Los claroscuros de Chacho Barraza, el empresario que quiere ser gobernador en México
El antiguo consejero de Aeroméxico, José Luis Barraza, participa en las elecciones como candidato independiente en Chihuahua
En Chihuahua las verdades se dicen directamente y sin tapujos. El empresario José Luis Barraza (Delicias, 1949) no ha escatimado en sinceridad al decir que quiere “mandar a la fregada” a todos los partidos políticos de ese Estado del norte de México. Chacho Barraza, como lo llaman sus amigos, se ha quitado el traje de ejecutivo y se ha enfundado en las botas de candidato independiente a gobernador de Chihuahua, el Estado más grande del país.
El antiguo consejero presidente de Aeroméxico y expresidente del Consejo Coordinador Empresarial —la patronal mexicana— ha montado en los últimos meses una campaña inspirada en los candidatos independientes de 2015. Movido por el éxito de Jaime Rodríguez Calderón El Bronco en el Estado de Nuevo León, Barraza ha apelado al enfado de la sociedad civil en torno a la ineficiencia de los gobiernos. “En México estamos cansados de la partidocracia y la corrupción”, ha dicho a la prensa local.
Como si su campaña fuera un empresa, Barraza ha analizado al detalle cada aspecto de su candidatura. Manda mensajes retadores a sus oponentes y se queja de los partidos políticos tal y como lo hizo El Bronco el año pasado. Además, se ha armado con un equipo de especialistas en redes sociales que no rebasan los 30 años para apelar al voto de quienes viven conectados a Internet, como el que organizó Pedro Kumamoto en Jalisco en 2015. La nueva receta del candidato independiente, sin embargo, apenas le ha conseguido —según las encuestas— el 13% de las preferencias de los votantes y un tercer lugar tras Enrique Serrano (PRI) y Javier Corral (PAN).
La nueva receta del candidato independiente, sin embargo, apenas le ha conseguido —según las encuestas— el 13% de las preferencias de los votantes
Desde la iniciativa privada Barraza ha tratado de ser un contrapeso para el Gobierno mexicano. En 2007, participó en la subasta pública de Aeroméxico y en 2011 consiguió que la aerolínea saliera a bolsa. Pero su verdadero interés en la vida pública de México se mostró durante la campaña presidencial de 2006 cuando criticó duramente a Andrés Manuel López Obrador, el entonces candidato de la izquierda mexicana. López Obrador acusó al empresario de organizar una campaña en su contra cuya base era la idea de que México corría un enorme riesgo si confiaba la economía a un gobierno de izquierda.
Ahora Barraza busca callar a sus propios críticos que le acusan de ser parte de empresarios beneficiados por el Fobaproa, un programa para capitalizar con dinero público a empresas con problemas de liquidez en la década de los años 90. La camiseta de ejecutivo lo pone en aprietos cuando se lo cuestiona sobre su desempeño empresarial y su carencia de experiencia en el servicio público. Como tercer lugar de la contienda, Barraza ha sido acusado de dividir el voto en la región y de formar un frente para favorecer a El Bronco de cara a las presidenciales de 2018.
Para el candidato empresario el dinero no es un problema. Las autoridades le han entregado 197.000 pesos (10.600 dólares) pero puede disponer de la financiación privada con un límite de hasta 24 millones de pesos (1,3 millones de dólares). Barraza ha denunciado que los partidos políticos gozan de aportaciones de hasta 43 millones de pesos (2,3 millones de dólares), pero los tribunales han rechazado sus peticiones para igualar las prerrogativas.
Él en mangas de camisa o con las manos enfundadas en guantes en un quirófano llama en sus anuncios a los políticos ladrones, sinvergüenzas, vaquetones (vagos) y tramposos. “Vamos a meterle bisturí al cáncer de la corrupción y la partidocracia para extirparlos del gobierno y ponerlos de puntitas en la calle, y aunque chillen (lloren) y se retuerzan nos van a hacer los mandados”, dice en sus anuncios en televisión.
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