Meloni se impone a sus socios Salvini y Berlusconi con la prórroga al envío de armas a Ucrania
La norma que permite a Italia seguir mandando material bélico a Kiev sin la autorización del Parlamento sale adelante pese a las reticencias de los partidos de la coalición ambiguos con el Kremlin
El Gobierno italiano ha decidido prorrogar el envío de armas a Ucrania durante todo 2023. Se trata de una muestra de continuidad con la línea dictada por el ex primer ministro Mario Draghi, ya prometida en la campaña electoral por la actual primera ministra, la ultraderechista Giorgia Meloni. Pero es también una resoluci...
El Gobierno italiano ha decidido prorrogar el envío de armas a Ucrania durante todo 2023. Se trata de una muestra de continuidad con la línea dictada por el ex primer ministro Mario Draghi, ya prometida en la campaña electoral por la actual primera ministra, la ultraderechista Giorgia Meloni. Pero es también una resolución de gran calado, dada la ambigüedad con Rusia de las otras partes de la coalición gubernamental, la Liga, liderada por Matteo Salvini. y Forza Italia, presidida por Silvio Berlusconi. Meloni ha conseguido sortear las reticencias de sus socios e imponer la línea atlantista en su Gabinete.
El Ejecutivo de Giorgia Meloni ha prorrogado durante un año la norma que permite enviar nuevos suministros a Kiev de manera excepcional, sin tener que solicitar la autorización del Parlamento en cada envío para agilizar los trámites y permitir que las armas lleguen a territorio ucranio lo antes posible. Con esta decisión, Roma seguirá la línea de la Unión Europea y la OTAN apoyando a Ucrania contra Moscú.
La primera ministra había simpatizado en el pasado con la Rusia de Putin, pero desde que Moscú lanzó la ofensiva contra Ucrania el pasado 24 de febrero, Meloni se salió en defensa de Kiev y de su “integridad territorial, soberanía y libertad”. Desde que llegó al poder ha defendido abiertamente la lealtad de Italia con la Alianza Atlántica. Sus aliados en el Gobierno, en cambio, no han sido tan claros y tienen tendencia a jugar a la ambigüedad con este tema. En los últimos meses, han defendido una solución diplomática del conflicto, aunque no han sido capaces de precisar de qué modo podría alcanzarse.
Un 57% de la población en contra
Salvini, ahora ministro de Infraestructuras y vicepresidente, se ha mostrado en varias ocasiones contrario al envío de armas e incluso ha criticado las sanciones contra Rusia a causa de la guerra. Su posición parece responder a una mezcla de viejas simpatías hacia Rusia y de un interés electoralista por contentar a una gran parte de la opinión pública, que se muestra contraria a mandar suministros bélicos a los ucranios. Una encuesta reciente, elaborada por el Laboratorio de Análisis Políticos y Sociales, revela que cerca del 57% de los italianos no aprueba el envío de armas a Ucrania.
Italia ha mantenido últimamente sólidos vínculos con Rusia, al tiempo que una especie de pulsión antiamericana ha permanecido tradicionalmente arraigada en el país transalpino. La dependencia energética de Italia respecto a Rusia era notable hasta la invasión de Ucrania. El 40% del gas que compraba se lo vendía Moscú.
El caso de Berlusconi es aún más flagrante. Viejo amigo personal de Vladímir Putin, tomó distancias con Moscú de manera tibia al inicio de la ofensiva rusa en Ucrania, pero al poco de llegar al Gobierno acabó en el ojo del huracán cuando se publicaron unos audios en los que aseguraba a los parlamentarios de su grupo que había retomado su amistad con el presidente ruso, al que considera “una persona pacífica y sensata”. También advertía de los riesgos de una hipotética entrada de Ucrania en la OTAN y temía por la respuesta rusa a las ayudas de Occidente a Kiev: “Los ministros rusos ya han dicho en varias ocasiones que estamos en guerra con ellos, porque suministramos armas y financiación a Ucrania. Personalmente, no puedo dar mi opinión porque si se cuenta a la prensa sería un desastre, pero estoy muy, muy, muy preocupado”.
La cuestión del envío de armas a Ucrania ha sido un tema espinoso para Italia. Draghi fue un gran partidario de mandar suministro bélico a Kiev, pero su Gobierno de gran coalición comenzó a resquebrajarse precisamente por este asunto. La grieta partió en dos primero al Movimiento 5 Estrellas. La negativa de los grillinos, liderados por el ex primer ministro Giuseppe Conte, a enviar armamento a los ucranios fue uno de los motivos que llevó a Luigi Di Maio a abandonar el partido y a llevarse más de 50 parlamentarios. La escisión del Movimiento 5 Estrellas abrió un nuevo escenario político y precipitó la crisis que acabó con el Gobierno de Draghi.
Ahora, la formación de Meloni, Hermanos de Italia, abiertamente favorable a armar a los ucranios, es el partido que mantiene la posición más clara, dentro del Gabinete de coalición, respecto al envío de material armamentístico.
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