Fernández apuesta por un gabinete económico joven y heterodoxo

Martín Guzmán, de 37 años y discípulo del Nobel Joseph Stiglitz, será el ministro encargado de renegociar la deuda externa

Buenos Aires -
Martín Guzmán, nuevo ministro de Economía argentino.JUAN MABROMATA (AFP)

El regreso de un “superministro de Economía”, como lo fueron Domingo Cavallo durante el menemismo y la crisis de 2001 o Roberto Lavagna durante el primer kirchnerismo, es el rasgo más sobresaliente del Gabinete que acompañará a Alberto Fernández a partir del 10 de diciembre. ...

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El regreso de un “superministro de Economía”, como lo fueron Domingo Cavallo durante el menemismo y la crisis de 2001 o Roberto Lavagna durante el primer kirchnerismo, es el rasgo más sobresaliente del Gabinete que acompañará a Alberto Fernández a partir del 10 de diciembre. Encabeza la lista de nombres Martín Guzmán, un académico de 37 años que el nuevo presidente repatrió desde la Universidad de Columbia. Guzmán trabaja con el Nobel Joseph Stiglitz y es experto en renegociaciones de deudas externas, la losa que lastrará cualquier intento de recuperación económica si Argentina no logra, al menos, posponer vencimientos.

El nombre de Guzmán como ministro de Economía sonaba bajo entre pasillos y creció a medida que se acercaba el día D. A Fernández le convenció la lectura de la crisis de deuda que tiene Guzmán y dejó en sus manos que convierta en praxis las ideas heterodoxas que el académico despliega en el aula. Los críticos advierten que nunca ocupó un cargo público y que no tiene experiencia en gestión.

Guzmán es doctor en Economía de la Universidad de Brown, EE UU, y dirige el programa de Reestructuración de Deuda de la Universidad de Columbia. Su desembargo en Buenos Aires estuvo mediado por Jospeh Stiglitz, el preferido de Cristina Fernández de Kirchner entre los economistas extranjeros. El Nobel fue un férreo defensor de la gestión económica del kirchnerismo y siempre criticó las recomendaciones que el FMI hace a los países necesitados de financiación, como Argentina.

En noviembre pasado, Guzmán presentó ante Naciones Unidas en Ginebra un posible plan para Argentina. Dijo entonces que Buenos Aires no debe pagar ni capital ni interés hasta 2022, no debe pedir más dinero al FMI para cumplir con el pago a los bonistas privados y debe evitar cualquier hipótesis de default. Durante el periodo de gracia, Argentina debería reordenar sus cuentas para hacer “sustentable” la deuda en el mediano plazo.

Junto a Guzmán trabajará Matías Kulfas. Este economista de 47 años ocupará desde el martes el Ministerio de Producción, después de que su nombre sonara durante semanas como ministro de Economía. Fernández se decantó finalmente por el académico de Columbia, pero la relación que mantiene con Kulfas es muy cercana.

El nuevo ministro tiene experiencia política y lleva años en la gestión pública: fue gerente general del Banco Central durante el kirchnerismo y ya pasó como funcionario por el Ministerio de Economía. Egresado de la Universidad de Buenos Aires, Kulfas es de perfil heterodoxo y un experto en procesos de industrialización nacionales. En varias ocasiones acusó a Macri de haber liderado un “industricidio” en Argentina. Tendrá ahora la oportunidad de recuperar al sector más golpeado por la herencia macrista.

El tridente económico de Fernández lo completa Miguel Pesce como presidente del Banco Central. Pesce será un timonel con experiencia: fue vicepresidente de la entidad monetaria entre 2004 y 2015, un récord histórico que le permitió acompañar a los cuatro presidentes de gestión kirchnerista. Egresado de la Universidad de Buenos Aires, su cuna política está en la Unión Cívica Radical, el partido centenario de Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa.

Su contacto con Fernández data de 2003, cuando el por entonces jefe de ministros de Néstor Kirchner le encomendó la tarea de representar al Ministerio de Economía en el directorio del Banco Central. Un dato puede ser revelador del perfil que dará a su nuevo cargo: en 2010 defendió el uso de las reservas internacionales para pagar deuda pública, algo a lo que se oponía con vehemencia el presidente de la entidad, Martín Redrado. Redrado perdió su puesto y Pesce lo reemplazó durante dos semanas como interino.

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