La banca rechaza una de las primeras propuestas económicas de Macri
El banco central quiere una corrección de contratos de operaciones con divisas a futuro
El mundo financiero está entusiamado con el nuevo presidente de Argentina, Mauricio Macri, pero al día siguiente de iniciar su gobierno ha rechazado este viernes una de sus primeras propuestas económicas. El economista y diputado del partido de Macri, Propuesta Republicana (PRO), que asumirá en el cargo de presidente del Banco Central argentino, Federico Sturzenegger, propuso a los bancos privados de capitales locales e internacionales una modificación de contratos de las operaciones de divisas a futuro, pero las entidades financieras se han opuesto porque implicaría grandes pérdidas para ellos y para los clientes a los que colocaron esos productos, según relata un ejecutivo de una de ellas.
En plena campaña electoral, el anterior presidente del Banco Central, el kirchnerista Alejandro Vanoli, buscó doblegar las expectativas de devaluación del peso, impulsadas sobre todo ante la perspectiva de una victoria del liberal Macri, y vendió dólares a marzo próximo a 10 pesos, es decir, apenas por encima de los 9,77 actuales. Entonces dos diputados de la alianza que integra PRO, Cambiemos, denunciaron a Vanoli por presunta defraudación contra la administración pública. En ese momento, el ahora ministro de Hacienda argentino, Alfonso Prat-Gay, dijo que Vanoli había vendido a 10 lo que podría haber cotizado a 15, dado el supuesto de devaluación que en mayor o menor medida iba a ocurrir ganara quien ganara los comicios.
Ahora Sturzenegger, futuro presidente del Banco Central, propone un desagio sobre esos contratos. Si pagase en marzo lo comprometido por su antecesor, debería emitir hasta 70.000 millones de pesos (7.164 millones de dólares en la actualidad), con lo que echaría más fuego a una inflación que de por sí asciende al 24% anual y que ya está subiendo por la anunciada devaluación venidera. En ese caso, la autoridad monetaria debería subir mucho más de lo pensado los tipos de interés para absorver esa inundación de pesos en el mercado.
Macri nombra en el Instituto de Estadística a quienes se habían opuesto a su desprestigio
Pero si el Banco Central argentino no abona lo comprometido, estaría violando una de las reformas que se suponía que iba a aplicar Macri después de 12 años de kirchnerismo, la de la restauración de la seguridad jurídica para los inversores. Fondos de Wall Street consideran que la estabilidad del mercado de divisas a futuro es clave para eventuales ingresos de capitales a Argentina.
En uno de los bancos que participaron de la reunión con Sturzenegger comentan que un cambio contractual tendría un coste “enorme” porque al mismo tiempo el ministro Prat-Gay les está pidiendo a ellos que financien al Banco Central para resolver la escasez de divisas y evitar una devaluación descontrolada. El jefe del Palacio de Hacienda está pidiendo además recursos a las empresas exportadoras de granos, que también operan en el mercado de futuros y que, por tanto, serían perjudicadas por la medida propuesta por el futuro líder de la autoridad monetaria.
Dos soluciones al conflicto imaginan en los bancos. Una es que el Banco Central, en lugar de abonar en efectivo los contratos a marzo, los pague con la emisión de títulos, lo que también tendría un coste para su reputación. Otra es que demore la devaluación del peso hasta abril próximo, algo impensado para los actores económicos que esperan que la moneda argentina pierde valor rápidamente en los próximos días. La idea es devaluar para que comiencen a ingresar divisas de exportaciones e inversiones y a la vez estimular la competitividad de la producción de bienes y servicios, pero esta medida ya está teniendo impacto en la inflación.
En un intento por solucionar la escasez de divisas, el Banco Central de Argentina también negocia un nuevo intercambio de monedas con el de China por 2.000 millones de dólares, según anunció este viernes el futuro embajador argentino en Pekín, Diego Guelar. El ministro Prat-Gay dijo que liberarán el cepo (control) cambiario, que traerá la consiguiente devaluación, con prudencia: "Cuando estemos seguros de que es el momento adecuado, con responsabilidad, sin agitar nada que no debamos agitar. Los argentinos pueden preparar sus vacaciones (del verano austral) con tranquilidad. Este Gobierno viene a servir, a decir la verdad, aunque a veces duela”. Se refería seguramente al llamado sinceramiento de la tasa de cambio. También admitió que tampoco recibe una economía en crisis: “La situación económica no es crítica, pero tenemos una herencia compleja”.
Tanto el Gobierno de Macri como los sindicatos se preparan para negociaciones salariales tensas. En un intento por controlar la situación desde un comienzo, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, se reunió este viernes con los sindicalistas de los maestros y quedaron en volver a encontrarse antes de que termine el año. La negociación salarial con los docentes será la primera de 2016 y marcará una tendencia para los demás trabajadores.
El nuevo Gobierno argentino además dio otra señal de cambio. Nombró como directora técnica del desprestigiado Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) a la experta que se había resistido en 2007 a la primera manipulación del índice de precios al consumidor (IPC), que estaba a su cargo, Graciela Bevacqua. Su nombramiento es una confirmación de que Argentina comenzará a sincerar sus estadísticas públicas. Macri nombró además como jefe del INDEC a un economista que había sido perseguido por el kirchnerismo en la justicia por elaborar un IPC propio, Jorge Todesca, exviceministro de Economía del Gobierno de Eduardo Duhalde (2002-2003).
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