El Gobierno de Bolivia retiene en el aeropuerto de La Paz a un diputado argentino
Federico Fagioli viaja como observador electoral invitado por la Asamblea Legislativa, controlada por la oposición
El Gobierno boliviano retuvo e intentó detener al diputado argentino Federico Fagioli cuando llegaba al aeropuerto El Alto de La Paz, invitado por la opositora Asamblea Legislativa como observador de las elecciones del este domingo. Alrededor de 60 policías actuaron “por órdenes superiores” contra el diputado, que primero fue aislado en una dependencia del aeropuerto y luego arrastrado a un automóvil al que se resistió a entrar. Los oficiales también maltrataron verbalmente y usaron gases lacrimógenos contra la delegac...
El Gobierno boliviano retuvo e intentó detener al diputado argentino Federico Fagioli cuando llegaba al aeropuerto El Alto de La Paz, invitado por la opositora Asamblea Legislativa como observador de las elecciones del este domingo. Alrededor de 60 policías actuaron “por órdenes superiores” contra el diputado, que primero fue aislado en una dependencia del aeropuerto y luego arrastrado a un automóvil al que se resistió a entrar. Los oficiales también maltrataron verbalmente y usaron gases lacrimógenos contra la delegación argentina de parlamentarios argentinos con la que Fagioli viajaba. Esta se opuso a las acciones policiales para sacar a su colega del aeropuerto. Un diplomático argentino acreditado en Bolivia fue tumbado al piso y golpeado allí por intentar ayudar a sus connacionales.
El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, rechazó que se hubiera detenido al parlamentario y atribuyó esta interpretación a una “corriente de desinformación”. “Se le dijo al señor Fagioli que no era bienvenido a Bolivia y que regresara a su país. Se lo podía llevar a la frontera o esperar un avión para que retornara”, señaló.
Fagioli estuvo en Bolivia en noviembre del año pasado, inmediatamente después del derrocamiento del presidente Evo Morales, que hoy se encuentra exiliado en Argentina. Formó parte de la denominada Delegación Argentina Solidaridad con Bolivia, que entonces vino al país a evaluar el respeto de los derechos humanos y emitió un informe sumamente crítico respecto a las acciones represivas que se dieron durante la primera etapa del Gobierno de Jeanine Añez. Murillo señaló que Bolivia consideraba a Fagioli “persona no grata” porque el informe afirmó que la Policía boliviana había “asesinado personas y violado niñas en El Alto”. También dijo que el diputado argentino había “mentido” al informar que venía a Bolivia por primera vez y por “turismo”.
Anoche, cuando la situación de los observadores electorales en el aeropuerto parecía desesperada, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, publicó un tuit en el que denunciaba que “Legisladores argentinos fueron maltratados al llegar a La Paz para cumplir con sus tareas de veedores de las elecciones del próximo domingo”. Y en el que advertía que era “directa responsabilidad del gobierno de facto de Jeanine Añez preservar la integridad de la delegación argentina”. Poco después, el diputado Fagioli fue liberado y la delegación pudo trasladarse a un hotel. Según Murillo, se le permitió quedarse en el país por pedido del Tribunal Supremo Electoral.
Lo sucedido pudo conocerse por los vídeos publicados por los argentinos que pedían ayuda. La Defensora del Pueblo de Bolivia, Nadia Cruz, exigió “respeto a los derechos humanos y al marco de la legalidad”. También pidió “identificar a la autoridad que ha ordenado estas violaciones”, según informó el diario El Deber.
Este no ha sido el único incidente en el que han estado involucrados los observadores electorales enviados por partidos de izquierda del extranjero a las elecciones bolivianas. El día anterior, un funcionario del Ministerio de Gobierno había informado a la prensa de la llegada de cuatro delegados españoles que “tienen amistad con el Movimiento al Socialismo”, el partido de Evo Morales. El funcionario había declarado que esperaba que los mismos “no vengan a convulsionar”. Acto seguido, la Dirección de Migración filtró a un periodista la declaración de entrada al país y las fotografías de viaje de estos cuatro españoles, entre ellos los diputados de Podemos Gerardo Pisarello y Lucía Muñoz Dalda.
Las acciones contra los observadores que el Gobierno de Añez no desea en el país fueron anticipadas abiertamente hace unos días por Murillo. Este tuiteó el 15 de octubre: “Advertimos a los agitadores y gente que busca generar violencia, no son bienvenidos. Los ponemos en un avión o entre rejas. Compórtense, sabemos quiénes son y dónde están”.
Las relaciones entre Bolivia y Argentina se encuentran en una aguda crisis desde la elección del peronista Alberto Fernández como presidente argentino y el ulterior refugio de Evo Morales en Buenos Aires. Fernández no reconoce a Añez como gobernante constitucional del país. La Cancillería boliviana se ha quejado varias veces de la supuesta injerencia del Gobierno argentino en asuntos bolivianos, con el argumento de que Fernández se niega a prohibir que Morales opine sobre política boliviana. Además, las autoridades argentinas han colaborado para que los inmigrantes bolivianos puedan votar este domingo con un entusiasmo que ha despertado la susceptibilidad del Gobierno de Bolivia.
En estas elecciones el voto en el extranjero, especialmente el de Argentina, puede cumplir un papel clave. Representa alrededor del 3% del padrón electoral, un porcentaje que podría definir la victoria del MAS en primera vuelta si las cifras dentro del país fueran solo levemente insuficientes para dar este resultado, y si se repitiera la tradicional inclinación de los emigrados a apoyar mayoritariamente a este partido. Para vencer en primera vuelta, el MAS, que lidera los sondeos, necesita el 40% de los votos y 10 puntos porcentuales de ventaja sobre el segundo.