Quiénes son los principales líderes talibanes
El veterano muyahidín y líder religioso Hibatullah Akhundzada comanda al grupo insurgente y está llamado a ser de facto el máximo dirigente de Afganistán una vez que se complete el traspaso de poder
El expresidente afgano Hamid Karzai, el hombre fuerte en el Gobierno de transición desde la caída de los talibanes a finales de 2001 hasta las elecciones de 2014, será uno de los que negocie con la milicia integrista el traspaso de poderes en Kabul estos días. No hace mucho que Karzai y líderes talibanes se vieron las caras. En marzo de este mismo año, en Moscú, en una conferencia sobre Afganistán, junto a representantes estadounidenses, chinos, ru...
El expresidente afgano Hamid Karzai, el hombre fuerte en el Gobierno de transición desde la caída de los talibanes a finales de 2001 hasta las elecciones de 2014, será uno de los que negocie con la milicia integrista el traspaso de poderes en Kabul estos días. No hace mucho que Karzai y líderes talibanes se vieron las caras. En marzo de este mismo año, en Moscú, en una conferencia sobre Afganistán, junto a representantes estadounidenses, chinos, rusos y paquistaníes, Karzai compartió mesa con dos de las caras más visibles de la actual cúpula de los talibanes. A tres sillas del expresidente se sentaron el mulá Abdulghani Baradar y Sher Mohammad Abbas Stanikzai, ambos miembros de la shura de Quetta (Pakistán) o shura de Rahbhari, principal órgano de liderazgo del grupo insurgente. Estos son los principales líderes y rostros de la actual dirección de los talibanes:
Abdulghani Baradar. La historia del mulá (líder religioso) Abdulghani Baradar, nacido en la provincia de Uruzgan en 1968, sirve para conocer el auge, caída y resurrección de los talibanes. Baradar es uno de los fundadores de este movimiento fundamentalista nacido a finales de los años ochenta de entre los seminarios religiosos en la frontera afgano-paquistaní. Bajo la dirección del mulá Mohamed Omar, el más buscado por Estados Unidos junto a Osama Bin Laden tras el 11-S, Baradar ocupó varios puestos en el aparato militar talibán hasta la invasión norteamericana. Interpol le situó como viceministro de Defensa.
Tras la derrota de los talibanes a finales de 2001, Baradar mantuvo siempre una posición de liderazgo y un perfil propicio para las negociaciones entre las partes. En febrero de 2010, las fuerzas de seguridad paquistaníes detuvieron al líder talibán en la ciudad de Karachi, un golpe celebrado por EE UU. En octubre de 2018, ocho años y medio después, Baradar fue puesto en libertad. Según publicó el diario paquistaní The News el día de su liberación, el preso vio la luz gracias a una petición del Gobierno de Qatar, país que acogería las negociaciones de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes.
Actualmente, Baradar es el líder político de los talibanes y uno de sus rostros más conocidos. No obstante, en lo más alto de la cúpula talibán está Maulaui Hibatullah Akhundzada, nacido en 1961 en Panjwayi, en la provincia de Kandahar. Akhundzada es considerado el emir al muminin, esto es, el líder o príncipe de los creyentes, máximo responsable político, religioso y militar de los talibanes y sus fieles. De este modo, cuando se confirme el traspaso de poderes a los fundamentalistas tras abandonar el país el presidente Ashraf Ghani, Akhundzada sería el principal dirigente de esta suerte de emirato islámico que el grupo armado quiere instaurar en Afganistán.
De Akhundzada se conoce menos. Veterano de la guerra contra la URSS de los años ochenta como la mayoría de los líderes talibanes, su papel ha estado más vinculado al aparato religioso, al frente de los tribunales de la sharía, órganos que aplican de forma estricta la ley islámica, y de escuelas coránicas en la provincia paquistaní de Balochistán, en la frontera sur con Afganistán. El veterano muyahidín tomó las riendas de los talibanes tras la muerte en 2016 en ataque de EE UU del mulá Akhtar Mohamed Mansur, sucesor del mulá Omar, fallecido en 2013 a causa de una enfermedad en un hospital de Karachi (Pakistán).
Ninguno de los anteriores aparece en la lista de los más buscados del Departamento de Estado estadounidense. Sí lo hace, bajo una recompensa de 10 millones de dólares por información sobre su paradero, Sirajuddin Haqqani, líder de la red Haqqani, organización considerada terrorista por Washington desde 2012 y vinculada estrechamente a los talibanes. Muchos de los miembros de esta organización familiar armada están entre los objetivos de la guerra contra el terrorismo aún desarrollada por EE UU.
Sirajuddin Haqqani, cuya edad se encuentra entre los 40 y 50 años, lidera la red desde hace precisamente 20. Los servicios de inteligencia estadounidenses sitúan a esta organización en Waziristán, en la frontera entre Pakistán y Afganistán, desde donde ha atacado a fuerzas afganas y de la coalición liderada por EE UU. Se lo ha responsabilizado de intentar matar al hasta ahora presidente afgano, Ashraf Ghani.
Según ha trascendido de entrevistas concedidas por uno de los portavoces de los talibanes, Zabihullah Mujahid, Sirajuddin Haqqani tendría a su mando la zona este del país, la que colinda con Pakistán. Junto a Baradar y Haqqani, el mulá Mohamed Yaqoob completaría el trío de lugartenientes bajo las órdenes del emir Akhundzada en el organigrama talibán. Yaqoob, de unos 30 años, es el hijo del fundador de los talibanes y primer emir, mulá Omar. Educado en Karachi, Yaqoob estaría al frente de las operaciones militares del grupo integrista.
En aquella reunión de marzo en Moscú estaba Sher Mohammad Abbas Stanikzai, nacido en la provincia de Logar en 1963, responsable de la oficina política de los talibanes en Doha (Qatar), aunque no de las negociaciones. Veterano también de la yihad armada contra los soviéticos, Stanikzai es una de las caras más retratadas del aparato político del grupo armado por su actividad diplomática en el extranjero y por haber hablado en inglés con medios occidentales durante el Gobierno de los talibanes (1996-2001). Stanikzai ocupó entonces diferentes cargos en los ministerios de Sanidad y Asuntos Exteriores de los talibanes.
Al frente del equipo negociador talibán en Doha, sede de las conversaciones entre el grupo armado y el Gobierno afgano, se encuentra desde el pasado mes de septiembre Maulaui Abdul Hakim Haqqani, de unos 53 años. Antiguo responsable de justicia en la organización, autor de varias fetuas (edictos religiosos) durante los últimos cinco años, Hakim Haqqani es considerado un dirigente duro, cercano al emir Akhundzada y uno de los referentes religiosos más respetados entre los talibanes.
Finalmente, dos nombres están empezando a sonar como portavoces habituales de los talibanes, en este esfuerzo del grupo insurgente por dar una cara más amable hacia la comunidad internacional: Suhail Shaheen, portavoz en Doha ―que ha llegado a ponerse en contacto con la BBC para explicar en un programa en directo cuáles son los planes de los talibanes en esta transición de poder—, y el representante de la oficina política del grupo, Mohamed Naeem.