Santos reclama un nuevo consenso global ante el fenómeno de la droga
Naciones Unidas celebra esta semana una sesión especial dedicada a poner fin a la guerra contra los estupefacientes
La Asamblea General de las Naciones Unidas celebra esta semana una sesión especial buscando dar un vuelco a la estrategia seguida al afrontar el fenómeno de la droga. Se trata de revisar los progresos logrados en el plan de acción global acordado en 2009 y de examinar los retos para poner fin a la violencia vinculada a los estupefacientes. Hacía dos décadas que no se convocaba una reunión de este tipo y que lideran en bloque los países de América Latina.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reiteró en este sentido en un foro previo con la sociedad civil la necesidad de hacer “una revisión a fondo” de la estrategia actual para ser más efectivos. El cambio de perspectiva, advierte, “no puede darse solo a nivel de la región” latinoamericana. “Se necesita un nuevo consenso global”, dijo, basado en la flexibilización de las convenciones internacionales.
Colombia es la promotora de esta conferencia en la ONU junto a Guatemala y México. La última vez que el organismo dedicó una sesión especial a las drogas fue en 1998. Hubo otra en 1990. Santos, en su mensaje por vídeo ante un foro sobre el futuro de la política de drogas convocado por la Fundación Friedrich Ebert, insiste en que es necesario un debate sin “prejuicios ni ideologías”.
La sesión plenaria, en la que participarán media docena de jefes de Estados, 40 ministros y 800 representantes de la sociedad, arranca este martes. El debate general se verá apoyado por cinco grupos de trabajo y decenas de eventos paralelos. El objetivo es dar un nuevo rumbo a las políticas, al quedar claro que la cooperación y la prevención son más efectivas que la represión pura y dura de las drogas.
Jimmy Morales, presidente de Guatemala, y Enrique Peña Nieto, de México, intervendrán en la sesión inicial. Juan Manuel Santos lo hará el jueves. La sesión comenzará con la aprobación de una resolución, de 27 páginas, que hace un elenco de las políticas en marcha. El documento fue adoptado previamente por la Comisión Global sobre Políticas de Drogas en Viena, a finales del pasado mes de marzo.
Derramamiento de sangre
La droga tiene atrapados a 27 millones de personas en el mundo. Casi la mitad son adictos a estupefacientes que se inyectan. Naciones Unidas calcula que la droga arrastra con la vida de cerca de 200.000 personas cada año. Eso sin contar con el derrame de sangre de la guerra contra el narcotráfico. Los recursos destinados al combate de este negocio ilícito no paran de crecer.
Santos recordó que América Latina es la que está pagando “los mayores costos” de la guerra declarada hace casi medio siglo contra la droga. “Los tiempos han cambiado. La paz con las guerrillas implicará un giro positivo para el país y el mundo”, auguró. Un mundo sin drogas, admitió, no es factible. Pero sí cree que “se puede ser más eficaz” en la lucha contra las drogas.
Miguel Samper, coordinador del proyecto Diálogo sobre Drogas, considera que llegó el momento de acabar con el statu quo actual. “Se necesita un cambio, una alternativa, y debe partir de una flexibilidad del régimen internacional sobre drogas”, indicó en el foro. “Cada país tiene sus prioridades”, añadió al tiempo que planteó un “régimen regional suramericano sobre drogas”.
“Es posible lograr un consenso sobre la base del principio de unidad en la diversidad”, añadió Milton Romani, secretario general del consejo nacional sobre drogas de Uruguay, explicando que no hay un talle único para todas las realidades en América Latina. “La diversidad, como en la democracia, fortalece”, afirmó, al tiempo que invitó a experimentar con la regulación más allá de la marihuana.
Carta de personalidades
La semana previa a la reunión se entregó una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en la que un millar de personalidades de América Latina y Estados Unidos calificaba de “desastrosa”, “contraproducente” e “ineficaz” la política seguida hasta ahora, tanto para la seguridad como los derechos humanos y la salud. Por eso reclaman una verdadera reforma en la estrategia.
El candidato demócrata a las presidenciales Bernie Sanders se encuentra entre los firmantes que piden el fin de la guerra contra la droga. Estados Unidos está siendo más flexible en el castigo de delitos leves por posesión, mientras estados como Colorado, Nueva York y Pensilvania permiten el acceso al cannabis medicinal. Sanders pide que se retire de la lista federal de sustancia prohibidas.
Juan Manuel Galán, senador del Partido Liberal Colombiano, destacó que se esté “cuestionando el libreto del prohibicionismo” con un diálogo y acciones concretas. “Hace unos años nadie se atrevía nadie a hacerlo”, valoró, al tiempo que propuso crear una red interparlamentaria regional que integre a congresistas de EE UU. Es una idea que apoya Constanza Moreira, del Frente Amplio de Uruguay.
Contundencia con las mafias
Aunque el texto que se va a aprobar en esta sesión especial de la ONU es de mínimos, si da margen a los países para que ajusten sus estrategias y aborden el problema de la droga como un asunto de salud pública y preserve los derechos humanos. Juan Manuel Santos precisó, sin embargo, que el cambio de estrategia no debe hacerse “sin renunciar al combate contundente contra las mafias”.
Ann Fordham, del Consorcio sobre Política Internacional de Drogas, lamenta que el documento final que se adoptará en la sesión especial de la ONU no sea más contundente en cuestiones como a avanzar hacia la despenalización del uso de las drogas. “Hay pasos adelante pero el consenso general es muy frágil y no representa un punto de inflexión real sobre el statu quo”, afirmó.
Rodrigo Uprimny, de la organización colombiana Dejusticia, considera "una vergüenza" el silencio que dominó durante el proceso respecto a que haya países que recurren a la pena de muerte como medida de castigo. En el otro extremo, advierte, es una utopía que se diga en las conclusiones se la sesión especial que el objetivo es avanzar hacia un mundo libre de drogas, "porque no es posible".
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