Detenidos los asesinos de otra ecologista hondureña
Según la policía Janeth Urquía habría sido asesinada por su cuñado debido a una disputa familiar. Organizaciones ecologistas rechazan esta versión
El asesino estaba muy cerca. Tanto que, según el ministerio público, el hombre que ordenó matar a la ambientalista hondureña Lesbia Janeth Urquía, lloró junto al féretro y hasta cargó el ataúd frente a todos los familiares. Era su cuñado.
La policía hondureña anunció el miércoles la detención de tres personas, un menor y dos adultos, como presuntos culpables de la muerte de la líder comunitaria.
Según el ministerio publico el caso estaría relacionado con un problema familiar y su cuñado, Orlando López, considerado el autor intelectual la habría amenazado por "una disputa legal por una herencia con su hermana" y contrató a dos personas para asesinarla.
Esta versión, sin embargo, no convence a los activistas que ven en la versión oficial una mano negra destinada a confundir y ensuciar su nombre.
Urquía se opuso al proyecto Hidroeléctrico impulsado por la presidenta del Partido Nacional, actualmente en el poder en Honduras
El Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), al que pertenecía Urquía, responsabilizó en un comunicado al gobierno hondureño de la muerte y la calificó como un "feminicidio político" ligado a sus actividades de defensora.
Desde día de su fallecimiento, hace casi una semana, el vocero de la Policía, Eddie López, aseguró que Urquía era una empresaria dueña de tres pequeños hoteles de Marcala, dando a entender que una disputa familiar sería la causa.
Los compañeros de la víctima rechazaron esta hipótesis y recordaron que tras el asesinato hace cuatro meses de otra conocida ambientalista, Berta Cáceres, la policía también quiso atribuir su muerte a la delincuencia común.
En declaraciones a la agencia Associated Press Tomás Gómez, coordinador del COPINH dijo que las autoridades "han montado una campaña muy fuerte primero para decir que no son parte de COPINH y segundo para deslegitimar lo que hemos emitido; para decir que no tiene nada que ver el asesinato con el tema de las decisiones política sobre el concesionamiento y privatización de los recursos".
Grupos de activistas denunciaron que Urquía luchó en contra de la construcción de la represa hidroeléctrica Aurora I en el municipio San José, una obra en la que tiene vinculación directa Gladys Aurora López, presidenta del Partido Nacional, actualmente en el poder, y vicepresidenta del Congreso.
Honduras es tierra de muertos e impunidad para los defensores del medio ambiente. Lesbia Yaneth Urquía, de 49 años, había sido secuestrada un día antes del hallazgo del cadáver en un basurero de Marcala a 100 kilómetros de Tegucigalpa.
Según la asociación Global Witness el país centroamericano es el más peligro del mundo para los activistas ambientales y en la Última década habrían muerto más de un centenar de personas siendo las comunidades indígenas las más afectadas y silenciadas.
Tras la muerte de Cáceres, el 2 de marzo, otro activista de la misma organización, Nelson García, fue asesinado a tiros dos semanas después. Hace cinco días fue el turno de Urquía.
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