Sánchez defiende en Berlín la reforma del mercado eléctrico y gravar beneficios: “Hay empresas ganando mucho dinero”

El presidente español reivindica en el congreso de los socialistas europeos el “modelo ibérico” para bajar el precio de la electricidad

Pedro Sánchez (derecha) interviene junto al primer ministro portugués António Costa, en el congreso del Partido Socialista Europeo (PES), este sábado en Berlín.Foto: HANNIBAL HANSCHKE (EFE) | Vídeo: EUROPA PRESS

La cita frente a delegados de la familia socialdemócrata europea no podía ser más oportuna: a pocos días de un Consejo Europeo (20 y 21 de octubre) centrado en los desafíos que plantea la crisis energética, Pedro Sánchez tenía un escenario propicio para subrayar la posición española: “Tenemos que intervenir el mercado energético porque no está funcionando”, empezó contundente su intervención. La receta energética para Europa de Sánchez pasa por desvinc...

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La cita frente a delegados de la familia socialdemócrata europea no podía ser más oportuna: a pocos días de un Consejo Europeo (20 y 21 de octubre) centrado en los desafíos que plantea la crisis energética, Pedro Sánchez tenía un escenario propicio para subrayar la posición española: “Tenemos que intervenir el mercado energético porque no está funcionando”, empezó contundente su intervención. La receta energética para Europa de Sánchez pasa por desvincular el precio del gas, en máximos históricos, del de la electricidad, como han hecho España y Portugal con el visto bueno de Bruselas mediante la llamada excepción ibérica.

La notable reducción de la factura de la luz, que según el presidente español lleva ahorrados 2.600 millones de euros a los ciudadanos, es la mejor carta de presentación para exportar el sistema a Europa, presumió Sánchez. Su defensa del modelo ibérico en Berlín incluyó también los impuestos a los beneficios extraordinarios: “En cada crisis hay muchas grandes compañías que ganan mucho dinero, y hay que gravarlas”, sentenció, y despertó un gran aplauso en el auditorio del Verti Music Hall de la capital alemana. Sánchez, que la noche anterior se había reunido en privado con el canciller alemán, Olaf Scholz, y el primer ministro portugués, António Costa, participó en una mesa redonda del congreso de los socialistas europeos junto con Costa y los líderes de Suecia y Malta. Scholz es partidario también de recortar los beneficios excesivos de las grandes energéticas, como recordó recientemente en una entrevista concedida a EL PAÍS.

Sánchez subrayó que la guerra en Ucrania no puede convertirse en una “excusa” para que los miembros de la Unión Europea pospongan los compromisos y objetivos de descarbonización de sus economías. Madrid, aseguró, aprovechará la crisis para acelerar la transición energética, pero lamentó que España no pueda ser tan solidaria como le gustaría con los países más afectados por la falta de suministro de hidrocarburos rusos. La península Ibérica es prácticamente una isla energética ya que no está interconectada con las redes europeas, recordó. Y ello pese a que concentra una tercera parte de toda la capacidad de regasificación en Europa con la que potencias como Alemania sustituyen parte del gas ruso que han dejado de recibir.

Las interconexiones energéticas, y en concreto el proyecto MidCat de construcción de un gasoducto que transporte el gas desde Portugal y España hacia el centro de Europa a través de los Pirineos, fueron las grandes protagonistas de la cita que mantuvo Sánchez el viernes por la noche con Scholz y Costa. Sin nombrar el MidCat, Sánchez destacó este sábado que las interconexiones energéticas son clave para la seguridad del suministro europeo. El presidente francés, Emmanuel Macron, es reticente a dar el visto bueno al proyecto: asegura que no llegaría a tiempo para marcar la diferencia en la presente crisis, no es rentable y supone construir una nueva infraestructura para los hidrocarburos que Europa se ha propuesto abandonar en los próximos años. Scholz lo ha apoyado públicamente, la última vez en la cumbre hispano-alemana del pasado 5 de octubre en A Coruña.

La invasión rusa de Ucrania centró buena parte de las intervenciones de los líderes socialdemócratas en Berlín. Todos insistieron en que la UE debe continuar el esfuerzo concertado para apoyar a Kiev a defenderse de la agresión. “Tenemos que mantener la unidad, suministrando apoyo financiero, ayuda humanitaria y capacidades militares”, insistió Sánchez, que habló en inglés, como el resto de los participantes de su mesa redonda. El presidente español llamó a “no ser ingenuos” y a entender que el desafío de Vladímir Putin se dirige también a la Unión Europea y a “los sistemas democráticos” de los Estados miembros. España, añadió, es el quinto país que más refugiados ucranios ha acogido, alrededor de 140.000 personas, sobre todo mujeres y niños.

Sánchez aprovechó para “mandar un mensaje” a la ciudadanía rusa en un momento en el que los Veintisiete buscan una posición común ante la salida de refugiados rusos tras la movilización forzosa de decenas de miles de reservistas ordenada por Putin. “No tenemos nada contra la población rusa”, subrayó.

El avance de la ultraderecha

Los líderes progresistas reunidos en Berlín alertaron sobre el avance de los populismos de derecha en Europa y llamaron a crear un frente común para contrarrestar sus mensajes. También hicieron autocrítica. La ex primera ministra sueca Magdalena Andersson, que dimitió en septiembre tras conocerse los resultados de las elecciones que dieron mayoría al bloque de la derecha, señaló que los socialdemócratas tienen “mucho trabajo por delante” para entender por qué la ciudadanía está votando a partidos de ultraderecha.

Suecia alcanzó el viernes un acuerdo de gobierno con el apoyo de los ultraderechistas Demócratas de Suecia, que no entrarán en el Ejecutivo, pero han suscrito el pacto para que el conservador Ulf Kristersson lidere el país. Este partido, alertó ante sus colegas socialdemócratas Andersson, “es de extrema derecha, fue creado por neonazis” y sus miembros ya se están colocando en puestos destacados de la Administración sueca.

También el nuevo presidente de los socialistas europeos, el ex primer ministro sueco Stefan Löfven, lamentó “el crecimiento en Europa de los populistas, que enfrentan a grupos sociales entre ellos” y buscan “desmantelar la democracia” desde dentro. “Es muy fácil jugar la carta del miedo y dar respuestas sencillas a cuestiones difíciles”, criticó de estos partidos que “niegan la crisis climática” e incendian el debate público oponiéndose a la inmigración. El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, llamó a la familia progresista a “despertar” ante el empuje de la ultraderecha. Costa apuntó a que los socialistas no están sabiendo responder a las preocupaciones de los ciudadanos, algo que se ha evidenciado en las últimas citas electorales. Los socialdemocrátas han perdido peso en los últimos meses en Suecia, Italia y Francia y no celebran una victoria desde las de Scholz en septiembre del año pasado y Costa en enero pasado con mayoría absoluta.

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