Mauricio Macri declara dinero en Bahamas mientras prepara una amnistía
El presidente dobla el valor de la fortuna que declara oficialmente, 7,5 millones de dólares
Mauricio Macri, el presidente argentino, hijo de uno de los empresarios más ricos del país, ha hecho público su patrimonio por primera vez desde que llegó a la presidencia. El dato más llamativo es que, medido en pesos argentinos, Macri duplicó el valor de sus bienes desde la última vez que hizo esta declaración, hace un año, cuando era alcalde de Buenos Aires. Su fortuna ha pasado de 52 millones de pesos a 110 (7,5 millones dólares al cambio actual). El motivo principal es que en su anterior declaración le dio un valor simbólico a sus acciones en distintas empresas y ahora le ha otorgado el valor real. Macri además declara oficialmente que tiene dinero en el extranjero, en concreto en el paraíso fiscal de Las Bahamas. En esta declaración, adelantada por El Cronista, no da detalles, pero el Gobierno ya ha dicho en varias ocasiones, cuando Macri apareció en los papeles de Panamá, que todo el dinero del presidente en el extranjero está declarado ante las autoridades fiscales argentinas.
Macri hace público este dinero en Las Bahamas, donde tiene 18 millones de pesos (1,25 millones de dólares) precisamente en un momento muy controvertido en Argentina porque el Gobierno prepara una gran amnistía fiscal con la que pretende que el dinero oculto fuera y dentro de Argentina se blanquee. El dinero "en los colchones" y en el exterior es una larga tradición de los argentinos, no solo de los más ricos. Algunos cálculos hablan incluso de 200.000 millones de dólares ocultos. El kirchnerismo ya intentó sin éxito una amnistía pero apenas volvió dinero. El dinero del presidente no está en esta categoría porque ya lo había hecho público en anteriores declaraciones juradas y además el Gobierno asegura que está todo declarado.
Macri confirmó la aministía y la vinculó a la necesidad de dinero para pagar a los jubilados que reclaman sus pensiones atrasadas y han planteado miles de juicios por todo el país. "Queremos pagar todos los juicios pendientes y pediremos una ayuda a todos aquellos que tienen y que llegó la hora de que blanqueen y paguen el costo de no haber declarado antes", aseguró Macri el miércoles.
Macri y su ministro de Economía, Alfonso Prat Gay, un hombre que se vio envuelto en una polémica en 2015 por una cuenta del HSBC en Suiza de la millonaria Amalia Lacroze de Fortabat, a la que él asesoraba -él siempre negó tener ninguna cuenta en Suiza- promueven una amnistía que se presentará mañana y tratará de traer millones de dólares de vuelta con un impuesto alrededor del 10%, el mismo tipo que impuso en España Mariano Rajoy poco después de llegar al Gobierno y promover su propia aministía fiscal.
El dinero de Macri en Las Bahamas no entraría en esta categoría de la amnistía porque según el Ejecutivo ya está declarado oficialmente, aunque esté en el extranjero. Esto es, no es dinero oculto como el que el Gobierno pretende que los argentinos blanqueen. Pero no deja de ser simbólico que un presidente que inicia un proceso de amnistía tenga parte de su fortuna en un paraíso fiscal.
Es la misma contradicción aparente que se dio cuando Macri apareció en los papeles de Panamá. El Gobierno aseguró que se trataba de una empresa del padre, Franco, en la que el presidente tuvo una participación colateral sin recibir ninguna retribución. Entonces se criticó mucho que no la hubiera detallado en sus declaraciones juradas oficiales, pero él aseguraba que no tenía por qué hacerlo porque no recibió ingresos de esa sociedad. Macri atribuye a su padre toda la responsablidad por esa empresa que aparece en los papeles de Panamá e incluso ha acudido a la justicia para obligar a su progenitor a hacer públicos todos los documentos relacionados con ella para acabar con las sospechas.
Otra persona cercana a Macri que aparecía en los papeles de Panamá es Néstor Grindetti, que fue su ministro de Hacienda cuando era alcalde de Buenos Aires y ahora gobierna Lanús, en los alrededores de la capital. El presidente señala en su declaración jurada que es acreedor de Grindetti y de su amigo de la infancia y conocido empresario de la construcción, Nicolás Caputo.
Macri hace público así su patrimonio y lo registra en la Oficina Anticorrupción, dirigida por Laura Alonso, una macrista que viene del mundo de las organizaciones internacionales a favor de la transparencia. El macrismo promueve en el Congreso una ley de transparencia precisamente para acabar con la tradicional opacidad del dinero de la política y de los políticos en Argentina, una de las promesas de campaña del presidente que está cumpliendo en los primeros meses. Macri también ha anunciado que entrega toda su fortuna a un "fideicomiso ciego", esto es a un gestor que él no controla, para evitar las sospechas de conflictos de intereses que puede generar su poder. El entorno de Cristina Fernández de Kirchner está afectado por varios escándalos de corrupción y Macri quiere diferenciarse con la promesa de que tendrá tolerancia cero con cualquiera de sus subordinados sobre los que recaiga una sospecha de corrupción.
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