Lula denuncia en una carta a Kirchner una conspiración contra él y Dilma
El expresidente pide apoyo y promete seguir: "Temen que en 2018 el pueblo pueda elegirme"
El expresidente de Brasil Lula da Silva intenta en el último momento antes del impeachment de Dilma Rousseff extender la crisis a nivel regional y buscar apoyo de sus aliados políticos en el continente. Lula ha enviado una extensa carta a Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta como él, en la que le detalla su visión de la crisis política que atraviesa su país y denuncia una conspiración de diversos sectores conservadores en la política, la empresa y los medios para acabar con su partido, el PT, y sobre todo para impedir que él pueda presentarse a las elecciones de 2018.
La expresidenta Fernández de Kirchner hizo pública rápidamente la carta en las redes sociales y la aprovechó para comparar la situación de Lula con la suya en Argentina, donde se enfrenta a problemas judiciales por su gestión pero también por un posible blanqueo de dinero con las empresas familiares, ya que ella, al contrario que Lula, es una mujer rica.
Lula asegura que el impeachment de Rousseff es "anticonstitucional" y está impulsado por las fuerzas conservadoras con el único fin de lograr por la fuerza lo que no pudieron conseguir en las urnas: desplazar al PT del poder. Y además señala que van contra Rousseff pero sobre todo contra él. "Temen que en 2018, en elecciones libres, el pueblo brasileño pueda elegirme presidente de la República, para rescatar el proyecto democrático y popular", sentencia.
Kirchner titula el mensaje en el que da a conocer el texto de Lula "carta urgente para América del Sur" y se apunta a la teoría de que hay una conspiración contra todos los gobiernos de izquierda del continente. Lula se centra sin embargo en Brasil y ahí sí denuncia con vehemencia esa supuesta conspiración.
"Por medios pacíficos y democráticos fuimos capaces de sacar a Brasil del mapa del hambre en el mundo elaborado por la ONU, liberamos de la miseria a más de 35 millones de personas que vivían en condiciones infrahumanas y elevamos la renta de otros 40 millones, el mayor proceso de movilidad social de nuestra historia", arranca el expresidente. "La presidenta Dilma, a pesar de enfrentar un escenario económico internacional adverso, consiguió mantener el rumbo del desarrollo y consolidar los programas sociales". insiste.
Después de recordar la victoria de Rouseff en 2014, arranca la teoría de la conspiración. "La coalición adversaria, vencida en las urnas en 2002, 2006, 2010 y 2014 no se conformó con la derrota. Comenzaron a sabotear el Gobierno y a conspirar para apoderarse del poder por medios ilegítimos. En su afán de inviabilizar el Gobierno, apostaron contra el país, llegando incluso a aprobar en el Parlamento un conjunto de medidas derrochadoras e irresponsables destinadas a comprometer la estabilidad fiscal. Finalmente no titubearon en desencadenar un proceso de impeachment inconstitucional y completamente arbitrario". "Se trata de un proceso estrictamente político, que viola abiertamente la Constitución y las reglas del sistema presidencialista, en el cual es el pueblo quien elige directamente al Jefe de Estado", remata.
"Las fuerzas conservadoras quieren obtener por medios turbios aquello que no consiguieron democráticamente. Quieren apoderarse del patrimonio nacional así como desarmar la red de protección a los trabajadores y a los pobres". insiste.
Lula defiende después que es el primer interesado en luchar contra la corrupción y rechaza todas las denuncias contra él. "No temo ninguna investigación. Si la justicia es imparcial, las acusaciones contra mí nunca prosperarán. Nada me hará renunciar a mi compromiso de vida con la construcción de un mundo sin guerras, sin hambre y con más prosperidad y justicia para todos", clama Lula en un final de la carta con tono dramático.
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