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Una explosión en un taller pirotécnico de Tultepec ha sacudido de nuevo este sábado la localidad del Estado de México en la que hace dos meses más de 300 toneladas de explosivos estallaron provocando la muerte de 42 personas y dejando heridas a 70 más. El Ayuntamiento del municipio ha confirmado la muerte de tres personas: una mujer de 26 años, un niño de 11 y una niña de seis. Una cuarta víctima, de 25 años, falleció en el hospital mientras era atendida por quemaduras en el 70% de su cuerpo. Mientras el número de heridos asciende a ocho. 

La explosión se produjo poco antes de las ocho de la mañana de este sábado en un taller de explosivos, en la colonia de La Cantera, que se encontraba apenas a 500 metros del lugar en el que, pocas horas más tarde, se ha inaugurado la Feria Nacional de Pirotecnia, el primer gran acto después de la catástrofe de diciembre. Según explicó una fuente municipal a la agencia Efe, los talleres de pirotecnia están prohibidos en zonas urbanas, por lo se trataría de una fábrica o almacén de petardos ilegal.

La delegación de la Cruz Roja en el Estado de México, que está trasladando a los heridos graves en helicóptero al Hospital de Altas especialidades de Zumpango, a 18 kilómetros de Tultepec, ha apuntado que el suceso ocurrió por una explosión de gas.

Fuentes del Ayuntamiento de la ciudad han asegurado a EL PAÍS que la feria pirotécnica se desarrollará tal y como estaba prevista. La pirotecnia es una tradición –y un negocio– en esta urbe de 40.000 habitantes situada a 40 kilómetros al norte de la capital mexicana.

La tragedia de diciembre pasado fue la más grave en el mercado de pirotecnia del municipio, pero este había ardido otras dos veces. En 2005, otra explosión arrasó con los puestos y dejó 57 lesionados y 70 vehículos calcinados. Se levantaron de nuevo las casetas, entonces de lona, y un año después otro incendió asoló el recinto. El entonces gobernador del Estado de México y hoy presidente del país, Enrique Peña Nieto, encabezó la reconstrucción de la feria. Inyectó nueve millones de pesos (unos 450.000 dólares) y transformó las casetas de lona en 300 pequeñas tiendas de cemento y lámina metálica. Los accidentes, en cambio, se han seguido sucediendo dentro y fuera del mercado de San Pablito, el centro neurálgico de la pirotecnia en la localidad mexiquense.