Trump redobla su pulso con Merkel y retira militares de Alemania

EE UU presiona para que Berlín incremente su contribución a las cuentas de la OTAN

Washington / Berlín / Bruselas -
El presidente de EE UU, Donald Trump, en una reunión de la OTAN con la canciller alemana, Angela Merkel, el pasado diciembre en Watford, Inglaterra.Evan Vucci (AP)

El presidente Trump confirmó este lunes que reducirá de manera dramática la presencia de tropas estadounidenses en Alemania. “Vamos a bajar el número hasta 25.000 soldados”, aseguró, respecto a un contingente que en la actualidad cuenta con cerca de 52.000 efectivos, de los cuales 34.500 están asignados al país con carácter permanente. La decisión, que amenaza con minar aún más la alianza de seguridad transatlántica, está planteada c...

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El presidente Trump confirmó este lunes que reducirá de manera dramática la presencia de tropas estadounidenses en Alemania. “Vamos a bajar el número hasta 25.000 soldados”, aseguró, respecto a un contingente que en la actualidad cuenta con cerca de 52.000 efectivos, de los cuales 34.500 están asignados al país con carácter permanente. La decisión, que amenaza con minar aún más la alianza de seguridad transatlántica, está planteada como una medida de presión a Berlín, a la que Trump recrimina desde hace tiempo el incumplimiento de sus compromisos de financiación de la OTAN. “Hasta que paguen vamos a retirar a nuestros soldados, como la mitad, y se quedarán unos 25.000 y veremos a dónde vamos desde ahí, pero Alemania se ha convertido en una morosa. ¿Por qué deberíamos seguir haciendo nosotros lo que hacemos si ellos no van a pagar?”, se preguntó Trump, en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.

Los aliados europeos de la OTAN reaccionaron en un primer momento con incredulidad a las filtraciones sobre la drástica reducción de las tropas estadounidenses en Alemania. Pero tras la confirmación oficial por parte de Trump, la Alianza ha redoblado la campaña para intentar demostrar a Washington de que la decisión sería contraproducente para la seguridad de EE UU y convencerle, al menos, de que compense la salida de territorio alemán con un incremento de la presencia en otras partes del Viejo Continente.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha asegurado este martes en rueda de prensa que la semana pasada habló con Trump sobre el asunto. Stoltenberg ha subrayado que la presencia de tropas estadounidenses en suelo europeo “es el núcleo de la alianza transatlántica. Pero también es bueno para EE UU, porque hay que recordar que la paz y la estabilidad en Europea también es, por supuesto, importante para Norteamérica”.

Stoltenberg ha recordado, además, que las bases estadounidenses en suelo europeo no son solo para proteger Europa sino que le proporcionan a Washington una valiosa y privilegiada avanzadilla hacia otras partes del planeta. Las bases alemanas, ha subrayado el máximo dirigente de la OTAN “han sido esenciales para lo que ha llevado a cabo EE UU durante décadas en Oriente Próximo, Afganistán, Irak y África. Y el puesto de mando de EE UU para África no está en África, sino en Europa, en Stuttgart".

Pero las lecciones geoestratégicas del dirigente de la OTAN parecen haber hecho poca mella en el ánimo de Trump. La reducción de tropas anunciada por el líder estadounidense estará en vigor hasta que Berlín aumente su gasto en defensa hasta el 2% de su Producto Interior Bruto (PIB), según el presidente. Se trata de un objetivo que se fijaron los aliados en una cumbre en 2014 y que Alemania se ha comprometido a cumplir para 2031. Según un informe publicado por la OTAN en diciembre de 2019, el nivel de gasto de Berlín se sitúa actualmente en un 1,38% del PIB, lo que coloca al país en el puesto 12º de los que menos gastan (España es el segundo que menos gasta). EE UU destina un 3,42% del PIB y están por encima de ese 2% Bulgaria, Grecia, el Reino Unido, Estonia, Letonia, Rumanía y Polonia. Francia y Turquía rozan el objetivo con un 1,84 y 1,89%, respectivamente.

Desde que llegó al poder en 2017, el presidente republicano ha amenazado con retirar tropas estadounidenses de países aliados por motivos económicos. En concreto, se queja reiteradamente de la desproporción en la financiación de la OTAN, y ha venido exigiendo en múltiples ocasiones que los aliados cumplan con su compromiso del 2%.

