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Mauricio Macri viaja a China en busca de inversiones

El presidente argentino participará de la cumbre del G-20 con la urgencia de conseguir dinero para financiar la reactivación

Federico Rivas Molina
El presidente Mauricio Macri y su canciller, Susana Malcorra, en una foto de archivo.
El presidente Mauricio Macri y su canciller, Susana Malcorra, en una foto de archivo.AFP

La demora en el ingreso de capitales extranjeros a la economía Argentina ha dejado de ser una preocupación para transformarse en un problema. El Gobierno de Mauricio Macri no recibió la “lluvia de dólares” que esperaba y los indicadores económicos no han dejado de caer desde enero. La última estadística oficial registró en julio una baja interanual de 7,9% en la actividad industrial, la mayor de los últimos 14 años. Con esa urgencia ha viajado Macri a China, donde el 4 y 5 de septiembre participará de la cumbre de jefes de Estado del G20 en la ciudad de Hangzhou. Antes, hizo una escala en Qatar.

Macri ha querido dar a su viaje a China un carácter más político que económico. Horas antes de partir, dijo que no participará de las reuniones “para decirles (a sus pares) lo que tienen que hacer ellos, sino con humildad a decirles que queremos también trabajar junto a ellos, porque temáticas como el terrorismo, la pobreza o el cambio climático son flagelos que afectan al mundo entero”. Fue una alusión velada a su antecesora en el cargo, Cristina Fernández de Kirchner, célebre por el tono beligerante que solía asumir en los encuentros internacionales. La política, sin embargo, no será el eje de la gira de Macri.

El presidente argentino viajará con una comitiva reducida a la que ha sumado a su canciller, Susana Malcorra, pero también a su ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. Muestra de que la agenda económica será determinante han sido los reparos puestos por sindicatos y empresas. Con argumentos similares, el temor ha sido que una apertura del comercio con China empeore una balanza comercial que ya es deficitaria (6.000 millones de dólares) y tenga efectos negativos sobre la producción nacional y el empleo.

El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Adrián Kaufman, lo planteó abiertamente durante un foro que compartió con el ministro de Producción, Francisco Cabrera. El empresario recordó que el 40% de los productos que Argentina compra a China tienen “un alto contenido tecnológico”, mientras que las ventas argentina a China corresponden en un 70% a porotos de soja. Cabrera, a cargo de la estrategia oficial para “reinsertar a Argentina en el mundo”, prometió que el Gobierno no será “ingenuo” en las negociaciones con el gigante asiático. “Quiero dejar muy en claro que nosotros no vamos a sacrificar el crecimiento y el desarrollo de la industria argentina bajo ningún aspecto (…) No podemos ser ingenuos en este tema. No vamos a ir por ese camino dejando de lado nuestra capacidad de ser flexibles para defender a nuestras industrias”, dijo Cabrera.

Desde los sindicatos, en tanto, el temor ha sido que una invasión de productos chinos terminen por afectar al empleo local, sobre todo en los sectores que compiten contra los precios de los productos chinos, como juguetes y electrónicos. El dirigente Juan Carlos Schmid, integrante del triunvirato que dirige la nueva CGT unificada, advirtió en una entrevista con el diario Clarín que “la apertura indiscriminada puede afectar la producción nacional y los derechos de los trabajadores a través del dumping social”.

Escala en Qatar

Antes de su llegada China, Macri hizo una escala en Doha y se reunió el emir Tamim bin Hamad Al Thani. Devolvió así el gesto de la visita que el líder qatari realizó a Buenos Aires hace un mes. El gobierno de Argentina quiere seducir a Qatar para que invierta sus excedentes de dólares en el sector petrolero, además de los agroalimentos. “Continuamos avanzando en el diálogo respecto de la cuestión energética, el tema agroalimentos y el desarrollo de diversos proyectos. Hay mucho interés del emir en la Argentina”, dijo el secretario de Asuntos Estratégicos de Macri, Fulvio Pompeo.

Una vez en Hangzhou, Macri formará parte del protocolo tradicional de las cumbres de jefes de Estado: el banquete de bienvenida y una reunión con el anfitrión, el presidente Xi Jiping. La atención de Macri, sin embargo, estará puesta en un encuentro bilateral que mantendrá con el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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