BENKO/HUNGARIAN PM'S (EFE)
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El húngaro es consciente de que actúa sin mandato europeo, de que viaja por su cuenta y riesgo. La presidencia semestral rotatoria “no da derecho a negociar en nombre de nadie”, reconoció la semana pasada en una entrevista tras su paso por Moscú, pero aseguró que él no está negociando. “Voy a los lugares donde hay un riesgo de guerra, o una guerra con consecuencias negativas para Europa y Hungría y clarifico los hechos”. En Pekín, la agenda del primer ministro incluía también una entrevista con el ministro de Exteriores, Wang Yi.

Sin embargo, advierten fuentes diplomáticas europeas, Orbán juega intencionadamente con la ambigüedad sobre la presidencia europea al mostrar, por ejemplo, el logo durante sus comunicaciones. “La tensión es muy alta después de solo siete días de presidencia y se espera que sea aún mayor”, dicen las mismas fuentes. El sábado, solo un día después del viaje a Moscú para estrechar la mano de Putin, el húngaro participó en una reunión de la Organización de Estados Túrquicos en la que se ha tratado de legitimar a los secesionistas turcochipriotas, advirtió el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, en un comunicado de rechazo, en el que también avisó de que Hungría solo se representa a sí misma.

El papel de Pekín

La UE ha visto desde el inicio de la invasión a China como uno de los pocos países con capacidad para convencer a Rusia de que ponga fin a su ofensiva. A la vez, considera que Pekín mantiene una posición escorada hacia Moscú: nunca ha condenado la invasión, sigue sin denominar “guerra” a la guerra, y se ha convertido en el gran aliado diplomático de Rusia y en su bombona de oxígeno económico. El año pasado, China presentó una iniciativa de 12 puntos para la “solución política del conflicto”, vista con buenos ojos por Putin, pero que aún no ha cosechado frutos, aunque sí ha atraído a países como Brasil, que respalda los postulados de una pax sinica.

China insiste desde hace meses en que cualquier conferencia internacional de paz ha de contar con el visto bueno de Moscú y Kiev, debe ser reconocida por ambas partes, con participación igualitaria, y permitir un debate de todas las opciones. Pekín rechazó participar a la última conferencia de paz celebrada en junio en Suiza —a la que tampoco acudió Rusia— al creer que no cumplía con estas condiciones. Zelenski criticó duramente a China al considerar que estaba ayudando a Rusia en sus intentos de “impedir” que se celebrara la cumbre y la acusó de ejercer presión sobre otros países para evitar que asistieran.

La visita también llega en un momento tenso entre China y la UE, después de que Bruselas impusiera la semana pasada aranceles provisionales a los vehículos eléctricos fabricados en China de hasta un 47,6%; Pekín ha respondido con una investigación al sector del porcino europeo. Algunos analistas temen que la escaramuza pueda convertirse en una verdadera guerra comercial. “Las relaciones entre China y la UE tienen una importancia estratégica y una influencia mundial, y deben mantener un desarrollo estable y saludable para responder conjuntamente a los desafíos globales”, le ha dicho Xi a Orbán, según Xinhua.

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