También su predecesor, el demócrata Barack Obama, insistió a los aliados para que pagasen, pero Trump lo ha convertido en casi una obsesión en sus relaciones transatlánticas, señalando con especial insistencia a Alemania, aunque no es el único país que incumple el objetivo. En sus declaraciones en la Casa Blanca, el presidente destacó el lunes la contribución de los soldados estadounidenses a la economía local. “Esos soldados están bien pagados, viven en Alemania, gastan vastas cantidades de dinero en Alemania, los lugares alrededor de esas bases son prósperos para Alemania y Alemania se lo queda”, criticó.

Las relaciones entre los dos aliados tradicionales han sufrido considerablemente, en reflejo de la mala sintonía, hace tiempo consolidada, entre el presidente Trump y la canciller Angela Merkel, más reticente que otros líderes occidentales a pasar por alto las heterodoxias del inquilino de la Casa Blanca. El último episodio de fricción entre los dos líderes llegó hace apenas unas semanas, cuando Merkel rechazó la invitación de Trump para asistir a una cumbre del G7 en Washington, alegando que su prioridad era la pandemia del coronavirus

La Administración Trump contempla una retirada parcial de tropas en Alemania desde el año pasado, y hace unas semanas medios estadounidenses adelantaron que la Casa Blanca estaba elaborando un plan para sacar a 9.500 de los 34.500 soldados que están permanentemente en Alemania. The Wall Street Journal publicó entonces que la retirada se esperaba para septiembre, pero Trump no concretó el lunes fecha para el repliegue ni explicó si los soldados regresarían a suelo estadounidense o se desplegarían en otro país.

La decisión, según Associated Press, no fue debatida previamente con Alemania ni con la OTAN. Tampoco fue oficialmente informado el Congreso de Estados Unidos, donde no han tardado en escucharse voces críticas con la retirada, incluso desde las filas republicanas, donde algunos legisladores contemplan la medida como un regalo a Rusia y una amenaza a la seguridad nacional. “Las amenazas de Rusia no han disminuido, y creemos que señales de un debilitamiento del compromiso a la OTAN animarán a más agresiones y al oportunismo ruso”, escribió el congresista republicano Mac Thornberry en una carta al presidente.

Respuesta de Alemania

Desde que hace diez días la prensa se hiciera eco de un posible plan de reducción de tropas estadounidenses, el Gobierno de Berlín sigue a la espera de una comunicación oficial por parte de Washington. La decisión se produjo sin preaviso, lo que supone un ataque en toda regla a la cooperación transatlántica. El despliegue estadounidense resulta un elemento clave del compromiso militar trasatlántico y un giro en la política exterior estadounidense posterior a la segunda Guerra Mundial. Su reducción corre el peligro de convertir en todavía más frágil un vínculo ya maltrecho.

La titular de Defensa, Annegret Kramp-Karrembauer, ha dicho este martes en un acto en Berlín que “la OTAN no es una organización comercial, y la seguridad no es una mercancía”. El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, ha asegurado durante una visita a Varsovia que no han recibido información detallada sobre el repliegue, según recogió la agencia Reuters. El jefe de la diplomacia alemana ha considerado además la presencia de soldados norteamericanos en territorio alemán crucial para la defensa tanto de Alemania como de EE UU. Bases como la de Ramstein, en el sudoeste de Alemania, resultan esenciales para las operaciones militares en Iraq o Afganistán.

El secretario general de la OTAN ha intentado amortiguar el choque entre Berlín y Washington. Stoltenberg ha asegurado que la información sobre la posible retirada de tropas circulaba hace días entre las dos partes del Atlántico. “Lo he hablado con el presidente [Trump], con otros representantes de la Administración de EE UU y también con la ministra alemana de Defensa, Annegret Kramp-Karrembauer, de modo que hay un diálogo sobre este asunto”, ha señalado Stoltenberg durante una rueda de prensa previa a la reunión de los ministros de Defensa de la OTAN que se celebrará este miércoles y jueves por videoconferencia.

El copresidente del partido socialdemócrata alemán, Norbert Walter-Borjans, ha considerado, sin embargo, preocupante la decisión. “Es obviamente uno de esos asuntos America first”, mirando solo a lo que a él conviene y puede ser decisivo para una elección en EE UU”, ha estimado en declaraciones a la cadena N-tv.

Hay desplegadas tropas estadounidenses en territorio alemán desde el final de la Segunda Guerra Mundial, lo que ha supuesto una barrera de contención frente a Moscú desde tiempos de la Guerra Fría. Es el país europeo con más soldados estadounidenses, seguido de Italia, el Reino Unido y España.

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