La Comisión Europea, “muy preocupada” por las interferencias en las elecciones de mayo

El director del CNI advierte en París de la dificultad de evitar "acciones de influencia" extranjeras

París -
Emmanuel Macron (d) junto al coordinador del servicio de inteligencia francés, Pierre de Bousquet Florian, este martes en París.LUDOVIC MARIN (AFP)

El comisario europeo de Seguridad, el británico Julian King, se ha mostrado este martes “muy preocupado” por las amenazas que se ciernen sobre las próximas elecciones de mayo al Parlamento Europeo. Aunque la Comisión ha formado un panel de expertos para lanzar alertas tempranas ante posibles “tentativas de manipulación” electoral, King ha recordado que la competencia de organizar las elecciones es de los Estados miembros y ha pedido a los servicios de inteligencia europeos que trabajen juntos para neutr...

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El comisario europeo de Seguridad, el británico Julian King, se ha mostrado este martes “muy preocupado” por las amenazas que se ciernen sobre las próximas elecciones de mayo al Parlamento Europeo. Aunque la Comisión ha formado un panel de expertos para lanzar alertas tempranas ante posibles “tentativas de manipulación” electoral, King ha recordado que la competencia de organizar las elecciones es de los Estados miembros y ha pedido a los servicios de inteligencia europeos que trabajen juntos para neutralizar este riesgo.

King ha participado en una mesa redonda en París con los directores de los servicios de espionaje interior (Nicolas Lermer) y exterior (Bernard Emié) de Francia, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español (Félix Sanz Roldán) y el SOA croata (Daniel Markic), además de varios expertos.

El general Roldán se ha mostrado convencido de que se puede garantizar la seguridad física de los sistemas informáticos de recuento de voto, pero ha admitido que es mucho más difícil evitar “acciones de influencia de agentes extranjeros” que pueden “hacer mucho daño”.

Los jefes de los cuatro servicios secretos han protagonizado un insólito debate en la cumbre sin precedentes que ha reunido en la capital francesa a responsables de 66 agencias europeas de espionaje. A puerta cerrada y con las cámaras enfocadas al escenario, para que no pudieran captar los rostros del público (300 invitados, muchos de ellos agentes secretos), los jefes de los espías han debatido sobre los retos a los que se enfrentan partiendo de una pregunta provocadora: ¿Cómo van a dar una respuesta común si no tienen la misma percepción de la amenaza?

Sanz ha recordado que el papel de los servicios de inteligencia no es dar respuesta a los problemas, sino facilitar información a quien tiene que decidir: el poder político. Y ha esbozado el ranking de las amenazas compartidas en Europa: el terrorismo yihadista, los ciberataques y la inmigración ilegal.

A estos retos ha añadido los desafíos internos que afrontan los servicios secretos: la digitalización (“todos nos estamos digitalizando, pero cada uno a su modo y en dos o tres años nuestros sistemas no serán capaces de entenderse entre sí”, ha advertido) y la incomprensión de la opinión pública (“no podemos pedir a los ciudadanos su confianza y no explicarles lo que hacemos”).

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El debate ha puesto en evidencia que si los riesgos son los mismos no todos ponen el acento en el mismo lugar. El croata Markic ha reconocido que el terrorismo es para su país una preocupación “relativamente menor”; y el francés Emié ha puesto nombre a una amenaza a la que otros aludían con eufemismos: la infiltración china en sectores estratégicos en Europa.

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