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Detenida por corrupción la esposa del expresidente hondureño Porfirio Lobo

Elena Bonilla desvió a su cuenta personal 600.000 dólares cinco días antes de que su marido dejara el cargo

Jacobo García
El vehículo en el que iba Bonilla, tras ser arrestada este miércoles.
El vehículo en el que iba Bonilla, tras ser arrestada este miércoles.REUTERS

La ex primera dama de Honduras Rosa Elena Bonilla, mujer del expresidente Porfirio Lobo (2010-2014), fue detenida este miércoles en Tegucigalpa acusada de corrupción, según ha informado la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih).

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La Maccih y el Consejo Anticorrupción (CNA) acusan a Bonilla de transferir 12 millones de lempiras (moneda de Honduras, unos 600.000 dólares) de la cuenta del despacho de la Primera Dama a una cuenta personal solo cinco días antes de que su esposo abandonara la Presidencia.

Seis vehículos blindados llegaron la noche del martes a una residencia de las afueras de Tegucigalpa donde arrestaron a Bonilla y a su cuñado Mauricio Mora, para proceder a su interrogatorio. La ex primera dama, de 48 años, tampoco ha podido justificar el destino de al menos seis millones de dólares que el gobierno entregó para tareas de representación.

La detención esta noche de Elena Bonilla era un secreto a gritos. EL PAÍS adelantó hace tres semanas que la Misión contra la corrupción (Maccih) ultimaba dos investigaciones que implicaban de lleno a la familia Lobo.

La primera, por desfalco, contra Elena Bonilla y que fue ejecutada este miércoles. La segunda apunta directamente al propio Lobo por sus vínculos con el cartel de Los Cachiros en la concesión de proyectos hidroeléctricos, los mismos contra los que protestaba la ecologista asesinada Berta Cáceres.

"Hoy es un gran paso contra la impunidad", escribió en su cuenta de Twitter la directora del Consejo Anticorrupción, Gabriela Castellanos, al conocer la noticia.

La detención de Elena Bonilla es el último del capítulo de corrupción y desgracias que rodea a la familia Lobo. Tras ganas las elecciones en 2010, su Gobierno estaba destinado a sellar las heridas que unos meses antes había dejado el golpe de Estado contra Manuel Zelaya.

Su gestión, sin embargo, se ha convertido en una de las más corruptas de años recientes. Además de la detención de su esposa, un hijo de Porfirio Lobo, Fabio Lobo, está encarcelado en Nueva York acusado de tráfico de cocaína. Lobo fue condenado a 24 años de cárcel por mover avionetas desde Haití a Estados Unidos entre 2009 y 2014, justamente en los años en que su padre era presidente de Honduras. Al latrocinio familiar se suman las desgracias personales. La semana pasada falleció otro de los hijos de la pareja, Cristian Javier Lobo, por problemas de alcohol.

La detención ordenada por la Maccih y el CNA podría tensar aún más la relación entre la Misión de la OEA y la clase política local, que sueña con que desaparezca de sus vidas.

El 18 de enero, el Congreso de Honduras aprobó una reforma de ley que impide investigar a la Misión al transferir gran parte de sus competencias al Tribunal de Cuentas, controlado por los partidos políticos.

Con esta reforma cinco diputados que estaban encarcelados por quedarse con dinero público destinados a ONG fueron liberados inmediatamente. El pacto de impunidad, como es conocido, frenó también una investigación que implicaba a otros 60 diputados más, incluido el presidente del Congreso. Sin embargo, la sospecha es que "la red es más amplía y podría llegar a 140 diputados, incluido el presidente", señaló a este diario el jefe de la Maccih.

La detención de Elena Bonilla es la última victoria del dimitido Juan Jiménez Mayor, exjefe de la Misión de la OEA contra la impunidad. Como si fuera el Cid Campeador, capaz de ganar una victoria después de muerto con su sola presencia sobre un caballo, Mayor y su equipo armaron la investigación durante más de un año reuniendo pruebas sobre los presuntos delitos de Bonilla.

La paradoja es que la noticia llega dos semanas después de la dimisión de Mayor por ofrecer escasos resultados en el tiempo que lleva instalada la mesa, según su jefe, el secretario general de la OEA, Luis Almagro. La detención de Bonilla ha demostrado que la paciencia no es el don más cultivado por Almagro.

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Sobre la firma

Jacobo García
Antes de llegar a la redacción de EL PAÍS en Madrid fue corresponsal en México, Centroamérica y Caribe durante más de 20 años. Ha trabajado en El Mundo y la agencia Associated Press en Colombia. Editor Premio Gabo’17 en Innovación y Premio Gabo’21 a la mejor cobertura. Ganador True Story Award 20/21.

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