El Gobierno británico defiende “la necesidad” de atacar al régimen de Al Asad

May convoca una reunión de emergencia para debatir el papel de Londres en conflicto. Los laboristas exigen que la decisión se vote en el Parlamento

Un hombre protesta contra la acción militar en Siria junto a Downing Street.ANDY RAIN (EFE)

La primera ministra británica, Theresa May, ha obtenido este jueves por la tarde el respaldo unánime de su Gobierno para que Reino Unido participe en la acción militar liderada por Estados Unidos contra el régimen de El Asad. Los miembros del Gobierno interrumpieron sus vacaciones de Pascua para debatir durante dos horas, en una reunión de emergencia convocada en Londres, los planes de acción militar de Reino Unido en Siria y su papel en la respuesta al supuesto uso de armas químicas por parte del r...

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La primera ministra británica, Theresa May, ha obtenido este jueves por la tarde el respaldo unánime de su Gobierno para que Reino Unido participe en la acción militar liderada por Estados Unidos contra el régimen de El Asad. Los miembros del Gobierno interrumpieron sus vacaciones de Pascua para debatir durante dos horas, en una reunión de emergencia convocada en Londres, los planes de acción militar de Reino Unido en Siria y su papel en la respuesta al supuesto uso de armas químicas por parte del régimen sirio contra las fuerzas rebeldes en Duma.

“El Gobierno ha estado de acuerdo en la necesidad de actuar para aliviar la angustia humanitaria e impedir el uso continuado de armas químicas por el régimen de El Asad”, ha dicho un portavoz de Downing Street. “El Gabinete ha acordado que la primera ministra debe continuar trabajando con sus aliados en Estados Unidos y Francia para coordinar una respuesta internacional”, ha añadido.

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La primera ministra, que el miércoles declaró que “todo indica” que Damasco está detrás del supuesto ataque químico que dejó 40 muertos y que este no puede quedar impune, deberá valorar si está dispuesta a lanzar un ataque sin buscar antes la aprobación del Parlamento, cerrado por vacaciones hasta el próximo lunes. La aprobación de los diputados es un asunto delicado para Theresa May. Sobre ella pesa la sombra del intento fallido de su predecesor, David Cameron, que en 2013 fracasó en su intento de recabar el apoyo de la Cámara baja para intervenir en Siria.

Cinco años después, y con el precedente del desastre en Irak que todavía pesa en la opinión pública británica, sigue habiendo escepticismo entre un buen número de diputados sobre la conveniencia de implicarse en una intervención militar en un complejísimo conflicto exterior. Pero después del sólido respaldo del presidente Donald Trump a Londres en la crisis con Rusia desatada tras el ataque contra el ex espía Serguéi Skripal y su hija en suelo británico, también con un arma química, parece impensable que Reino Unido no se sume a Estados Unidos y Francia en el anunciado ataque contra las fuerzas de El Asad. Como primera ministra, May podría recurrir a sus prerrogativas reales para movilizar a las Fuerzas Armadas sin pasar por el Parlamento.

Pero los principales partidos de la oposición han coincidido en exigir que la primera ministra respete la costumbre y no niegue a los diputados la oportunidad de debatir y votar. “El Parlamento debe siempre tener la palabra en una acción militar”, ha señalado Jeremy Corbyn, el líder laborista, que ha alertado del riesgo de que los bombardeos aéreos desemboquen en una confrontación entre Estados Unidos y Rusia, que respalda al régimen sirio. “Más bombardeos, más muertes, más guerra no salvarán vidas. Solo se llevarán más vidas y generarán guerras en otros lugares”, ha añadido Corbyn.

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