El Frente Amplio de izquierda no se entrega a Guillier

La coalición de Beatriz Sánchez posterga una definición para la segunda vuelta

Alejandro Guillier, en un acto electoral el domingo Luis Hidalgo (AP)

Con el 20,27% de apoyo que alcanzó su candidata, Beatriz Sánchez, y una fuerza parlamentaria que llegará a los 20 diputados y un senador, la coalición de izquierda Frente Amplio se instaló en una posición privilegiada para definir la segunda vuelta entre el derechista Sebastián Piñera y el oficialista Alejandro Guillier del 17 de diciembre.

Pero a dos días de las elecciones, los principales líderes de la nueva fuerza política no se han entregado al candidato del centroizquierda.

Aunque Sán...

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Con el 20,27% de apoyo que alcanzó su candidata, Beatriz Sánchez, y una fuerza parlamentaria que llegará a los 20 diputados y un senador, la coalición de izquierda Frente Amplio se instaló en una posición privilegiada para definir la segunda vuelta entre el derechista Sebastián Piñera y el oficialista Alejandro Guillier del 17 de diciembre.

Pero a dos días de las elecciones, los principales líderes de la nueva fuerza política no se han entregado al candidato del centroizquierda.

Aunque Sánchez la noche del domingo hizo un guiño a Guillier al señalar que "Piñera es un retroceso para el país”, dijo la periodista– la docena de partidos y movimientos que conforman el bloque se dieron plazo hasta el 30 de noviembre para tomar una decisión sobre su posición de cara a una segunda vuelta. Sus principales figuras, nacidas principalmente de la revolución estudiantil de 2011, repiten que se realizará una discusión interna –democrática y abierta–, para tomar una decisión.

Pero a estas alturas parece probable, por las declaraciones de sus líderes, que el Frente Amplio no será parte de un eventual Gobierno de Guillier y, sea cual sea el resultado de la segunda, en el próximo periodo se hallarían en la posición.

Falta dilucidar, sin embargo, el nivel de compromiso que tomarán para evitar un triunfo de Piñera. Podrían dejar en libertad de acción a sus adherentes, conformarse con declarar que la derecha no se hace bien a Chile o llegar a un acuerdo instrumental con el oficialismo contra el expresidente.

El Frente Amplio, por el contrario, en las últimas horas ha salido a remarcar sus diferencias ideológicas con el Gobierno de Michelle Bachelet y la quebrada coalición Nueva Mayoría. Con su 20,27% de apoyo en las presidenciales, prácticamente empatado con el 22,70% de Guillier, aspiran a dialogar de igual a igual y superar la supremacía histórica que tuvo el centroizquierda en Chile por sobre la izquierda.

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El candidato oficialista, en tanto, intenta en paralelo ordenar las fuerzas oficialistas en torno a su figura. Una debilitada Democracia Cristiana, de centro, le entregó este lunes su apoyo. El descenso de su fuerza parlamentaria y el 5,8% de su candidata, Carolina Goic, dejó a los democristianos al borde de un quiebre.

La postulante a La Moneda, de hecho, renunció a la presidencia del partido, en una nueva señal del desangramiento del centroizquierda chileno. Mientras Guillier reformula su comando con la incorporación de algunos parlamentarios electos de su sector, La Moneda intenta darle un empujón.

Este martes la presidenta Michelle Bachelet lo recibió en el Palacio de Gobierno por cerca de dos horas. Portavoces del Ejecutivo descartaron una intervención electoral y aclararon que se trató de una actividad privada entre la presidenta y un senador.

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