Juan Francisco Sandoval: “Si el presidente no pidió mi salida, pudo provocarle mucha satisfacción”
En entrevista con EL PAÍS desde el exilio, el exfiscal anticorrupción insiste en que su destitución fue ilegal y asegura que el Ministerio Público se ha convertido en “aliado del esquema de la corrupción”
El viernes pasado, tras conocerse su cese al frente de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad en Guatemala (FECI), el principal organismo que combatía la corrupción en ese país centroamericano y al que se le atribuyen grandes logros, Juan Francisco Sandoval ofreció una extensa rue...
El viernes pasado, tras conocerse su cese al frente de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad en Guatemala (FECI), el principal organismo que combatía la corrupción en ese país centroamericano y al que se le atribuyen grandes logros, Juan Francisco Sandoval ofreció una extensa rueda de prensa en la que criticó que su destitución era ilegal y que fue ordenada por la fiscal general, Consuelo Porras, para proteger a amigos suyos “que pudieran resultar involucrados en las investigaciones”. En esa comparencia, el abogado de 39 años achacó su salida a varias pesquisas que dirigía, que incluyen supuestos casos de sobornos y corrupción, y que tocaban al Gobierno del presidente Alejandro Giammattei.
La destitución del abogado de 39 años y con 15 de experiencia en el Ministerio Público ha provocado un profundo malestar en amplios sectores de la sociedad guatemalteca, cansados de los altos niveles de corrupción e impunidad. Además, ha generado la condena de la comunidad internacional. Estados Unidos, que este mismo año había condecorado a Sandoval por su lucha anticorrupción, ha anunciado que congelaba temporalmente la cooperación con el Ministerio Público guatemalteco alegando que había perdido la confianza en la fiscal general.
“Ha habido una cadena de arbitrariedades y el común denominador ha sido la protección a las autoridades del actual Gobierno o del Gobierno anterior” de Jimmy Morales, denuncia Sandoval en una entrevista telefónica con EL PAÍS desde un lugar que prefiere no revelar. Para el exfiscal, su salida de la FECI se aceleró por algunas investigaciones que se acercaban al círculo de Giammattei. Ante esas declaraciones, el presidente dijo que ponía a disposición del Ministerio Público la información que requiriera para despejar cualquier duda sobre su actuación. “Obviamente no puede aparecer formalmente indicando que él tuvo alguna influencia en mi destitución, pero informalmente sabemos que ha sido una de sus principales peticiones”, asegura el abogado.
—¿Entonces usted cree que Giammattei pidió su salida de la FECI?
— Si no la pidió directamente, creo que cuando le anunciaron que saldría de la Fiscalía pudo haberle provocado mucha satisfacción. Aunque en el gremio de abogados desde hace mucho tiempo se manejaba el tema de que la señora fiscal general tenía garantizada su reelección el próximo año si me removía.
Pese a que en en la comparecencia del viernes, el exfiscal dijo que permanecería en el país, esa misma noche salió de Guatemala rumbo al exilio y cruzó la frontera hacia El Salvador en un coche con matrícula diplomática, acompañado por el embajador sueco, Hans Magnusson, y el Procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas, después de que sus colaboradores le convencieran de que era lo mejor para su seguridad. “Me hicieron un llamado de atención con respecto a los perversos planes de la señora fiscal general por antecedentes que han tenido otros operadores de justicia contra quienes realizó conductas adversas y agilizó órdenes de captura”, justifica. “No es que yo no pueda responder ante algún señalamiento, el tema es lo manipulada que está la justicia y el riesgo que correríamos en un centro de detención por la cantidad de personas que han sido sometidas a [algún] proceso por virtud de mis acciones”.
Sandoval lleva la cuenta de los días desde que Consuelo Porras llegó a dirigir el Ministerio Público: tres años y dos meses en los que, asegura, su equipo tuvo que trabajar en un ambiente de intimidación y quedó maniatado porque se frenaban o agilizaban procesos en función a los intereses de la fiscal general. Además, denuncia que con ella “el Ministerio Público se ha convertido en una institución aliada del esquema de corrupción”.
Porras, por su parte, ha justificado la salida del exfiscal acusándolo de ejercer una justicia selectiva y con un sesgo ideológico. “Nunca fue ideológico el perseguir políticos corruptos como el expresidente Otto Pérez Molina o la ex vicepresidenta Roxana Baldetti. De hecho, la misma fiscal general resaltaba cada año nuestros logros”, asegura él. Una semana después de su destitución, Sandoval dice sentirse “muy cansado”, tratando de asimilar lo que ha vivido y planificando su futuro en el exilio, pero también “conmovido” por la solidaridad de los guatemaltecos que este jueves han salido a las calles del país centroamericano para protestar contra la corrupción y exigir la renuncia de Giammattei y de Porras. Para él, esas manifestaciones son un símbolo de que los ciudadanos están tomando conciencia de su poder y que pueden empujar al país “hacia una verdadera democracia”.
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