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“Me fui porque no quería defender la farsa contra Leopoldo López”

El fiscal venezolano Franklin Nieves, de 51 años, se ha refugiado en Miami tras acusar al líder opositor, lo que califica como "un cuento"

Luis Barbero
El fiscal venezolano Franklin Nieves.
El fiscal venezolano Franklin Nieves.JOE SKIPPER (REUTERS)

El fiscal venezolano Franklin Nieves, de 51 años, es hoy día una de las personas más buscadas del planeta. Se le percibe abrumado por el alboroto que ha suscitado su huida de Venezuela tras denunciar que el Gobierno de Nicolás Maduro amañó pruebas en el juicio contra el dirigente opositor Leopoldo López. Desde hace cinco días está oculto con su esposa y sus dos hijas pequeñas en Miami, en Estados Unidos, donde está tramitando la solicitud de asilo político. El papel de Nieves fue decisivo para condenar a 13 años de prisión a López por las manifestaciones del 12 febrero de 2014, que acabaron con 43 fallecidos. Asegura que responsables del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional le dijeron que Maduro dio la orden de actuar contra López y que, sobre la marcha, montó la acusación. “Un cuento”, dice Nieves, quien, en la entrevista con EL PAÍS, relata los tejemanejes del Gobierno para acusar a López y muestra su arrepentimiento.

Pregunta. ¿Cuándo y por qué decide huir de Venezuela y denunciar la manipulación de pruebas en el juicio de Leopoldo López?

Respuesta. En Venezuela hay persecución contra los fiscales y los jueces y tenía temor porque allí funciona la ley del miedo. El 19 de octubre le dije a mi esposa que nos íbamos. Alargué mis vacaciones, compré los pasajes a Aruba y desde allí a Estados Unidos.

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P. Ha denunciado presiones para acusar a López. ¿En qué consistieron?

R. En obligar a los expertos, a los funcionarios, a los testigos a que respondieran las preguntas que les hacíamos. Preparábamos las respuestas, luego firmaban y listo.

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P. ¿Personalmente sufrió amenazas?

R. No, no, pero estaban latentes.

P. ¿Planteó objeciones a las presiones y a las pruebas falsas?

R. A las presiones no, pero denuncié que el procedimiento no era correcto. Las pruebas falsas constan en el expediente, pero cuando hicimos la acusación, tergiversamos la información. Y donde no había fuego, poníamos que sí había existido fuego.

P. Cuándo se iba a su casa, ¿qué pensaba?

R. Estaba en shock. Leopoldo López es inocente, en ningún momento llamó a la violencia. En los vídeos colgados en YouTube o en las redes sociales se comprueba que decía a sus seguidores que no cayeran en provocaciones. Nosotros pusimos en la acusación que cuando se retiró de las manifestaciones empezaron las agresiones contra el edificio de la fiscalía y eso es totalmente falso.

Si me detienen y me meten en el calabozo, quiero que el calabozo sea ¡grande! Ahí tienen que entrar Nicolás Maduro y Diosdado Cabello

P. ¿Cómo se siente sabiendo que ha falsificado pruebas contra un inocente?

R. [Pausa] Imagínese… por eso vengo aquí a contar la verdad, la violación de los derechos de Leopoldo López. Juré defender la Constitución y las leyes. ¿Dónde quedó eso, Franklin Nieves? ¿Dónde te enseñaron en la Universidad a cometer delitos, a violar derechos humanos? He pisoteado todo en mi carrera, los estudios de Derecho Penal, de Derecho Internacional Humanitario... ¿Qué hice? Tanto tiempo preparándome, para al final...

P. ¿Cuál sería su condena?

R. Imagino que cadena perpetua porque nunca voy a olvidar esto.

El día que liberen a Leopoldo López, yo seré su mejor amigo

P. ¿Qué pruebas trae de la manipulación del proceso?

R. En sí, no sustraje ninguna prueba física, pero tengo algunos casos que puedan ser interesantes.

P. ¿Pudo hacer algo para que el proceso contra López no avanzara?

R. No, no. Conmigo o sin mí, la condena era segura. Si yo renunciaba, me iban a hacer un expediente, una persecución… o me mataban.

P. ¿Le prometió algo el Gobierno por hacer la acusación?

R. No, no.

P. Hay parte del exilio venezolano que desconfía de su arrepentimiento. ¿Lo entiende?

R. Claro, pero no creo que sea tarde para recapacitar. Podía haber contestado a la apelación que ha hecho López, haber solicitado mi jubilación y no lo hice. Me vine cinco días antes de tener que contestar la apelación porque no quería defender esa farsa.

Conmigo o sin mí, la condena era segura

P. ¿El Gobierno venezolano ha intentado contactar con usted?

R. No. Lo que han hecho ha sido allanar mi casa y una de mi esposa. Fueron a mi oficina, la registraron sin ninguna orden, se llevaron los discos duros y amedrentaron a mi personal.

P. Tras confesar que manipuló pruebas, ¿teme alguna actuación judicial contra usted?

R. No, no. Estoy contando la verdad, no estoy evadiendo mi responsabilidad penal. Si me detienen y me meten en el calabozo, quiero que el calabozo sea ¡grande! Ahí tienen que entrar Nicolás Maduro y Diosdado Cabello [presidente de la Asamblea Nacional y número dos del régimen]

P. ¿Había hecho antes alguna acusación irregular?

R. Todas las acusaciones que he realizado, todas menos esta, han sido correctas. Siempre he actuado apegado a la ley.

Algún día tengo que arrodillarme y pedirle perdón a esa gente

P. ¿La petición de perdón a Leopoldo López y su familia es suficiente?

R. Espero que surta efecto en la conciencia y en los corazones de los venezolanos, por lo menos en el del ciudadano Leopoldo López Mendoza. Sobre todo, en el corazón de sus hijos Manuela y Leopoldito. Algún día tengo que arrodillarme y pedirle perdón a esa gente. El día que liberen a Leopoldo López, yo seré su mejor amigo.

P. ¿Saldrá López pronto de la cárcel?

R. La justicia venezolana tiene ahora la responsabilidad de anular el juicio. Se violaron garantías constitucionales, el derecho a la defensa… Pero en Venezuela lo que opera es una sociedad de cómplices, se protegen entre ellos porque muchas personas saben secretos de otras.

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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