Argentina da un nuevo paso en su acercamiento a la OCDE
El organismo saca al país del peor puntaje de riesgo, que compartía con Venezuela y Corea del Norte
El presidente Mauricio Macri sueña con que Argentina, después de 12 años de kirchnerismo y políticas económicas heterodoxas, entre en el selecto grupo de países que integra la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El giro político y económico que dio su gobierno apunta desde hace 10 meses en ese sentido y ahora acaba de cosechar los primeros frutos. El organismo decidió sacar a Argentina del peor puntaje de la clasificación de riesgo país, el siete, una cifra que compartía desde 2002 con Venezuela y Corea del Norte. “Esa nota expresaba la situación heredada: falta de estadísticas confiables, default y el conflicto irresuelto con los holdouts. En contraposición, esta mejora corresponde a la salida del default que el equipo del presidente Macri logró en sus primeros meses de gestión”, dijo el ministerio de Hacienda en un comunicado. El sistema de calificación de la OCDE oscila entre cero y siete puntos. El cero se destina a los 35 miembros y el resto puntúa a los países según su calidad económica e institucional. La cesación de pagos de la deuda externa en 2002 relegó a Argentina al último puesto hace 14 años y luego el kirchnerismo no mostró interés alguno en acercarse a la OCDE.
Cada punto que Argentina sube en la escala de riesgo país implica que las empresas extranjeras pagarán 1,5% menos por el seguro de sus inversiones. Por eso el organismo no solo tiene en cuenta variables económicas, también analiza las políticas internas de lucha contra la corrupción y la transparencia de las empresas estatales, entre otros 22 puntos. Hoy, por ejemplo, Argentina es el único país de la región “sin ninguna forma legal que pene la corrupción internacional de empresas o personas jurídicas”, advirtió días atrás William Loo, jefe de la dirección Anticorrupción de la OCDE de visita en Buenos Aires. Macri ha dado orden de apurar proyectos para adecuar al país a las demandas regulatorias del grupo. Así, ya se encuentra en el Congreso un proyecto de ley de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas y está en marcha un plan de "gobernanza corporativa de las empresas de propiedad estatal" que, según lo prometido, dará mayor transparencia a las más de 40 compañías públicas que operan en Argentina.
El gobierno de Macri aclaró que la OCDE no reduce más de un punto por categoría en cada una de sus reuniones y por eso espera que la penalización siga descendiendo en el futuro “hasta alcanzar los cinco puntos en junio de 2017”. A esa altura el gobierno de Macri llevará un año y medio en el poder, la mitad del tiempo que se estima durará el proceso de adhesión de Argentina al club de los países ricos. En la región México es miembro desde 1994 y Chile se sumó en 2010. Argentina está ahora interesada en convertirse en el socio número 35.
Macri decidió cumplir con las expectativas que de él esperan el mundo y los organismos internacionales, en contraste con las protestas constantes que enfrenta en su país por su política de ajuste. Ya sumó el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI), que a fines de septiembre volvió a enviar una misión de seguimiento después de 10 años. Tampoco le ha ido mal con la OCDE. En junio visitó Buenos Aires el director de relaciones exteriores del organismo, Marcos Bonturi, quien se mostró sorprendido “por la velocidad de los cambios” económicos y políticos realizados por el macrismo. Bonturi advirtió que el proceso de ingreso a la OCDE es largo, pero no dejó dudas del apoyo con que cuenta Macri. “Desde la OCDE apoyamos enteramente el programa de reformas del Gobierno", dijo entonces Bonturi a EL PAÍS.
Hasta ahora las reformas económicas no han dado los resultados esperados, pero el gobierno confía en que el año próximo será mejor. Argentina cerrará 2016 con una inflación por encima del 40% y una caída del PIB de 1,5%, según el FMI. Además, los últimos datos oficiales difundidos por el INDEC en agosto y septiembre determinaron un 32% de pobreza y un 9,3% de desempleo. Macri ha pedido que se juzgue a su gobierno a partir de esas cifras, por considerar que la última etapa del kirchnerismo no contó con estadísticas confiables. Si las cifras no acompañan a Macri, sí lo hacen los inversores, que no pierden oportunidad de celebrar el giro hacia la ortodoxia económica. La OCDE, en tanto, ha abierto una primera puerta, pequeña pero necesaria, para acercar a Argentina al grupo.
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