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Los rostros de la caravana que enfureció a Trump

Una familia amenazada, una diputada, una madre que dio a luz en un retrete y una transexual tiroteada forman parte de la caravana de migrantes que han provocado la militarización de la frontera ordenada por el presidente de EE UU

Los integrantes de la caravana de migrantes llegan a Marías Romero. En vídeo: Trump anuncia que desplegará sus tropas hasta la construcción del muro con México.Foto: atlas | Vídeo: J. Guillemard
Jacobo García

Más de 1.000 migrantes centroamericanos acampan en el municipio de Matías Romero, en Oaxaca, mientras esperan para avanzar hacia la frontera norte. Mal comidos y agotados, su sola presencia en suelo mexicano ha enardecido al presidente Donald Trump que este miércoles anunció que militarizará la frontera para impedir su llegada. Las autoridades mexicanas buscan una respuesta legal que calme sus protestas y atienda la crisis humanitaria que se vive en la frontera sur.

A la ira del mandatario estadounidense, la población de Oaxaca ha respondido con enormes muestras de solidaridad. Estas son algunos de los rostros que componen la caravana.

Cargando con un bebé nacido en el retrete

Génesis sostiene a su hijo César
Génesis sostiene a su hijo CésarEncarni Pindado

Tirada en el suelo y cubierta por el sol con unas telas, Génesis Graciela, de 25 años, da leche y mece a su hijo nacido en un mugriento baño de Tapachula (Chiapas) hace solo un mes. En la ciudad fronteriza trabajaba como asistenta mientras esperaba una respuesta a su solicitud de visa humanitaria con la que poder atravesar el país. Cuando se enteró de que varios cientos de migrantes se habían organizado para avanzar en masa hacia el norte tomó a su bebé recién nacido y se unió a ellos sin dudarlo. “Sé que corre peligro, pero él es el motor que me mueve. No quiero que tenga la vida que tenemos en Honduras donde solo hay violencia y pandillas y no hay oportunidades de trabajo”, describe aferrada al niño bajo el infernal calor del Istmo.

Una diputada hondureña que huye de JOH

María Colindres Ortega, fue diputada nacional del partido LIBRE, de Manuel Zelaya, por el departamento de Yoro hasta la polémica victoria en el mes de noviembre de Juan Orlando Hernández. Las elecciones fueron consideradas fraudulentas por la oposición y la Organización de Estados Americanos (OEA) denunció graves irregularidades, lo que dio origen a unos disturbios que dejaron más de 30 muertos.

María Colindres, diputada migrante hondureña
María Colindres, diputada migrante hondureñaEncarni Pindado

“A partir de entonces comenzó una ola represiva sin precedentes en el país. Los opositores somos clasificados y amenazados. Ha habido una matanza selectiva de líderes políticos, sociales o ecologistas que no se detiene”, argumenta María.

“Nunca había pensado que tendría que dejar mi país y menos tener que emigrar en estas condiciones”, lamenta desde el suelo. Su objetivo es llegar a Estados Unidos y solicitar asilo político. Atrás dejó siete hijos y una carrera política a la que algún día espera regresar para empujar la transformación de su país.

Los Baires, cuatro generaciones metidas en una bolsa de plástico

Blanca, Marlén, Clara y Elena o, lo que es lo mismo, la familia Baires al completo. Una bisabuela de 63 años, una abuela de 47, una madre de 26 y una nieta de 7.

Cuatro generaciones de mujeres salvadoreñas que huyeron con lo puesto de su país y que este miércoles amanecieron un día más sobre la hierba de lo que, hasta la semana pasada, era un campo de fútbol. Hoy es un inmenso recinto lleno de basura donde cientos de familias aguardan para seguir con su objetivo de alcanzar la frontera norte.

La familia Baires, descansa en el campo de fútbol de Matías Romero
La familia Baires, descansa en el campo de fútbol de Matías RomeroEncarni Pindado

Toda la familia dejó el país en cuestión de horas y metieron el equipaje en unas pocas bolsas de plástico. En ellas va algo de ropa y el papel que les amargó la vida. Una hoja escrita a mano que las pandillas le dejaron. En él los obligan a abandonar su casa en el menor tiempo posible con una frase “y si no, toda la familia Baires va a morir”.

“Allá la cuestión de la mara está muy tremenda. Hay que salir a las horas que ellos te marcan y hacer lo que ellos indican”, explica Marlén para describir su colonia en La Paz donde se ganaban la vida vendiendo fruta. “En El Salvador vivíamos todos juntos y la advertencia era para todos”, recuerda.

Hace dos meses que esperaban en Tapachula una respuesta a su solicitud de asilo pero cuando se enteraron de la existencia de una caravana que pretendía llegar a Tijuana se sumaron sin dudarlo.

Persecución del colectivo LGTB

Un transexual de Honduras muestra las heridas del balazo recibido
Un transexual de Honduras muestra las heridas del balazo recibidoEncarni Pindado

Una decena de miembros de la comunidad LGBT se han sumado a la caravana en busca de protección antes de pedir asilo en Estados Unidos. Todos ellos han sufrido palizas y agresiones antes de abandonar Honduras. Uno de los casos más dramáticos es el de los transexuales. Shannel Smith, el seudónimo que elige para la entrevista, explica que le obligaron a vender droga y al negarse recibió tres disparos, dos le dieron en el brazo y otro en el pecho. Sobre el pasto del recinto deportivo muestra la cicatriz, aun sin curar, que le dejó la agresión.

“En Honduras es imposible vivir sin tener que ocultar tus preferencias sexuales. Es una tortura para gais, lesbianas y transexuales somos agredidas y asesinadas con total impunidad”, relata. Después de un mes en la ciudad de Tapachula se unió a la caravana cuando se enteró que pretendía llegar a Tijuana, donde quiere pedir la condición de refugiado.

Solidaridad mexicana con los migrantes centroamericanos

Vecinas de Matías Romero, Oaxaca, repartiendo comida a los migrantes
Vecinas de Matías Romero, Oaxaca, repartiendo comida a los migrantesEncarni Pindado

Pocas horas después de que más de 1.000 centroamericanos tomaran su pueblo y se instalaran en el campo de fútbol, un grupo de mujeres de Matías Romero, en Oaxaca, se organizó para atenderlos. Una compró arroz, otra tomates, otra frijoles, tortillas y bolillos y otra más cocinó toda la noche. De sus ollas han salido más de 1.500 raciones de comida para los migrantes a los que un día antes no conocían.

Desde el lunes, Rosalía, Maribel, Olivia, Aura, Beatriz…llegan cada mañana para dar de comer “a esta gente que sufre y a la que debemos echar una mano”, explica la primera mientras vuelca una cuchara tras otra de arroz en platos de unicel. Se hacen llamar mujeres emprendedoras y ante la ausencia de autoridades defienden que la sociedad siempre va por delante de sus autoridades “como sucedió en el último terremoto”, insiste.

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Sobre la firma

Jacobo García
Antes de llegar a la redacción de EL PAÍS en Madrid fue corresponsal en México, Centroamérica y Caribe durante más de 20 años. Ha trabajado en El Mundo y la agencia Associated Press en Colombia. Editor Premio Gabo’17 en Innovación y Premio Gabo’21 a la mejor cobertura. Ganador True Story Award 20/21.

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